Cuando estaba en la universidad me gustaba fotocopiarme los apuntes de Jon, que era mi compañero y que tenía una letra que me parecía jodidamente preciosa. Alargaba las efes y era capaz de mantener la misma inclinación a lo largo de todo el texto. Por otra parte la manera que tenía de dibujar el símbolo de la integral siempre me pareció algo próximo al arte. El contenido del texto, quizá, era lo menos importante aunque ambos avanzamos con dificultad a lo largo de todos aquellos años de ingeniería.
Hoy la portada de Bild está completamente a mano para recordar que la caligrafía, casi como las cartas de amor, está muriéndose a manos de los ordenadores, los teléfonos inteligentes y la letra Arial (Comic Sans para los que carecen de clase).
Uno de cada tres adultos no ha escrito nada a mano en los últimos seis meses y , sin embargo, los músculos de los pulgares están más reforzados que nunca (si tienes una Blackberry) o el índice es capaz de realizar giros y tirabuzones (si es que usas Ios o Android).
En realidad la pérdida de la expresión escrita es un síntoma de la despersonalización contínua en la que nos vamos sumergiendo. Conozco a quien tiene un cuadro en su casa con su firma repetida para que no se le olvide que es capaz de expresarse personalmente con algún rudimentario instrumento de escritura y yo mismo tengo sobre la pared de mi pasillo y con mi letra más personal escrita la definición de alguna palabra que me definió durante la extensión de mi adolescencia (que va de los 25 a los 41).
Reconozco que guardo, en unas cajas de zapatos, las cartas de amor y cariño que viví cuando no era más que un niño que acababa de descubrir que tenïa el cuerpo lleno de hormonas. Recuerdo cuando, de pequeño, me senté con mi padre, un bolígrafo Bic cristal y una hoja en blanco a ensayar la firma con la que poder poner mi sello en los años que vinieran por delante.
Ahora, cuando un cliente tiene que coger un bolígrafo para firmar el comprobante de pago, noto en ellos la misma dificultad que tienen los adultos el primer día de verano cuando tienen que montarse en una bicicleta. Sabían que era sencillo pero de pronto aparecen todas las torpezas.
Escribir a mano nos ayuda a coordinar las habilidades manuales mucho más que trabajar sobre una pantalla táctil o mover los dedos en un touchpad de un portatil, aunque reconozco que ese es mi secreto para considerarme hábil en el sexo manual cuando tengo la suerte de estar acompañado.
Escribir a mano es mucho más personal que mandar un email con el corrector ortográfico encendido.
Lo poco que sé de grafología me enseñó que las palabras escritas son un espejo tan importante que quizá la tecnología es uno de esos lugares donde te escondes para que se sepa lo menos posible de tus pensamientos más íntimos porque si las líneas son ascendentes significa que estás contento, si alargas las partes de abajo de las letras es que estás preocupado por lo terrenal y si haces circulitos sobre las íes es que eres una chica.
Supongo que escribir, como hacer croquetas, es algo que se ha convertido en vintage.
2 comentarios:
Estoy completamente de acuerdo en lo de la despersonalizacion, de hecho yo ando de aquí para ya entre si hago un blogo no, ya que escribiendo a mano soy mucho mas personal, sensible y sincera que en un ordenador.
Seamos francos, ¿en serio creéis que por escribir 'a mano' lo que escribimos es más personal?
La buena grafología se extinguirá porque han surgido otras nuevas formas de expresión, como se han extinguido otras costumbres.
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