29 de abril de 2019

Sabina y los singles

Yo fui un loco seguidor de Sabina porque me tocó la época y porque viví toda su discografía desde la mandrágora hasta el maravilloso Mentiras Piadosas con la exaltación infinita de conocer todas y cada una de las notas del directo que hizo con Viceversa.

Mi primera borrachera fue una noche, antes de un concierto. Mi primer cigarro, un BN negro al salir de aquel pabellón donde le vi, joven, a mediados de los 80. Eso fue después de hacer de mendigo en “si yo fuera presidente”. Yo ya sabia que era hijo de policía de Jaen y no un producto del Madrid de la década. Siempre me ha gustado ser certero en los datos. Siempre que algo sale mal creo que es porque teníamos “incompatibilidad de caracteres” o porque aquella noche que fallaste tampoco fui a la cita yo (qué cabrón).

Lo tuve conmigo, disco tras disco, demasiados años. Me olvidé del reloj porque nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al currelo. Recuerdo: Bilbao, 1990. En la barra de un bar yo le quise decir que el azar se parece al deseo, que un beso es solo un asalto y la cama un ring de boxeo y que las caricias que rozan la piel y la sangre amotinan se marchitan cuando las toca la sucia rutina.

Creo que también lo usé diciendo que “de sobra sabes que eres la primera” pero siempre, sobre todo a partir de entonces, eran letras copiadas que habían dejado de ser verdad un poco de tiempo atrás. Para mí y para un cantautor en el olimpo que se empeñaba en contar otra vez cómo se libró de un robo porque le reconocieron. Para mí que, como el cantante, estaba aprendiendo a no simular una voz que no tenía. Los dos más roncos y los dos tan jóvenes y tan viejos.

Alguna vez en los años 90 dejé de oírle. Dicho así es casi algo que parece del siglo pasado.

Tengo que reconocer que esa imagen de crápula con corazón tiene un éxito infinito entre muchas de las mujeres que conozco. Ese poeta que sabes que te va a dejar, que te va a engañar, que cuando está con las demás se fuma un cigarro en el balcón, pensando cómo escapar de un marido que llega, y piensa, sin embargo, amargamente en ti de la misma forma que cuando está contigo piensa en todas las demás.

Dejé de oírle por muchas razones. La primera es que ya no sonaba a verdad. Sonó verdad que el alquitrán del camino embriaga más que el suave vino del hogar pero ahora ya tenemos domicilio fijo. El gran amor no deshizo nuestra cama y nos aburrimos de promiscuidad.

Curiosamente tengo todas aquellas letras en la cabeza. A veces vienen y encajan, como si fueran piezas de puzle guardadas en un cajón. A veces simplemente las reconozco como quien se reconoce en una foto y sé que todo eso que me cuentas no es tuyo, sino que se lo has robado a una canción como quien roba el mes de abril.

Así que apareció como quien pone un anuncio en la prensa local. “¿A dónde vamos rubia? - A donde tú me lleves, contestó”. Y me contó en la cama que era toda una princesa de las que no asedian con la antología de sábanas blancas y alcobas vacías. Me contó que siempre se despierta pronto y que si no se amanece con ella será peor para el sol. Era el caramelo sin azúcar que a veces la vida pone delante como una manzana prohibida.

Me contó que le gustaba mucho Sabina, que se sabía las canciones. “Es un poeta a tener en cuenta”. Que le gusta buscarse en las letras y reconocer la sabiduría de quien ya estuvo en los lugares que algunos soñamos con conocer alguna vez en la vida, aunque sea de refilón. Juraba que conocía las rimas y las palabras, las veces que rompía la voz en los conciertos y todas y cada una de las asonantes. Ponía la cara de quien degusta algo sabroso si repetía alguna frase y poco a poco dejaba claro ser una fan, una seguidora y una admiradora.

Y nos dieron las diez.

Pero lo curioso es que mientras estaba ahí, con sus besos en la frente, con sus medias negras, con la frente marchita y siendo una rubia platino, yo volví a pensar en esa amante inoportuna que se llama soledad y le dije que era un tratado de impaciencia. El número 11. Le dije siempre que prefiero dormir ella quiere hacer el amor. Dije que huyendo del frío busqué en las rebajas de enero. Comenté que no me dijo que mi última novela le excita más que todo Camilo José Cela y que yo no pude quemarme con el gas azul de los mecheros.

Sonreí como si buscara un acertijo. “Rana salió la princesita. Falda tacón y unas braguitas de quita y pon.”-dije- “ Y en el escote”- continué- “la ermita del deseo donde se arrodillan los ateos.”- terminé. Y se enfadó sin decir nada, haciendo un enorme silencio que duró dos días.

Y es que no sabía que aquello, como todo lo demás, eran las letras que yo me sabía de memoria para descubrir que ella jugaba a saber algunas porque sólo sabía los singles. Y con los singles no puedes conocer al autor. Pasa con los artistas y con quien se queda a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. Claro que qué consejos voy a darte yo que ni siquiera sé cuidar de mí.

Dejé de oír a Sabina hace muchos años pero de vez en cuando vuelve y me recuerda quien ya no soy y a veces me descubre quien quisieras ser pero no eres, sobre todo si quieres ser alguien de hace 25 años sin saberte las caras B, que es donde está la verdad. Ahora es demasiado tarde, Princesa.




Algunas canciones que aparecen en este post:

https://www.youtube.com/watch?v=J3OtzDWBwOo
https://www.youtube.com/watch?v=jpJq9iG3JHM
https://www.youtube.com/watch?v=5KPOBI_ZgBc
https://www.youtube.com/watch?v=O2M2Mczy1Mo
https://www.youtube.com/watch?v=BYo88T7Q6Jk
https://www.youtube.com/watch?v=VhdOwDe-Pgg
https://www.youtube.com/watch?v=Y6ZuGI1jgfs
https://www.youtube.com/watch?v=8mBoAxFgALI
https://www.youtube.com/watch?v=4nO0XP3AqbM
https://www.youtube.com/watch?v=rvV7hd-3LUI
https://www.youtube.com/watch?v=qahBeZB1g54
https://www.youtube.com/watch?v=S9VYT-zMCyY
https://www.youtube.com/watch?v=J3OtzDWBwOo
https://www.youtube.com/watch?v=sBDoHv2OO7s
https://www.youtube.com/watch?v=_oWIXXP3oCU
https://www.youtube.com/watch?v=TptRqnxJZ4Q
https://www.youtube.com/watch?v=c5KCnKX_O1Q
https://www.youtube.com/watch?v=r0EzwomP79g
https://www.youtube.com/watch?v=sEoRb2aPJPA
https://www.youtube.com/watch?v=UZ1Uaske7lA
https://www.youtube.com/watch?v=n99E6ilAcvA
https://www.youtube.com/watch?v=FzKlIHvLaAI



Pd: Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor, que me falta valor. Puedo ponerme digno y decir “toma mi dirección, cuando te hartes de amores baratos de un rato , me llamas”.

26 de abril de 2019

En España somos de votar para joder. Y nos jodemos.

Hace año y medio publiqué un librito (que se puede comprar pulsando en el link) en el que llegaba a varias conclusiones lógicas. La primera es que la estupidez es la principal enfermedad de nuestra sociedad. La estupidez capitaneada por el listo que todo lo sabe , grita mucho, se indigna como una señora mayor y utiliza palabras magníficas como discriminación, anticonstitucional, derechos humanos o prevaricación. Por supuesto que  no tiene ni idea de lo que es prevaricar, aunque tome decisiones injustas siendo consciente de ello.

También llegaba a la conclusión, a base de supuestos válidos (denomínese silogismos) , que la democracia como tal es injusta porque el voto de todo el mundo vale lo mismo y eso presupone que todos somos iguales pero, oh sorpresa, no lo somos porque unos somos gordos y otros delgados, unos listos, otros tontos, otros altos y otros van en bici. Mientras escribí aquel libro se votó democráticamente a favor del Brexit, de Trump, del NO a la paz en Colombia y en Turquía se votó a favor de dar poderes de dictador a un señor, y salió que sí. Después de aquello, y para darme la razón, salió Vox en Andalucía, en Cataluña se votó a un tipo que , consecuente con sus ideas, pilló la pasta y se fue a una mansión. En Brasil salió Bolsonaro y en Ucrania se ha elegido , con el 72% de los votos , a un humorista para primer ministro. Vamos, que si a eso le sumas a esa chica que quiso dar a luz siguiendo un tutorial de youtube con el resultado de muerte, puedes pensar que algún tipo de virus fatal se está extendiendo por ahí.

A los largo de estas semanas de zafarrancho me han intentado convencer de votar al pacma, a podemos, a cualquiera que no sea de derecha e incluso a cualquiera que no sea un loco rojo de izquierdas. En cada caso he hecho lo mismo: buscar los programas electorales y hacer una sola pregunta a mi interlocutor sobre él. Y casualmente los resultados han sido idénticos en todos los casos: no se ha leído el programa del partido que defiende nadie. Mantienen la maldad del supuesto enemigo poniendo en su boca cosas locas. Que si te van a quitar la casa del pueblo o que van a matar a todos los negros del áfrica. Que asesinarán a los gays o que nos levarán a la ruina y a la fragmentación del estado en estaditos pobres. Y es todo mentira aunque resulta mucho mas divertido vivir escandalizado ante el seguro desastre.

Una de las cosas que hemos aprendido con la democracia es que da igual lo que uno proponga porque después siempre hay algo, como hacen los adolescentes, que nos permita echar la culpa a los demás para ser incompetentes con nuestras promesas. La herencia, los compromisos, la crisis internacional, los británicos locos o tres árabes con barba que pasaban por  ahí.

También hemos aprendido, algunos, que hay cosas imposibles. (Señores de Podemos: hay una cosa llamada inflacion) Y somos excepticos cuando nos cuentan que se nos va a volver el rabo mucho más intenso con tal o cual presidente del gobierno, que tendremos  muchos hijos y conciliaremos felizmente en un mundo utópico donde las mariposas revolotearán por las calles limpias sin que nadie tenga que barrer la mierda de los demás porque somos una sociedad de seres justos (y limpios).

El domingo hay que ir a votar y en España somos muy de votar por joder. Lo curioso es que nos gusta jodernos a nosotros mismos. Votamos a Gil, a Ruiz Mateos. Tenemos al mayor ladrón español, Don Jordi (ejemplo del triunfo de Cataluña sobre España  porque un tipo bajito se lleva más que toda Andalucía) en la calle....  

Eso fue democrático. Igual que Rodolfo Chikilicuatre lo elegimos nosotros y sabíamos perfectamente lo que votábamos. Somos muy gilipollas disfrutando de cómo, después, hacemos el ridículo.

Quizá es hora de dejar de serlo.

O hacer cierto eso de que España está llena de españoles y mucho españoles.

Lee, valora si es posible y... Piensa un poco, joder.
No me hagas recordarte que el título del libro es : Sé que eres un estúpido.

19 de abril de 2019

Entonces duerme

Suena la orquesta, sube el telón y ya no puedo esconderme nada se pierde y si le pones calor quiero que sueñes conmigo que sueñes conmigo. No me molesta, hay un rincón donde sabré defenderme entonces duerme y si te sientes mejor quiero que sueñes conmigo que sueñes conmigo. Vas a la fiesta, qué decepción no me tomabas en serio entre los dedos se escapó lo mejor quiero que sueñes conmigo que sueñes conmigo. Ya no hay respuesta, sólo tú y yo no queda nada por medio cruza tu frente alguna buena canción quiero que sueñes conmigo que sueñes conmigo

15 de abril de 2019

La libertad y los pensadores de locuras

Hace no mucho estuve en un debate hablando de los límites de la libertad de expresión. Hablábamos de aquel rapero imberbe que reclamaba repetir Paracuellos, que es el lugar donde asesinaron al hermano de mi abuelo mientras a mi abuelo el otro bando le quitaba su medio de vida. En realidad la discusión trataba ese tema tan viejo de  poder defender cualquier idea siempre y cuando no sea una imposición a los demás. Las bases de la libertad y de la democracia son sencillas: poder decir lo que a uno le venga en gana y someterlo a la decisión mayoritaria del pueblo.

Desde ese punto de vista uno puede decir y exponer barbaridades: matar a los primogénitos, cerrar o abrir las fronteras, prohibir el acceso a la educación a los bajitos, pintar las farolas de verde o gasear a todos los habitantes de Soria. Quien sabe. La imaginación es infinita.

Yo soy de esos que creen y defienden que las normas son las mismas para todos, que uno puede soltar barbaridades y que no son delitos hasta que son realidad. Si un partido político o un grupo de descerebrados quieren proponer soplapolleces, que lo hagan. Ya les pondrá el pueblo en su sitio. (Esto presupone que el pueblo en inteligente, cosa que no comparto pero lo vamos a suponer en este argumentario). Así que si viene uno de cualquier extremo a decir que hay que matar empresarios o negros, que lo diga. Al fin y al cabo cada minuto que pasan algunos hablando  demuestran su locura con facilidad.

En una sociedad libre hay que dejar ejercer la libertad a quienes no piensan como tu.

Y fascismo es la imposición de las ideas por la fuerza, sean las ideas que sean. En Euskadi hemos hecho, y parece que algunos no se acuerdan, un máster en fascismo durante 30 años (Porque el fascismo no es exclusivo de la derecha, amigos míos) . Aquí se pegaba un tiro en la cabeza a quienes no pensaban igual que un 10% de la población y además algunos se presentaban a las elecciones defendiendo la lucha armada. Pues bien, el delito empezaba en el momento en el que cuando un padre salia con su hijo al colegio resulta que le habían puesto una bomba lapa en los bajos del coche. Resulta ahora que el hecho que unos tipos defiendan que España sea una es un motivo para quemar contenedores y apedrearles,  que es vergonzoso que defiendan esas ideas o vayan a un acto a decir sus cositas. No seré yo nadie que esté a favor de un régimen feudal o de independencias locas o amarillas pero sigo pensando que cada uno puede decir lo que le venga en gana y si uno no puede, el otro tampoco. No podemos hacer diferencias entre dos extremos porque uno nos caiga mejor que el otro. La libertad es algo que no diferencia de extremismos.

Si fuéramos una sociedad madura dejaríamos a los locos solos con sus megáfonos.
Si fuéramos una sociedad inteligente no haríamos la cobertura a los locos.

Yo he visto a grupos gritando "Eta, mátalos"  y a Ynestrillas con el brazo en alto junto al campo de San Mamés. Los dos me produjeron el mismo asco pero estaban ejerciendo la libertad que a este pais le ha costado años ganar. No es nada moderno escandalizarse de que alguien piense diferente a ti, aunque piense locuras.

"Habla chucho ,que no te escucho"- decía un anciano sabio.



9 de abril de 2019

Stairway to heaven

En 1971 pasaron muchas cosas.
Pero hay dos especiales. Led Zepellin publicó Stairway to heaven y nací yo.

Y en el 2012 se hizo este homenaje.

La valentía de los simbolos.

Un par de lesbianas se han hecho una foto delante de un puesto de Vox y las redes las han idolatrado como si fueran las personas más valientes del mundo. Un catalán ha paseado por Madrid con un lazo amarillo en la solapa y uno de Madrid, a la misma hora, cantaba "Que viva España" atravesando con su coche por la diagonal. Joder, !valientes! (nótese el punto de ironía)

Hay un video de unos perros ladrándose ferozmente a través de una puerta y cuando la puerta se abre... se van.


No hay gran diferencia con la valentía simbólica que, tampoco lo voy a negar, tuvo su época más dura. Voy a poner un ejemplo. Cuando ETA, el gran asesino de España de los últimos 40 años, secuestró a Julio Iglesias Zamora en 1993 algunos corríamos el riesgo de ser apaleados por llevar un lazo azul en la solapa (y concentrarnos en silencio cada vez que había un muerto, que era demasiado a menudo). A otros les pegaban tiros en la cabeza delante de sus hijos. Después alguno lo usó para sus propios intereses y ese lazo se volvió negro, naranja o amarillo. Son grados de valentía diferentes. A veces, incluso, creo que son símbolos para tocar las narices porque degradan sus orígenes hasta limites irrisorios. Algunos políticos se ponen lazos de colores pero no hacen nada , como si fuera una firma en change.org o un "me gusta". Algunos creen que un símbolo puede solucionar un problema y los problemas se solucionan poniendo manos a la obra y actuando. Es absurdo creer que por mucho de amarillo que se ponga o muchas banderas españolas pueblen las calles alguno va a cambiar de nacionalidad, le van a bajar los impuestos o va a tener que pedir el pan en catalán. Si un símbolo no está sustentado con una base lógica de cambio poco cambio puede existir. Nos podemos manifestar cien millones de veces por las pensiones pero si no proponemos una forma viable de pago de las mismas , las mensualidades no se pagan solas. Y oye, no está mal dejar patente un problema en forma de símbolo pero con los símbolos únicamente lo que se gasta es saliva y tela.

Actualmente (y afortunadamente) que dos personas del mismo sexo se besen por la calle en España no escandaliza a nadie ni es un sesgo de valentía, incluso si se hace delante de 4 tipos de Vox. Que alguien lleve un lazo amarillo o fucsia está en su personal manera de ver el mundo. Ni siquiera es un problema que haya un negro en Vox o un pijo en Podemos. El PP tiene más homosexuales en su cuerpo directivo que la izquierda desunida. Tres puñetas me importa. Me importa muy poco si llevas una pancarta contra el  mundo animal patriarcal o un cartel a favor de la energia nuclear. Otra cosa es que no le dejes fornicar a mi perro porque la perra del vecino no le ha dado su consentimiento explicito o que me pongas una nuclear en el portal de mi casa.

Los valientes de los símbolos ladran, hacen ruido como mosquitos que han chupado sangre contaminada. Ensucian. Contaminan el paisaje. Y sin embargo creen que con eso vale. Cuando a Rufian, a una semana de la declaración de independencia y con sus lazos, le preguntaron cómo se iba a gestionar el espacio aéreo catalán, dijo que no tenia ni idea. Es un caso de valiente simbólico que,  cuando se supone que tiene que hacer algo no lo hace y no tiene ningún problema en aceptar tampoco sabe cómo hacerlo. Leticia Dolera fue feminista hasta que cesó a una actriz embarazada. Podemos expulsó a los trabajadores afines a Errejón aplicando la reforma laboral de Rajoy mientras la esposa de Pdro daba clases de cómo abaratar despidos. La ordinariez de la vida es muy diferente a la reivindicación, ¿verdad?

Es muy fácil ser valiente cuando tu símbolo no te supone nada. No te pegan un tiro en la cabeza y no tienes que mancharte las manos trabajando por arreglarlo.

El primer homosexual que se besó en la calle, la señora (Rosa Parks) de color que no se levantó en el autobús, las mujeres que hicieron la primera huelga para reivindicar su justa igualdad con el hombre... esos eran símbolos necesarios. Creo que los 15 minutos que estábamos en silencio recibiendo insultos en medio de la calle en los 90 fue necesario pero hablar de ETA ahora es tan absurdo e interesado como hablar de Franco, del descubrimiento de America o de los Nehandertales.

Hoy por hoy los valientes de los símbolos son  los egoístas cobardes de nuevo cuño que alimentan la opinión pública, afortunadamente libre pero bastante cobarde porque cuando hay que ponerse a trabajar, que lo hagan otros. ¿Para qué me voy a manchar las manos o buscar una solución si ya llevo puesto un lazo  o lo puse en twitter?

Estoy seguro que si en cada prenda del Primark saliera la cara y el salario del niño que la ha cosido, se seguiría vendiendo igual. Yo sigo fumando igual pero no tengo miedo a la muerte.

No somos una sociedad valiente sino hipócrita y cobarde. Y vaga.