23 de septiembre de 2024

El anuncio del AÑO

 


Porque lo que más mueve la economía es, en realidad, el sexo. Si cogemos todos ( Argentina), la economia mejorará y en un año seremos una potencia económica mundial.
Maravilloso.

Pd: para los que crean que TULIPAN es margarina, en Argentina es otra cosa.
Y si eres de los que creen que la sirven con helicopteros... 

20 de septiembre de 2024

Cuando descubrí que no soy un hombre.

Decía, en su presentación, que le gustaba el cine, la música y las relaciones con base. El día que la conocí recibió varios mensajes. Confesó, quizá porque pensaba que eso le haría parecer más moderna o mas resolutiva, que unos eran de un tipo con el que había quedado hace un par de días. Los otros de un caballero, gentil y educado, con el que cenó ayer. La sinceridad, en su concepto basto del término, suele estar enfrentada al buen gusto y si alguien piensa que resulta moderno hacer ostentación , nada más llegar, de una azarosa vida sentimental o sexual podríamos pensar en qué hubiese pasado si le dijera que tengo que ir al baño a limpiarme del polvo que acabo de echar. Todo eso mientras pongo cara de travieso, moderno y gilipollas. Me resulta desagradable hasta a mi.

Tampoco pasa nada porque reconozco que hay determinadas licencias que algunos se permiten para parecer lo que creen que deben parecer. Es exactamente lo mismo que Maria del Carmen, 25 años de fiel matrimonio y recién separada, que al salir de copas por primera vez aparece embutida en un vestido animal printing y quiere tocar el culo a todos los camareros. Si queremos ser igualitarios podemos hablar de José Ramón y Eduardo que una vez al año, calvos con pelillo en las sienes, vaqueros de 1987 y camisetas de Barcelona 92 ( compradas en Barcelona, 1992), se fuman un porro pegando botes en la primera fila de un concierto punk moviendo la cabeza como si tuviesen cresta.

El caso es que, como soy un cabrón dialéctico, me quedé a investigar los extraños mecanismos de ese cerebro. Pregunté por aquellos muchachos. Obviamente, hablando en frío, hizo gala de modelos previamente aceptados. "Yo busco tener una relación con alguien y ya se verá. Quiero concer a las personas y después, solamente después, dar el paso a la intimidad". Correcto. Quise, por ahondar en ello, preguntar por su último año. "He tenido tres o cuatro relaciones". "¿A la vez?". "No, hombre"-dijo con cara de haber pensado mal sobre su integridad moral. "Entonces, si es un año y son cuatro, quiere decir que el tiempo que tardas en decidir que alguien puede ser el hombre de tu vida es"-y puse cara de hacer un cálculo mental.-"tres meses". Luego quise ser malvado y añadí: "dos si te das unos días para asimilar los fracasos. Eso, quedando los fines de semana alternos, son tres cenas. Así que la cuarta vez que quedas con alguien ya es el hombre de tu vida. La primera es un café, la segunda es una cena con beso en la despedida y la tercera ya está. ¿Ayer cenaste con el hombre educado?. ¿Qué numero de cita era?". Me miró enfadada: "La segunda". "Pero no te creas"- quiso puntualizar- "que soy como alguna de mis amigas que salen por las noches y si ven a un tipo que les gusta se acuestan con él".

Hicimos un silencio.

- Presupones que ellos no tienen capacidad de decisión.

- Los hombres sois todos iguales. Quereis lo mismo.

Curiosamente es obvio que llegados a ese punto o su afirmación era falsa o yo no era un hombre.

- ¿Ayer te despediste con un beso?

- Si.

No me iba a poner a preguntar sobre la ultima película que vio entera o el último disco que escuchó completo. Vivimos en una sociedad que pasa a la siguiente canción en menos de 10 segundos, que consume series porque son de media hora y se quedan en 20 minutos quitando la introducción y los créditos. Vamos camino de llegar a la conclusión que una relación estable dura lo que tarda el dedo en pasar al próximo perfil.

Aunque lo más importante es creer en la propia integridad. Asegurar que te gusta el cine, la música y las relaciones estables. 

Me confesó que jamás llegaba al final de una película porque se queda dormida, supongo que en el sofá de su próxima relación estable de dos meses con un hombre muy hombre, no como otros.

11 de septiembre de 2024

Contra los poderosos, la excusa de los que mandan.

Existe toda una generación que irrumpió en este mundo para luchar contra los poderosos, y eso es bonito. Sentirse parte de un grupo maltratado. Buscar una manera de no discriminar al inferior, al pobre, al que ha tenido menos oportunidades. Cooperar. Reciclar. Establecer respuestas obvias a problemas complejos y escribirlas en carteles con rotuladores Carioca de colores. Sentirse un anarquista gritando a los cuatro vientos que no le dejan ser libre mientras le graban para el telediario y le escolta la policía en una manifestación autorizada por el ayuntamiento, con todos los permisos en regla.

Y un día, porque la vida avanza y porque la generación que viene por detrás es a la que le toca, se convierten en los poderosos. 

Dirigen las empresas de sus padres, acceden a los puestos del consejo de administración, algunos tienen éxito en sus empresas y contratan empleados, se presentan a las elecciones y logran vicepresidencias, ministerios, salarios importantes. Alguno tiene un programa en prime time con su grupo de colegas de siempre.

Pero, como son incapaces de hacer lo que era "tan sencillo", siguen luchando contra los poderosos. Si no los encuentran, se los inventan. Si no se los inventan, crean conspiraciones o mantienen vivos a los muertos. Alguno, incluso, descubre que es poderoso sin saberlo mientras va en el metro a una empresa dirigida por un joven recién llegado que ha afirmado en una entrevista que lucha contra él. Viene a ser como cuando Sabina ya era rico y seguía haciendo canciones contando que se iba en furgoneta con una amante ocasional mientras les detenía la policía por quererse ( o algo así). El sueño americano no debería ser preparar paquetes en Amazon.

Así que tenemos empresas que dicen que son verdes y luchan contra la deforestación pero colaboran en las guerras de África para sacar los recursos más baratos. Políticos que nunca harían lo que están haciendo. Empresas que tratan a sus empleados (o falsos autónomos o lo que se llame) peor que el principio de la revolución industrial. Ni bajó la luz ni se acabaron los desahucios. Quizá porque ya ahorraron para pagarse una segunda vivienda y un coche de combustión. Algunos, ansiosos de experiencias, pagan billetes carísimos para hacer turismo espacial.

Pero lo más curioso, y en eso se diferencian de las generaciones anteriores, es que siguen teniendo que mantener el discurso de luchar contra los poderosos, aunque los poderosos sean, precisamente, ellos. Sabina tiene un buen disco llamado Juez y Parte. Cantaba "cuando era más joven".


9 de septiembre de 2024

Nuevo curso, nuevos titulados. Nuevas estadísticas.

Empieza un nuevo curso y tengo una buena noticia para ustedes: un porcentaje altísimo va a obtener su titulación. Eso, como diría la vicepresidenta, es bonito.

Hace bastantes años existía la idea, no sin base, de que estábamos viviendo en un pais con pocos titulados. Por eso mismo, haciendo la misma lógica, estábamos retrasados respecto de Alemania. Allí todos eran médicos, ingenieros y biólogos moleculares. Por ese mismo razonamiento si conseguíamos tener el mismo porcentaje de titulados por metro cuadrado llegaríamos a la felicidad extrema que se le suponía a la nación teutona.

Una de las formas de lograrlo era favorecer el acceso a la educación superior y otra, menos publicitada, era reducir el número de abandonos en ese periodo de la vida. Por alguna razón la titulación universitaria se convirtió en algo parecido al carnet de conducir: al final, con tiempo y dinero, siempre te lo sacas. Luego da igual que conduzcas como un retrasado o que te sepas las señales. Tienes el título y se puede afirmar que en España prácticamente nadie conduce sin carnet. Es casi como buscar esas estadísticas que afirman la inmensa cantidad de titulados superiores que hay a nuestro alrededor. Que sean buenos en lo suyo, incluso que es guste su trabajo o se esfuercen en hacerlo mejor es secundario. Por alguna razón alguien ha pensado que si eres futbolista federado del Club Deportivo Santutxu, tu desempeño es el mismo que el de Carvajal. Los dos tenéis la misma titulación. Es la misma base de razonamiento por la que Mari Tere, que juega al futbol los martes, debería de tener el mismo salario que Messi: mismo trabajo, mismo salario.

Políticamente hablando es chulísimo afirmar que, a dia de hoy, la mitad de los españoles entre 25 y 34 años dispone de una titulación superior. Es un porcentaje superior a la media europea. Nos podemos chupar las pollas mientras le decimos al francés de turno "a mi me lo vas a contar, que soy ingeniero agrónomo". Que sea un agricultor de Toulouse le quita toda la razón porque no tiene título.

La educación superior ha perdido desde hace tiempo su necesaria función de filtro. A alguien se le olvida decir al estudiante en cuestión que no, que no tiene madera de médico o de arquitecto. Que está muy bien que se sepa de memoria todos los capítulos de La Ley de Los Angeles pero que para estar en un turno de oficio del juzgado de Parla hay que tener otra actitud y preparación. Que si eres ingeniero industrial con tres máster en renovables pero no sabes coger un destornillador, algo falla. Vendría a ser alguien con el título de cantante, que hace poses en el escenario y lleva el pelo sorprendente, pero de cantar, poco. Bueno, eso es Samantha Hudson.

Siento estar en disposición de afirmar que cada vez me encuentro más titulados sin conocimientos. Por mi trabajo, cada año, recibo a media docena de personas en prácticas. Es su último paso a la inserción en el mundo laboral y no es que yo sepa más sino que cada vez saben menos y, curiosamente, les noto una menor gana de aprender o de hacer algo. Vienen, preguntan la hora de salida, están y se van poniendo cara de esfuerzo. Una conocida, cirujana, me comentaba que veía a los nuevos médicos bastante bien preparados en lo técnico pero que sentía un gran temor en los cambios de turno porque alguno dejara al paciente sin coser porque "si no me pagan horas extras no tengo por qué quedarme ni un minuto". Hemos pasado a una situación, básicamente en Europa, en la que en vez de aprender a mejorar el sistema es el sistema el que debe de proporcionarlo todo y donde si mis padres tienen un apartamento no puedo entender cómo no lo voy a tener yo, incluidas mis vacaciones, medios de transporte y plataformas de cine pagadas. Si ellos se esforzaron, yo me compré un samsung y no un iphone.

Es, como muchas otras cosas, un defecto cultural bastante cabrón basado en la exaltación de la individualidad por encima de todo, trabajo incluido. El tonto, y eso lo hemos hablado antes, es el que se esfuerza y el que trabaja porque los demás se sientan diciento:"yo lo merezco, que para eso tengo un título".

Al final la vida, como siempre, se impondrá y tendremos que encontrar un nuevo filtro para determinar las capacidades de las personas porque hoy por hoy tener un título ya no significa nada más que fuiste a la universidad pagando tus cuotas. Existe un político al que cada vez que se le recuerda lo mal que lo hizo, te recita su expediente académico. Mis compañeros con mejores notas normalmente no fueron los más brillantes en su trabajo, y eso que en primero estábamos 10 clases y en segundo, tres. Sin embargo alguien afirmará que el sistema es cruel con los sacrificados estudiantes titulados, presuponiendo que están preparados porque acabaron los cursos que empiezan hoy.

Y no, no somos Alemania.