"Si Jose María Escriva de Balaguer viviera no permitiría esto"- decía Ruiz Mateos al ser llevado de su (enorme) casa a comisaría para dar explicaciones por unos 14 millones de euros de nada que nadie sabe donde están.
"Es un ocupamiento simbólico"- se excusaba Sanchez Gordillo mientras un grupo de jornaleros aprovechaban el momento para saltar a la piscina al estilo bomba como una manera de gastarse lo robado simbólicamente del mercadona e intentar equilibrar las fuerzas que el capitalismo ha descompensado y que le permitió a alguna familia hacerse una finca de lujo por donde pasaban aquellos comunistas.
En realidad y partiendo de la verdad incontestable que dentro de la izquierda y la derecha hay personas con suficientes argumentos y cabeza como para defender sus posturas, no soy capaz de ver más que a dos titiriteros de las ideologías haciendo espectáculo mientras el español medio quiere tener el dinero del uno y la piscina del otro aunque ninguna de las dos cosas se hayan logrado por medios lícitos.
Con el tema de los toros, que va a ser el opio periodístico del final del verano, pasa exactamente lo mismo. Bildu, haciendo una vez más uno de esos movimientos tan a favor de los temas que le preocupan a la ciudadanía como puede ser el trabajo o el binestar popular, ha lanzado una feroz acometida contra la celebración de las corridas de toros en la novísima plaza de Illumbre porque fomenta el maltrato animal. Sin embargo esa cosita llamada sokamuturra (que es poner una cuerda al toro y dejar que los muchachotes tiren de él durante una tarde) es celebrada por sus abertzales majestades de la misma forma que, si no hay correbous, tanto los guipuzkoanos como los catalanes abarrotan San Fermin.
Y la ocupada TVE da un puñetazo encima de la mesa programando, a partir del 5 de Septiembre y en horario infantil, una corrida de toros para la que van a sacar de su nicho y como comentarista al mismísimo Matías Prats padre.
Supongo que es la forma de entretenimiento popular que tienen los últimos días de agosto. Es una forma de ver en las portadas a payasos sin glamour que resultan ser tan pesados, anodinos y precindibles como la última canción del verano. Son noticias de broma y resultados de escarbar en la costra purulenta de los extremos infames que nos van identificando. No es un ejemplo excusivamente hispano. Tenemos al principe Enrique agarrándose los huevos en medio de una fiesta pero eso no es más que otro ejemplo del declive sin frenos del imperio británico. Tenemos a un congresista de EEUU que cree que hay violaciones legítimas.
Pero, para no quedar atrás y buscando el ahorro máximo, hemos tomado prestada a una jubilada para arreglar un fresco del siglo XIX y lo ha dejado como un teletubbie. Será una restauración simbolica que, por supuesto, no lo hubiera permitido Escrivá de Balaguer.
He llegado a la conclusión que es la manera que tenemos de hacer humor para llegar felices y contentos a la bofetada de septiembre.
2 comentarios:
Mi querer asilo ideologico en algun pais extranjero (imagino que se admite Cataluña, Pais Vasco, Galicia, Valencia...) no soy muy exigente, cualquiera que no tenga este tipo de titulares en sus periodicos me vale ( se admiten opiniones )
P.D. Sigues sembrao
yo te aconsejaria la isla perejil,por lo menos no habra prensa alli,por el tamaño mas que nada .
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