26 de septiembre de 2013

Rae: Limpia, fija y da esplendor

...porque hablar como un/a mamarracho nunca fue educado ni moderno, aunque sea por whatsapp.

Pd: extra publicidades gloriosas. (que es una copia de esto)

25 de septiembre de 2013

La violencia y los titulares adjetivados

Si Bretón era un malnacido asesino de sus hijos y un referente en ejemplificación de lo que se viene a llamar violencia machista ahora me pregunto, en el hipotético caso de que sea la madre la que ha matado a su hija en Coruña, si esto también es machista o podemos hablar exclusivamente de asesinato, que es lo que resulta ser en realidad. Una Bretona, que no una francesa.

Porque ellas también matan, qué puñetas.

No es cierto que sólo sean los inmigrantes los que roban ni los políticos los que defraudan. No es cierto que se le vaya la mano solamente a los hombres y que necesiten un hermano mayor solamente los adolescentes porque conozco a mucho cuarentón necesitado de un poco de disciplina. No son avaros los catalanes por su nacimiento de la misma forma que los euskaldunes no somos brutos e independentistas por algo que nos ponga en PNV en el agua. Conozco a mucha hija de perra que hace de su convivencia conyugal un infierno y a mucho dueño de mascota que se comporta como un perro.

Es hora, quizá, de eliminar más de un prejuicio de la prensa y de la manera que tenemos de hablar por la calle. Aplicar, de una vez, exactamente la misma argumentación "Bibiana Aídica" a nuestra forma de hablar y no considerar que tengamos un léxico que potencie determinadas actitudes, que es algo que defienden los expertillos en sus charlas. Defienden que si utilizamos expresiones como "trabajar como un negro" en realidad consideramos como normal un planteamiento racista y defienden que tenemos una sociedad que apoya el machismo como algo habitual (sexismo cotidiano, lo llaman) de la misma forma que, según cuentan, las mujeres árabes lapidan a sus compañeras porque se les levantó el burca con una corriente de aire y se les vió una enagüa.

De la misma forma que se tiene prácticamente estandarizado que aquella manera de hablar fomenta nuestras más ancestrales lacras es probable que la discriminación positiva del lenguaje periodístico nos haya llevado a un punto en que a alguno le resulta imposible creer que un dueño muerda a su perro, un currante sea un vago o una mujer mate, porque eso hace entrar en una paradoja imposible de entender para muchos.

Y la única razón es que no hay delitos que se cometan porque se esté genéticamente marcado, sino porque se es un hijo o una hija de puta, con mis respetos a las meretrices. Los delitos no tienen sexo ni nacionalidad, no tienen edad. Son delitos, y son delincuentes. Los asesinos de ETA no eran terroristas, eran asesinos.

Ahora vas y me hablas de violencia, de robos, de asesinatos y de fraudes. Pero no le pongas adjetivos.

Cuando un padre asesina a sus hijos es un asesino, no un asesino machista. Cuando una madre asesina a su hija no es una asesina feminista, es una asesina.


Pd: las fotos corresponden a un estreno en el que participa un amigo cuyas fotos me han resultado perfectas.

Don´t wanna be adored

Contaba mi hermana que en cierta ocasión me vio caerme de la bicicleta. Debí de quedarme sorprendido y atontado, que es como cuando aún no has asimilado lo que te ha llegado a pasar, con la rueda de atrás girando en el aire, el manillar torcido y la rodilla en el suelo. Se supone que miré alrededor hasta encontrar una cara que me mirase y entonces, solo entonces, empezar a llorar de una forma desconsolada, que es como lloran los menores antes de creerse adolescentes.

No acrecenté mi daño hasta que no tuve con quien hacerlo y en ese momento era el daño más grande.

Después, bastantes años después, me rompí los ligamentos del tobillo con furiosa cólera baloncestística y llamé a mi madre desde el hospital para decirla que no iba a ir a comer porque tenía una pequeña complicación. No subí el tono, no gemí, ni siquiera me quejé. Sin embargo fardé como nadie de escayola al volver a clase un par de días después y creo que contaba, delante de mis compañeras, casi como si fuera una cámara lenta el momento exacto de la lesión porque aquello, incrementado y exagerado hasta el punto de un salto deportivo digno de Oliver y Benji, era la manera de captar la atención adolescente equivalente al llanto de la infancia.

En el fondo remite a una extraña necesidad humana de sentirse adorado, como la canción de los Stone Roses (en la versión de Raveonettes)
Reconozco que ahora que se supone que soy un adulto pertenecía a aquellos a los que les gusta adornar las verdades (que no inventarlas) y estoy convencido, quizá por producto de la mera observación, que hay un determinado tipo de personas que necesitan que aquello que les suceda sea siempre extremo y exagerado, como si la cotidianeidad fuera algo de perdedores.

-Cuanto tiempo. ¿Qué tal estás?- es una frase de inicio- Me casé con el hombre de mis sueños y compramos un monovolumen de última generación con el que llevamos nuestros bellísimos hijos a recorrer Europa pero él me abandonó por una tragadora de sables noruega que estaba en el Circo del Sol y tuve que aprender a conducir en Praga, donde me enamoré de mi profesor de autoescuela (que tenía cinco másters en astrofísica) y con el que volví a casa, motivo por el cual los niños hablan seis idiomas y sacan muy buenas notas. ¿Y tú?- . -Yo... tengo una lesión en el hombro- respondes mientras piensas que un "estoy bien" hubiera sido más adecuado y que todos esos detalles eran innecesarios.

Cada día que pasa y que empiezo a dejar de adornar las cosas me parece más absurdo esa querencia a que todo sea un drama o un triunfo. Empiezo a denostar como si fuera una epidemia los ejercicios de detalle de la vida de los demás. Creo, y no supongo que me equivoque demasiado, que es el mismo llanto que tuve el día que me caí de de la bicicleta. Yo no hubiera llorado, de la misma forma que no me hubieran contado tanto dato inútil, si no existieran los espectadores.

Ayer, después de terminar de lesionarme como un inconsciente, me preguntaron sobre los viajes que había hecho con la moto. Pensé con rapidez en relatar las carreteras largas y el calor de Castilla en Agosto, las noches por la nacional I en obras y las averías, la lluvia en la visera o lo despacio que se sube el puerto de Guadarrama con una 125cc con 40mil kilómetros. -Me gusta mucho viajar en moto- dije acariciando el depósito. No me hizo falta decir más. Si lo hubiera exagerado sería menos cierto y quizá hubiera empezado a esconder algo.
Luego marché a casa pensando que de la misma manera que las letras de las canciones que consideraba gloriosas hace unos años ahora me parecen vacías y tontas, de la misma forma que el decorado atroz de una discoteca ya no me resulta más que un postureo que tapa los miedos y las necesidades de cada uno de los actores de esas obras de teatro modernistas que tiene el ocio nocturno... es probable que haya llegado a un punto de vértigo en el que perdí el interés por los detalles, al menos por los que tapan la verdad.

Desconozco si es madurez o aburrimiento. Estoy convencido que habrá un término, sesudo e intelectualoide, que defina lo que quiero decir. Será claro y conciso, será verdad. Por eso las ruedas de prensa con respuestas largas siempre me huelen a mentiras.

22 de septiembre de 2013

Teoría destructiva de la evolución comercial

El sello discográfico BCore decidió que sus clientes fueran quienes pusieran el precio a los discos. Han descargado cerca de 12.000 y se han realizado 315 ingresos por un total de 577,48€. ¿Somos solidarios con la cultura? Por mis cojones.

También resulta que cuando Microsoft se compró Nokia como quien se compra un chal aparecieron dos docenas de nostálgicos soltando perlas sobre la dureza de aquel 3310 , alabando lo mucho que duraban las baterías y lo bien que funcionaban. Sin embargo si Nokia se murió es porque se dejó de consumir mundialmente a favor de los demás, como si nos escandalizáramos de tener las calles llenas de bazares chinos llenos de mugre que no ha pasado las inspecciones de sanidad pero que consumimos compulsivamente.

Ya no se mira la programación televisiva, simplemente te sientas delante de la tele a ver si dan algo que te interese lo más mínimo. Luego buscas en la última página del periódico que no has comprado y te escandaliza ver como la prensa se va muriendo y sólo quedan vivos los finos panfletos deportivos. En la madrugada de los domingos, después de la sobredosis de lesiones de rematadores a gol sin estudios contrastables (porque ese es un término que carece de importancia), hay gritos sobre el 4-4-2 y los deberes de los niños se hacen con una copia pirata del office 2013 porque parece que usar el libreoffice es de pobres o de perrolautas concienciados con el software libre.

Tampoco hay cortejo porque alguien nos enseñó la obligación de imponer un proyecto de vida cinemátográficamente perfecto donde no se pueden cometer errores ni tener miedos.

No hay cines porque los screeners hacen que no se vaya y se construyen campos de futbol porque están llenos. Sigue habiendo toros porque son ricos los toreros de la misma forma que los gobiernos son los que son (en los campos de las democracias) porque se les vota, aunque luego nos estemos quejando toda la legislatura.

Si algo tiene la modernidad es la posibilidad de ser un nostálgico molón. Hablar de que rebobinar las cintas de cassette con el bolígrafo bic era la quinta esencia de la chulería porque podías mirar al tendido mientras pasaban los anuncios que se habían colado entre una canción de los Clash y otra de Bowie. Internet permite poner a Mazinger Z entre las series favoritas y creer que si te compras un smartwatch y dices "Kitt, te necesito" se te pone el pelazo de Michael Night.
Pero una de las cosas que tiene la nostalgia es que si añoramos algo que hemos perdido quizá, solo quizá, es que en algún momento lo despreciamos o lo abandonamos como si las modas mataran a nuestros juguetes de la infancia, como si fuéramos los responsables de haber perdido a todas las novias. Volver a jugar al Scalextric no va a reflotar aquella empresa pero nos dió mucha pena cuando cerró, justo después de las navidades en las que los padres compraban la Nintendo Ds a sus hijos porque hay un cartucho que te vale para piratear los juegos.

Estoy convencido que si no se pudieran piratear los juegos de la Ds ya habría quebrado Nintendo. Si Canal+ no se hubiera podido ver por la cara sería un proyecto fallido. El jailbreak está completamente controlado por Apple. Windows Xp fue un exitazo porque la clave DKRBQ-... la teníamos todos y te ahorrabas diez mil pesetazas creyéndote un hacker.

Y estoy convencido que es un fenómeno global, que no se debe a una cultura mediterránea o a algún afán de copia derivado de la destructiva cultura comercial asiática. Se debe al mismo motivo por el que se nos cayó el pelo al dejar de ser monos y ponernos jerseys. Se debe a la misma razón por la que somos obesos ya que no hay que correr para comer (excepto si eres Usain Bolt). Si se puede conseguir algo gratis, se consigue aunque eso se lleve por delante lo que nos gustaba. Es teoría destructiva de la evolución comercial.

Se nos llena la bocaza con la honestidad y el comercio justo. con la defensa de los salarios dignos y de las infancias. Aún quedan discográficas, productos no falsificados, maneras de mantener la cultura y escuelas en ciudades del asia profunda. Dicen que, casi como un futuro posible, hay un luego en el que contaremos que había una cosa que eran tiendas de discos, cultura de pago, marcas oficiales, software legal, trabajo digno y que los niños iban al colegio en vez de hacer las nike que te calzas. En ese mismo luego, en Internet, habrá tiempo para la nostalgia o la hipocresía.

19 de septiembre de 2013

With or without you (al violin)

La única vez que mi padre me llevo al teatro oi with or without you en esta misma versión. Estábamos sentados cerca del escenario, a la izquierda. Estoy convencido que él no era capaz de reconocer a U2 y yo no pude salir de mi asombro entre el momento en el que me había dicho que leyó , en algún sitio, que era una obra musical y divertida y que sabía que, porque siempre me escondía en mi cuarto con los discos, aquello quizá me iba a agradar más que esperar a que llegara la navidad entre el frio intenso de Madrid en diciembre.

Extra: No surprises.

16 de septiembre de 2013

Vulnerables

Mi abuela, obsesionada con la delincuencia y el pleno conocimiento de la debilidad que carga la edad a las espaldas, salía a la calle con un cuidado extremo de tener bien agarrado el bolso para que, en un despiste o una tumbada motera, no se lo arrebatasen por el método del tirón. Dejaba la radio puesta al salir de casa para que pareciera habitada y se escondía los billetes entre las tetas como una gitana de toda la vida, aunque ahora las gitanas se guardan entre los pechos las camisetas del H&M.

El miedo a perder o el pavor a ser arrastrada por las circunstancias  le hacía comportarse de esa manera tan habitual en la tercera edad. Aunque ya lo había logrado casi todo vivía con el miedo a perderlo. Daba igual que fuera un fondo a plazo fijo en el Banco Popular o las joyas que guardaba (textual) en una baldosa que estaba debajo de la nevera en su cocina, aquella donde me preparaba el café descafeinado con leche descremada y sacarina.

En "El método Grönholm"  Jordi Galceran sitúa a un grupo de ejecutivos en medio de un proceso de selección para ganar aún más en esa empresa moderna y derrochadora que se llevaba a principios de siglo en todo el mundo. "Hoy en día"- decia Jordi en una entrevista hoy mismo- "en vez de poner a los personajes en medio de una lucha para pasar de ganar 5000 a 10000, debería de ponerlos en una lucha a muerte por un puesto en el turno de mañana de una frutería". Las cosas definitivamente han cambiado.

En realidad vivimos con el miedo clavado en el bulbo raquídeo de la cotidianeidad. Salimos a la calle pensando que tendremos un accidente con el coche, que habrá cerrado la empresa, que nuestra pareja se irá con un perroflauta molón de esos que llevan el ipad en una bandolera con la correa larga y que se nos olvidará la clave de la wifi. Todo son catástrofes y son estádísticamente posibles porque vemos a la gente conducir como locos, los bancos han dejado de financiar al tejido empresarial y ella puso "me gusta" en una gilipollez de ese tipo que parece una mezcla entre un diseñador de la semana de la moda de Madrid y un universitario de filología etrusca que se sabe todas las letras de Eels. Lo de la clave de la wifi, como diría mi madre, es por esa enfermedad del alemán: Alféizar.

Ya no jugamos a ser superhéroes. Nos hemos convertido en vulnerables.

Así que cuando salgo a la calle veo a las personas con la cabeza abajo sujetando sus bolsos como las adolescentes lo hacen con sus smartphones. Ya no pasa solamente en la tercera edad, quizá al contrario: los jubilados están tranquilos porque las hostias que les quedan por recibir son pocas.

El problema de sentirse vulnerable es que por miedo, por drama o por precaución... no hacemos nada. Encajamos.


Pd: Cantaban Los Piratas: "No te echaré de menos en septiembre (...) seré como el tipo que algún día fui"

13 de septiembre de 2013

La audiencia pornowebcam y el nuevo marketing

Hay noticias que, aún obvias, aparecen y desaparecen como si no hubiera sucedido nada. En Tele5 Cuatro han seleccionado una cantidad de mujeres que representan (si es que lo presenta Mercedes Mila) la variedad y diversidad del mapa cultural y sociológico español, y las han lanzado contra unos muchachos y sus madres para ver si alguna Quiere Casarse con Su Hijo (también llamado Tróspido). Es una casualidad que se haya descubierto que 3 de ellas (por ahora) son actrices porno. Hay dos posibles razonamientos para ello: 1- el porcentaje de españolas en edad casadera que hacen porno es enorme o 2 - el casting quizá tenía alguna orientación.

Lo curioso de todo esto es que, aun siendo de dominio público, ese dato desaparecerá de la mente de los televidentes (o atraerá otros) y alguno se soprenderá cuando a alguna se le caiga una toalla al salir casualmente de la ducha con las carnes empapadas.

-!Le di unos euros y me la follé!- le dice un tipo a un colega. -Ya, pero te dijo que era puta- responde el otro. Así que el primero abre los ojos, le agarra zarandeándole por los hombros y le dice -!Ya, pero me la follé!, !Qué fuerte!- Supongo que ese es el resumen del programa televisivo en cuestión, creo. Tampoco voy a adivinarlo porque en este tipo de asuntos que tienen que ver con la televisión como espectáculo de vergüenza ajena me procuro mantener alejado, no sea que se me pegue.

Dicen que los magos te desvían la atención hacia un lado mientras te hacen el truco por el otro. Eso, que es una de la bases de la manipulación mediática, ha existido siempre. Franco rellenaba el NODO con el gol de Marcelino y vivimos continuamente un bombardeo de noticias sobre lo que les gusta a los árabes violar a sus mujeres y a sus niñas para, quizá, que no nos parezca mal que les gaseen dentro de un rato. En España se subía el IVA cada vez que la selección pasaba una eliminatoria en el mundial. No es nada nuevo pero reconozco que es agotador repasar la prensa con la idea de que una gran cantidad de noticias no son más que botes de humo que tapan lo que realmente nos afecta.

Sin embargo la publicidad de Tele5 Cuatro Mediaset es un ejemplo de un salto adelante en la nueva forma de orientación de los medios. No hay ninguna intención de tapar las vergüenzas ni los trapicheos empleados en la consecución final de un objetivo (en este caso la audiencia) sino que se ignora y se sigue adelante sabiendo que al espectador se le va a olvidar en cuanto vea el primer pezón. Ellos vivirán una erección en el sofá, ellas buscarán las estrías en los muslos de las concursantes y las redes sociales harán de altavoz poniendo links al "video censurado" del programa en cuestión.

Con la política o con las grandes compañías pasa lo mismo. Apple ha presentado, poco más o menos, el mismo producto recubierto de "policarbonato" (que es plástico) y se dispone a vender millones. Los partidos políticos (todos) saben que tienen en sus filas ladrones disfrazados de afiliados y se disponen a volver a ganar algunas elecciones. Softonic es una basura que te lleva de cabeza al maravilloso mundo de los virus troyanos pero se publicita como un lugar 100% seguro. Ya nadie se preocupa de tapar las miserias porque han descubierto que eso es un esfuerzo en vano y que, a la larga, ignorarlo es mucho más rentable.

Incluso hacen cierto el dicho que dice que es importante que hablen de ti, aunque sea mal.

Durante muchos años McDonalds intentó quitarse de encima la etiqueta de comida basura y es por ello por lo que se apoyó en sus enormes ensaladas. A Nike le importó muy poco (excepto en sus inicios) que se le asociara con la explotación infantil. A Coca Cola le da igual que se sepa que el azucar engancha como una droga dura porque hace anuncios de hábitos saludables y con eso hace más ruido que los malos publicistas que son los científicos.
Tengo la sensación que, quizá porque hay demasiados escándalos, las compañías o los poderosos han dejado de esforzarse en tapar sus estrategias porque han descubierto que a la mayoría le ha dejado de importar. En realidad es marketing y parece que les funciona. Ryanair admite que censura a los que van en sillas de ruedas, que no quiere gordos, que paga mal a sus empleados y sigue ganando pasajeros. Xiaomi te cuenta claramente en su web española que ,aunque se pasan las leyes por el forro, es más fácil engañar en Uk que en España, y van de ser el nuevo monstruo en telefonía mundial. Hoy me han pedido 2€ por añadir un concepto en un ingreso en el Banco Sabadell y en La Caixa no se les cae la cara al decirte si ingresas dinero en metálico (en cajero) en una cuenta que no es tuya tienes que pagar una comisión. Los dos están ganando clientes. Ninguno, y son ejemplos, se preocupa de tapar esas mierdas.

-¿Qué las chicas de Tele5 aquel concurso son actrices porno?, pues bien. ¿A qué hora me has dicho que lo dan?.
-Justo en medio del telediario

12 de septiembre de 2013

El dejavú español

10 motivos por los que tengo la sensación de que el tiempo no pasa y que cualquiera de estas cosas que suceden hoy ya han sucedido antes.

  1. La economía está mal, muy mal
  2. La telebasura es líder de audiencia mientras Jordi Hurtado presenta Saber y Ganar
  3. EEUU quiere invadir un país y España le apoya
  4. España reclama Gibraltar
  5. Madrid pierde las olimpiadas
  6. Cataluña dice que quiere ser independiente
  7. ETA dice que es posible que se disuelva
  8. Alonso casí gana y Nadal gana
  9. Un español hace el ridículo hablando en inglés
  10. Apple presenta el iphone5


10 de septiembre de 2013

La elegancia, el COI y alguna dama

No es elegante hablar de dinero, ni de sexo. No es elegante decir lo que ganas o poner cara de asombro con lo que ganan los demás (para bien o para mal). No es educado alardear de albricias sexuales o de periodos de secano absoluto como si fueran medallas de oro olímpicas o silencios de esos en los que se puede oir el papel del cigarro consumiéndose mientras escribo con el runrún del ventilador de mi ordenador de fondo.

Es ético hablar de la felicidad de los pueblos y del amor entre culturas, de los libros que nos dan enseñanzas y de los documentales de la 2 que veo desde la bañera con la compañía de un par de patos de goma (esto último es absolutamente verídico). Pero no se puede hablar de lo que pago de agua o de lo que me cuesta, cada mes, la conexión a internet con la que hago streaming de La2.

Cuando, al presentar las candidaturas olímpicas, los diferentes mandatarios han mostrado (con mayor o menor acierto) sus propuestas en medio de la pantomina del examen oral del COI, se ha hablado del crisol cultural de Estambul o de las costumbres milenarias del Japón.
Se ha hablado, por encimita como quien dice que el coche es caro, de parte del dinero gastado y del café con leche. Se ha comentado, como quien hace promesas en un bar, de lo felices que seremos y de lo felices que te haremos. Se te ha contado que somos ese lugar magnífico donde podrás batir tus récords del mundo al abrigo del verano del 2020, que será el ejemplo asfixiante del cambio climático.

Lo han dicho todos.

Ninguno se ha sentado y ha contado, como quien pone las cartas sobre la mesa, de la pasta que esperan sacar de esa apuesta desmesurada que se realiza con la excusa del deporte. Sin embargo los empresarios españoles, los turcos y más de un japonés ya estaban mirándose las carteras. A ninguno de ellos les importa una mierda si los deportistas hacen balconing o les salen tres ojos en el ojete después de tomarse los gin tonics con hielo de pura agua de Fukushima. Tampoco les importaba si hacían pie en el Manzanares o si acaso violaran a alguna lanzadora de martillo norcoreana un grupo de integristas islámicos borrachos y puestos de hachís en un autobús camino de Topkapi.

Viene a ser lo mismo que contar lo bueno que te sale el café por la mañana y lo bien que haces un croissant a la plancha (si es para dos). En realidad no te importa mucho porque lo que quieres es un largo y habilidoso momento de placer oral. Luego, si el café te sale bien, mejor. Al fin y al cabo las erecciones en los bares son los empresarios que acuden en las delegaciones candidatas.

Sin embargo estás convencido de que quieres hacer ese café y que quieres hacer más grandes todas esas excelencias que tiene el deporte. Lo crees realmente. Eres capaz de admitir que quieres dormir a su lado y que el sexo no es lo que te mueve porque deseas fervientemente notar su respiración robándote tu parte de la cama. Eres capaz de hacer un discurso convencido sobre el espíritu olímpico y la emoción de representar las ilusiones de un país y del mundo entero con las elongaciones mágicas de tus deltoides.

Pero luego, en sede olímpica, intentas hacer caja de la misma forma que en la cama se te escapan los dedos de la mano.

Supongo que la diplomacia consiste en hablar de todo menos de lo que realmente te motiva.

Un diplomático dice que si cuando quiere decir quizá y si dice quizá quiere decir que no, pero si dijera que no, no sería un diplomático.
Una dama dice que no cuando quiere decir quizá. Si dice quizá quiere decir que sí pero es que si dijera que sí, no sería una dama.

A mi, como a Madrid, me han dicho que no muchas veces. Será que no dí con la dama o que no supe ser diplomático. 

7 de septiembre de 2013

Leyes fundamentales de la estupidez humana

Copio y pego de: (Carlo Maria Cipolla 1988) (Link)

La Primera  Ley Fundamental

"Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo".

La Segunda  Ley Fundamental

"La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona".

La Tercera  Ley Fundamental

"Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio"

La Cuarta Ley Fundamental 

"Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error".

La Quinta Ley Fundamental 

"La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado".

6 de septiembre de 2013

Los derechos excesivos (de los demás)

Hay personas que no deberían de tener derechos. Los pobres lo piensan de todos los ricos, los ricos de más de un pobre. Los Occidentales blancos del KKK de los negros y de los árabes, que son los nazis de principios del XXI. Los árabes lo piensan de los judíos y los judíos hacen dinero mientras los demás se preocupan de esas tonterías. El caso que es que siempre hay alguien que no debería de ser igual que tú, porque es así y porque todos queremos estar en la parte alta de la escala evolutiva.

Por supuesto, nosotros lo merecemos todo.

Merecemos el amor y el cariño, un poco de vicio y algo de sexo. Merecemos un aumento de sueldo y servicios gratuitos y de calidad de la misma forma que se pongan todos los semáforos en verde cuando aceleremos con el coche sin multas, porque todas las multas son inmerecidas como los suspensos de los adolescentes.
Poco ha cambiado desde aquel momento en el que "el profe me tiene manía" a alguno en el que "mi jefe es un avaricioso egoista" se repite delante de la mesa donde las familias ya no comen juntas.

Cuando no nos quieren como queremos o cuando no nos sentimos valorados como nos gustaría que fuese nos inventamos excusas que nos dejan en un lugar de incomprensión y desamparo. "Han sido los de Wall Street" o "Se estará follando a otra". En realidad la verdad no es ninguna de esas cosas y tampoco es una culpa como un mazo que debamos soportar a lo largo del monte de los Olivos. Es un porcentaje. Lo porcentual siempre es medio lleno o medio vacío.

Supongo que es más fácil ser un adolescente rabioso y dependiente que un adulto con criterio y capacidad de asumir las pequeñas frustraciones que nos dan los meses de septiembre.

Los adolescentes hablan de sus derechos por encima de los derechos de los demás (o , como mucho, por igual) y se sienten castigados por un sistema abstracto y opresivo del que no pueden salir y del que necesitan aire para respirar en forma de conexión de datos a alta velocidad con la que crean tuits en los que dicen lo hartos que están.

Luego se buscan en google.

La mayoría de esos adolescentes tienen hijos, coches e hipotecas.

4 de septiembre de 2013

Hagamos una startup

-Hagamos una startup

Creo que es una frase que he oído varias veces a lo largo de este verano, casi siempre sentados en un bordillo y sujetando una cerveza. Luego he preguntado sobre la última película que se han bajado sin pagar, la app que usan en su versión gratuíta y soportando las publicidades, la música que llevan en el usb del coche o si se van a pasar del Whatsapp al Line por no abonar los 0.89€.

Después pregunto: "¿Y de donde vamos a sacar dinero?".

En ese momento, como si se tratara de un maná, me responden que "de la publicidad" y ahí queda todo.

Una de las cosas que tiene vivir en el sinvivir capitalista es que alguno, al estilo Lugo (Dolor y Dinero), considera que solamente con quererlo con la suficiente intensidad es lo bastante para conseguirlo. "Ser un hacedor", que se podría decir en una mala traducción.
En algún lugar de la psique del ciudadano medio está grabado a fuego el mensaje de la economía de mercado de los años 80 y todas esas imágenes de sanos, ricos y felices que tienen los emprendedores cuando sonríen a las cámaras de España Directo. Se habla muy por encima del esfuerzo y de los impedimentos. Se pone encima de la mesa, como si se pusieran los genitales en una discusión entre machos alfa, la idea y la inteligencia como algo exclusivo de un emprendedor que es, en si mismo, un nuevo escalón en la humanidad evolutiva. No todo el que emprende es listo como no todos los alemanes son ordenados.

Entonces es cuando, sentado en un bordillo y viendo la cartera vacía, te crees que si ha salido por la televisión un tipo que se hizo rico con un juego estúpido de cerdos o con una pulsera magnética que no cura nada pero se agota a 30€, tú no vas a ser menos. Sumergidos en una idea cultural en la que has de ser un genio incomprendido la visión del oasis de la riqueza entorpece el paso previo de la posibilidad de fracaso. Conozco a más de uno que hizo una página web en 1999 y se creyó el nuevo Bill Gates en el momento en el que recibió una carta de Google diciendo que tenía unos cuantos puntos en la tarjeta travel y porque puso un Adwords en su blog, el mismo blog que actualizó durante un mes y luego abandonó como se abandonan las cosas que suponen un esfuerzo.

Los más lerdos fanfarronean en las cenas de ser hábiles hasta límites insospechados en el mundo virtual. Estamos en un momento en el que a la abuela se le abren los ojos cuando le cuentas que vas a hacer un negocio mundial en el ciberespacio. Manuel Torreiglesias te puede llegar a entrevistar para que expliques en qué consiste esa idea revolucionaria y quizá puedes aparecer con zapatillas de deporte en plena pose hipster pero lo cierto es que el ciberespacio está lleno de ideas mediocres que se mueren solas. Porque se llame Internet no quiere decir que sea diferente que hacer ánforas y venderlas en la edad romana. Se mueren igual que se mueren las panaderías y las agencias de viajes: cuando llegas a donde has afirmado que quieres llegar descubres que en realidad no querías estar ahí o que no sabes estar ahí. El comercio es comercio aunque venga a través de un cable de fibra.
Ligarte a esa chica para que sea la madre de tus hijos no consiste en desearlo con la suficiente intensidad, si fuera así no sería tan complicado. Requiere esfuerzo, muchas veces un esfuerzo al que aún no estamos preparados o que quizá no somos capaces de acometer por mera imposibilidad personal de la misma forma que tampoco podemos correr los 100m en menos de 12 segundos por mucho que lo deseemos. Requiere entrenamiento. También requiere que ella esté dispuesta, por supuesto. Ella es el cliente del producto que vendemos siendo los responsables de marketing o solamente los gestores de sus necesidades, abarcables o no.

-Hagamos una startup- que es una frase tremendamente cool, implica hacer un negocio. Independientemente que vivimos en un pais un mundo globalizado en el que nadie quiere pagar por nada (y eso es un problema para ganar dinero) hacer un negocio implica fracasar, esforzarse, pasar noches enteras pensando que esa apuesta fue un error. Implica que cada vez que entre un euro en tu bolsillo aparece hacienda, un sindicato, un banco, un casero, una ley o una multa que se lo lleva. Implica no tener paro si fracasas, no tener tiempo para contar a los demás que tienes una startup porque te estás comiendo los cuernos para lograr sacar un céntimo más.

No es sólo desearlo, aunque los libros de autoayuda y los emprendedores de cuarta división te digan lo contrario.

Será por eso por lo que los que se sientan delante del ordenador haciendo que trabajan ven porno o hacen más ricos a los tipos del poker o de las apuestas online, que es donde se refugian los amantes del dinero rápido y donde pierden sus ahorros al estilo 2.0.

Quieres hacer una startup pero, en realidad, terminas jugando al euromillón.

A veces no puedes, unas no sabes y otras no quieres. Eso es lo que le han pasado a los negocios toda la eternidad. Tampoco vale únicamente con esfuerzo y mucho menos es cierta esa idea que dice que cualquier mierda en Internet es un éxito asegurado, aunque seas un cenutrio.

Luego están todos esos banners que afirman que vas a ser rico, feliz y te va a crecer el rabo.

2 de septiembre de 2013

Lunes, Septiembre...

Estos son días en los que me pregunto el motivo por el que al ser humano le encanta castigarse.