De la mano, por la calle. El sobrino y la tia. Algo más que treintañera y resuelta. De esas que andan como si supieran siempre hacia donde van, que cogen de la mano al que podría ser su hijo de 4 pero no lo es y por eso le malcrían.
-Tía.
-Dime
-¿Por qué no tienes apá?
-Claro que tengo. Es tu abuelo.
-No. Eso no. Amá tiene apá. La abuela tiene apá- y se refería al abuelo.
-Pues no tengo.
-¿Y por qué no tienes?
-Porque no lo he encontrado o porque no quiero. Bueno. Te tengo a ti
-Vale. Pero yo soy un niño... Si me esperas yo seré tu "Prín-pi-pe"
2 comentarios:
y el cuento, exagerado pero verídico, va de esa educación infernal relacional en la que todos queremos prínpipes y prinpesas.
Y cuando no los tenemos, no lo somos o no las encontramos... somos niños que se enfadan porque no tienen el juguete que anuncian por la tele.
De eso se trata. Es un cuento de niños para adultos.
Como dice la mujer de un conocido: " la única diferencia entre mi marido (36 años) y mi hijo (2 años) es que los juguetes del primero son mas caros. (tás sembrao)
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