La primera vez en la que descubrí que la informática ya no era cool fue el día que me pidieron que les programara el video porque también tenía botones.
De eso hace más de 15 años.
En realidad los usuarios sois una extraña banda de nazis con dinero que volveis loco al grupo de freaks anclados en las películas de hackers de los años 80 que ahora diseñan productos para vosotros.
Cuando nos compramos nuestro primer ordenador nos volvíamos locos con las megas y los gigas. "Más" parecía significar "mejor" aunque no lo fuera tanto. Eran máquinas grandes y ruidosas cargadas de ventiladores que tenían su mesa propia. Esa mesa se convirtió en una ventana en el momento en el Internet aterrizó en casa. Esa mesa se llenó de Cds vírgenes donde grabar millones de canciones y de discos duros donde meter todas las series que, a día de hoy, no has visto. Así que los diseñadores pensaron máquinas más potentes con juegos más realistas que habían pasado de "matar a todo" al estilo DOOM a jugar la estrategia colectiva sin matar a los inocentes. Los núcleos fueron dos, después 4, más tarde 8 y aquella máquina de 200.000 ptas ahora tenía una gráfica brutal, varios Tb de disco, un sistema de 64bits, 16gb de ram e incluso, como la gran maravilla del siglo XXI, un disco duro en estado sólido.
Pero ella descubrió que para entrar en facebook y responder emails con powerpoints soseras podía seguir usando el equipo de hace 10 años. Es más, algún señor pensó que podía hacer un equipo poco potente pero muy bonito y venderlo a partir de 500€. Así se fraguó el iPad (que estaba inventado años antes por Microsoft).
Así que el usuario medio, poseído por la publicidad, se lanzó a por máquinas más pequeñas con la creencia casi religiosa de que eran máquinas idénticas y que si antes eran grandes lo eran porque les habíamos engañado durante años. Compraron los portátiles, que son la obsolescencia programada hecha ordenador (sobre todo si llevan una buena gráfica o se deja en manos de un adolescente poco cuidadoso) y se sentaron, tras el verano del 2012, a pensar en que tipo de gadget tecnológico querrían en navidad.
La industria, que es (como la televisión) un reflejo de lo rentable (que no de la calidad), se ha lanzado a la caza de un tipo que es capaz de gastar 400€ porque 1000€ son muchos. Le ha puesto delante de los ojos unas luces brillantes que se mueven con los dedos y que no son mejores que el ordenador que va a aparcar en el trastero. Tras no haber triunfado una pequeña revolución llamada ultrabook (porque el más barato vale 700€) todas las compañías que se llenan de vendedores de humo te van a intentar convencer que su tableta es lo que necesitas para ser más feliz que alguna familia que salga en el catálogo de 20cm del ikea. Así que estas navidades, muy a mi pesar, esa será la reina. Lo será porque puedes regalar a tu primo una funda de 10€ y quedar como un señor. Lo será porque la podrás sacar en la mesa de la cena, al lado del cochinillo, y enseñar las fotos pasándola de mano en mano. Lo será porque aunque mueva con dificultad el pac-man se verá de maravilla y la pantalla se gira si la giras tú.
El mundo del ordenador de mesa es algo que no se muere con facilidad por mucho que lo haya matado, más de un gurú, hace quinquenios. Los clientes más inteligentes saben que nada, absolutamente nada, es capaz de llegar a las cotas de potencia y fiabilidad de un ordenador con todas las letras. Más de uno, decepcionado por la batería que se gastó, las teclas que se salieron, el panel que dejó de verse o la placa que se quemó ha vuelto a la esencia de una buena máquina porque volverá a durarle 10 años y no los 3 o 4 del último portátil.
Cuando la informática se explica con coches y le cuentas a alguien que uno bueno vale dinero y que lo importante es el motor, lo entiende. Eso no quita que me gusten los descapotables y que me gustaría un bonito biplaza con muchas luces en el salpicadero que costara menos de 3000€. Sé que eso es imposible por mucho que los Hyundai Coupé fueran, en su momento, líderes de ventas. Por eso mismo la informática que quereis algunos también es imposible. Ayer me preguntaron si en una tablet de 200€ se puede jugar al Grand Theft Auto. ¿En resolución alta?- respondí. -En baja tampoco- re,respondi.
El problema es que la publicidad os va a convencer de lo contrario camino a la navidad.
A veces creo que tenemos una televisión de mierda porque es la que ve la mayoría. Con la informática va camino de pasar lo mismo. Es una pena.
Pd: (Este post está escrito con un equipo de sobremesa bien diseñado que tiene unos 10 años en el que, con un pequeño gasto en memoria y en gráfica, funciona todo menos el battelfield3. Siempre he mantenido que la informática es: una buena máquina esperando en casa para los trabajos de verdad y una solución móvil (portatil, tableta o smartphone (que tampoco lo inventó apple)) para las necesidades específicas si es que las tienes porque ver las notificaciones del facebook nunca fue algo de interés esencial.)
3 comentarios:
LA verdad es que yo no entiendo mucho de ordenadores ,pero lo que si he comprobado ,es que mi primer ordenador ,fue de sobremesa ,y tiene ya unos 12 años ,y te puedo decir que va mejor que los tres portatiles que he ido comprando ,que al que lo le falta una cosa .le falta otra . que al final ,cuando tengo que hacer algun trabajo en serio ,acabo haciendolo en el de sobremesa yo tambien .
OK, pero a ver a quien se lo dices. Lo mismo se pone a llover. Saludos.
No estoy de acuerdo.
La mayoría de la gente sabe que si se compra un Tablet puede hacer mas o menos que con su Smartphone, pero con una pantalla mas grande. Y respecto a la potencia del PC de sobremesa... Pocos usuarios le sacan provecho. (Photoshop, juegos...)
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