Me dice un productor teatral que ha oído esa noticia del teatro que, en vez de entradas, vende zanahorias para aplicar un 4% de Iva en vez del 21%, que es algo que él mismo se planteó (con botellines de agua) hace unos dias. El motivo, me explica, es que cuando él hace una obra tiene que dar el 10% a la sociedad de autores, un 5% a la empresa que le vende los tickets (internet o físicamente) y un 21% a hacienda. Con eso le queda un 64%. Si la obra se representa en un teatro privado, el teatro (que también tiene que ganar) se queda la mitad (un 32%) y con ese 32% de lo que recauda tiene que pagar a los actores, los viajes, los hoteles, los focos y comer.
Me explica, no sin razón, que cuando un empresario tiene trabajo contrata gente y cuando no lo tiene, despide gente. De la misma forma y partiendo de la realidad que un estado se ha convertido en una empresa grande, cuando han tenido trabajo han contratado funcionarios pero cuando han dejado de tener trabajo no se han atrevido a despedirlos y sí han empezado a cargar en las espaldas de los que trabajan el coste de la cobardía de su falta de capacidad de despedir. Me pregunta: "¿cuánto te queda de cada 100€ que vendes?"- "7"-le respondo. "Pues bien, si vendes 100 ganas 7, pero si no lo cobras, como tienes que pagar a hacienda 21 de cada 100€ que no cobras te has gastado 121-7= 114€". Me pone, en ese momento, cara de circunstancia y me dice que se va porque tiene que preparar una obra que representan esta misma tarde. Al fin y al cabo a muchos de los trabajadores de este pais no les queda más opción que seguir trabajando.
"Al menos"-continúa-"tengo trabajo".
Existen, en este momento, dos tipos de personas. Las escandalizadas silenciosas y las escandalizadas ruidosas. Unos, quizá, parten de la situación sangrante en la que nos hemos metido y piensan en opciones viables para su cura. Otros, al grito de "eso NO", salen a la calle con ganas de expresar su ira esperando que aquello sirva de catalizador para arreglarlo todo. Viene a ser lo mismo que colgar el telefono esperando que la otra parte aparezca con la solución que quieres pero que no eres capaz de encontrar o verbalizar. Viene a ser lo mismo que, en algún pais de esos que tenemos catalogados como "inferiores" desde nuestra perspectiva occidental, ir a quemar las embajadas occidentales porque un soplagaitas americano hizo un chiste sobre Mahoma. En realidad no hay una gran diferencia entre una irracional discusión de pareja, una queja irracional en contra de todo o saltar vallas al grito de "Alá es grande".
El problema es cuando se enquista en un grito irracional, en un enfado de esos de los que ya no recuerdas cual fue el motivo inicial. Sólo eres capaz de recordar que estás enfadado.
Hoy se hará una cobertura de las protestas contra los recortes. No pongo en duda que quejarse es algo lícito, que enfadarse es algo humano y que yo mismo estoy enfadado si de cada 100€ que me dejan a deber me gasto 114 pero sigo pensando que el grito de "NO a TODO" es infantil y estúpido porque se nos olvidan dos cosas: la posible solución y el motivo por el que estábamos quejándonos.
Si quemamos alguna embajada, colgamos el teléfono o asaltamos un supermercado estamos haciendo un ruidoso NADA. Claro que a los locos les meten en una sala acolchada para que desaten su ira y después, cuando ya están agotados, hacen terapia con ellos.
Tengo que seguir trabajando aunque sea sábado. Me gustaría que el gobierno aprendiera que el 50% de la riqueza de este pais la generamos los pobres que soportamos los caprichos de los ricos y que gobernar es un acto de valentía en vez de una campaña publicitaria de 4 años. Me gustaría que cada manifestante dejara de pagar con tarjeta para que no ganaran los bancos con sus comisiones, que diéramos la espalda a las compañías que asaltan como bandoleros a sus empleados y a sus clientes (Ryanair), que apostáramos por el rendimiento global de nuestros esfuerzos y no pisáramos a los vecinos, que cada € de mis impuestos supliera una necesidad importante no satisfecha de un vecino con mala suerte y que aquellos que se aprovecharon de las bondades del sistema sin merecerlo se pudran en los infiernos. Me gustarían demasiadas cosas en un dia como hoy en el que, abriendo la prensa, solo escucho gritos.
Y gritos que se manifiestan por todo siendo "todo" una espesa niebla de malestar.
Me explica, no sin razón, que cuando un empresario tiene trabajo contrata gente y cuando no lo tiene, despide gente. De la misma forma y partiendo de la realidad que un estado se ha convertido en una empresa grande, cuando han tenido trabajo han contratado funcionarios pero cuando han dejado de tener trabajo no se han atrevido a despedirlos y sí han empezado a cargar en las espaldas de los que trabajan el coste de la cobardía de su falta de capacidad de despedir. Me pregunta: "¿cuánto te queda de cada 100€ que vendes?"- "7"-le respondo. "Pues bien, si vendes 100 ganas 7, pero si no lo cobras, como tienes que pagar a hacienda 21 de cada 100€ que no cobras te has gastado 121-7= 114€". Me pone, en ese momento, cara de circunstancia y me dice que se va porque tiene que preparar una obra que representan esta misma tarde. Al fin y al cabo a muchos de los trabajadores de este pais no les queda más opción que seguir trabajando.
"Al menos"-continúa-"tengo trabajo".
Existen, en este momento, dos tipos de personas. Las escandalizadas silenciosas y las escandalizadas ruidosas. Unos, quizá, parten de la situación sangrante en la que nos hemos metido y piensan en opciones viables para su cura. Otros, al grito de "eso NO", salen a la calle con ganas de expresar su ira esperando que aquello sirva de catalizador para arreglarlo todo. Viene a ser lo mismo que colgar el telefono esperando que la otra parte aparezca con la solución que quieres pero que no eres capaz de encontrar o verbalizar. Viene a ser lo mismo que, en algún pais de esos que tenemos catalogados como "inferiores" desde nuestra perspectiva occidental, ir a quemar las embajadas occidentales porque un soplagaitas americano hizo un chiste sobre Mahoma. En realidad no hay una gran diferencia entre una irracional discusión de pareja, una queja irracional en contra de todo o saltar vallas al grito de "Alá es grande".
El problema es cuando se enquista en un grito irracional, en un enfado de esos de los que ya no recuerdas cual fue el motivo inicial. Sólo eres capaz de recordar que estás enfadado.
Hoy se hará una cobertura de las protestas contra los recortes. No pongo en duda que quejarse es algo lícito, que enfadarse es algo humano y que yo mismo estoy enfadado si de cada 100€ que me dejan a deber me gasto 114 pero sigo pensando que el grito de "NO a TODO" es infantil y estúpido porque se nos olvidan dos cosas: la posible solución y el motivo por el que estábamos quejándonos.
Si quemamos alguna embajada, colgamos el teléfono o asaltamos un supermercado estamos haciendo un ruidoso NADA. Claro que a los locos les meten en una sala acolchada para que desaten su ira y después, cuando ya están agotados, hacen terapia con ellos.
Tengo que seguir trabajando aunque sea sábado. Me gustaría que el gobierno aprendiera que el 50% de la riqueza de este pais la generamos los pobres que soportamos los caprichos de los ricos y que gobernar es un acto de valentía en vez de una campaña publicitaria de 4 años. Me gustaría que cada manifestante dejara de pagar con tarjeta para que no ganaran los bancos con sus comisiones, que diéramos la espalda a las compañías que asaltan como bandoleros a sus empleados y a sus clientes (Ryanair), que apostáramos por el rendimiento global de nuestros esfuerzos y no pisáramos a los vecinos, que cada € de mis impuestos supliera una necesidad importante no satisfecha de un vecino con mala suerte y que aquellos que se aprovecharon de las bondades del sistema sin merecerlo se pudran en los infiernos. Me gustarían demasiadas cosas en un dia como hoy en el que, abriendo la prensa, solo escucho gritos.
Y gritos que se manifiestan por todo siendo "todo" una espesa niebla de malestar.
6 comentarios:
- Maldito mundo que roba a un desvalido antes de socorrerlo.
- Maldito mundo que trata a sus semejantes peor que si animales de trabajo fueran.
Maldito mundo, que mientras servimos como perros abusan de nosotros y cuando ya no nos necesitan nos tildan de holgazanes, comeollas, que viven de limosnas.
- Maldito sea, que no nos deja ni gritar libremente que no, NO a TODO lo que nos impone una clase politica que NO nos defiende.
- Maldito mundo, porque tenemos lo que nuestra cobardia como sociedad, como clase trabajadora no es capaz de conseguir.
- Malditos somos, porque tenemos lo que nos merecemos, por lo que NO luchamos. (sigues sembrao, pero me pones de una mala leche....)
Me apunto.
No sé exactamente qué es lo que propones, pero me apunto.
Y me ofrezco a llevar un poco de música, para entretener la espera (que seguro que nos toca hacerlo).
En fin: puta vida.
Pues, más o menos, si es que tuviera que proponer algo es que que si hay que quejarse, que hay más de un motivo... lo que se debe de hacer es proponer soluciones f.a.c.t.i.b.l.e.s a los problemas y no gritar como posesos dicendo que no a todo.
Viene a ser como seguir en medio de la niebla sin daber a donde ir.
Metes en el mismo saco a las revueltas contra el vídeo de Mahoma, las discusiones irracionales de pareja y a las manifestaciones del pueblo en la calle (según tú contra todo) y propones dejar de pagar con tarjeta y no volar con Ryanair.
Curiosa reflexión y no menos curiosa propuesta.
ya veo ,que todos ,sin excepcion ,mucho bla bla bla ,pero nadie sabe lo que realmente hay que hacer ,que conste ,que yo tampoco,ojala lo supiera . pero ya veo que estamos todos iguales ,y eso me pone mas de mala leche todavia ..... aun asi hay que tirar para adelante
Dejar de pagar con tarjeta y consumir cerca de casa a ser posible producto local es un paso y no pequeño.
Adelante.
Publicar un comentario