Yo fui un loco seguidor de Sabina porque me tocó la época y porque viví toda su discografía desde la mandrágora hasta el maravilloso Mentiras Piadosas con la exaltación infinita de conocer todas y cada una de las notas del directo que hizo con Viceversa.
Mi primera borrachera fue una noche, antes de un concierto. Mi primer cigarro, un BN negro al salir de aquel pabellón donde le vi, joven, a mediados de los 80. Eso fue después de hacer de mendigo en “si yo fuera presidente”. Yo ya sabia que era hijo de policía de Jaen y no un producto del Madrid de la década. Siempre me ha gustado ser certero en los datos. Siempre que algo sale mal creo que es porque teníamos “incompatibilidad de caracteres” o porque aquella noche que fallaste tampoco fui a la cita yo (qué cabrón).
Lo tuve conmigo, disco tras disco, demasiados años. Me olvidé del reloj porque nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al currelo. Recuerdo: Bilbao, 1990. En la barra de un bar yo le quise decir que el azar se parece al deseo, que un beso es solo un asalto y la cama un ring de boxeo y que las caricias que rozan la piel y la sangre amotinan se marchitan cuando las toca la sucia rutina.
Creo que también lo usé diciendo que “de sobra sabes que eres la primera” pero siempre, sobre todo a partir de entonces, eran letras copiadas que habían dejado de ser verdad un poco de tiempo atrás. Para mí y para un cantautor en el olimpo que se empeñaba en contar otra vez cómo se libró de un robo porque le reconocieron. Para mí que, como el cantante, estaba aprendiendo a no simular una voz que no tenía. Los dos más roncos y los dos tan jóvenes y tan viejos.
Alguna vez en los años 90 dejé de oírle. Dicho así es casi algo que parece del siglo pasado.
Tengo que reconocer que esa imagen de crápula con corazón tiene un éxito infinito entre muchas de las mujeres que conozco. Ese poeta que sabes que te va a dejar, que te va a engañar, que cuando está con las demás se fuma un cigarro en el balcón, pensando cómo escapar de un marido que llega, y piensa, sin embargo, amargamente en ti de la misma forma que cuando está contigo piensa en todas las demás.
Dejé de oírle por muchas razones. La primera es que ya no sonaba a verdad. Sonó verdad que el alquitrán del camino embriaga más que el suave vino del hogar pero ahora ya tenemos domicilio fijo. El gran amor no deshizo nuestra cama y nos aburrimos de promiscuidad.
Curiosamente tengo todas aquellas letras en la cabeza. A veces vienen y encajan, como si fueran piezas de puzle guardadas en un cajón. A veces simplemente las reconozco como quien se reconoce en una foto y sé que todo eso que me cuentas no es tuyo, sino que se lo has robado a una canción como quien roba el mes de abril.
Así que apareció como quien pone un anuncio en la prensa local. “¿A dónde vamos rubia? - A donde tú me lleves, contestó”. Y me contó en la cama que era toda una princesa de las que no asedian con la antología de sábanas blancas y alcobas vacías. Me contó que siempre se despierta pronto y que si no se amanece con ella será peor para el sol. Era el caramelo sin azúcar que a veces la vida pone delante como una manzana prohibida.
Me contó que le gustaba mucho Sabina, que se sabía las canciones. “Es un poeta a tener en cuenta”. Que le gusta buscarse en las letras y reconocer la sabiduría de quien ya estuvo en los lugares que algunos soñamos con conocer alguna vez en la vida, aunque sea de refilón. Juraba que conocía las rimas y las palabras, las veces que rompía la voz en los conciertos y todas y cada una de las asonantes. Ponía la cara de quien degusta algo sabroso si repetía alguna frase y poco a poco dejaba claro ser una fan, una seguidora y una admiradora.
Y nos dieron las diez.
Pero lo curioso es que mientras estaba ahí, con sus besos en la frente, con sus medias negras, con la frente marchita y siendo una rubia platino, yo volví a pensar en esa amante inoportuna que se llama soledad y le dije que era un tratado de impaciencia. El número 11. Le dije siempre que prefiero dormir ella quiere hacer el amor. Dije que huyendo del frío busqué en las rebajas de enero. Comenté que no me dijo que mi última novela le excita más que todo Camilo José Cela y que yo no pude quemarme con el gas azul de los mecheros.
Sonreí como si buscara un acertijo. “Rana salió la princesita. Falda tacón y unas braguitas de quita y pon.”-dije- “ Y en el escote”- continué- “la ermita del deseo donde se arrodillan los ateos.”- terminé. Y se enfadó sin decir nada, haciendo un enorme silencio que duró dos días.
Y es que no sabía que aquello, como todo lo demás, eran las letras que yo me sabía de memoria para descubrir que ella jugaba a saber algunas porque sólo sabía los singles. Y con los singles no puedes conocer al autor. Pasa con los artistas y con quien se queda a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. Claro que qué consejos voy a darte yo que ni siquiera sé cuidar de mí.
Dejé de oír a Sabina hace muchos años pero de vez en cuando vuelve y me recuerda quien ya no soy y a veces me descubre quien quisieras ser pero no eres, sobre todo si quieres ser alguien de hace 25 años sin saberte las caras B, que es donde está la verdad. Ahora es demasiado tarde, Princesa.
Algunas canciones que aparecen en este post:
https://www.youtube.com/watch?v=J3OtzDWBwOo
https://www.youtube.com/watch?v=jpJq9iG3JHM
https://www.youtube.com/watch?v=5KPOBI_ZgBc
https://www.youtube.com/watch?v=O2M2Mczy1Mo
https://www.youtube.com/watch?v=BYo88T7Q6Jk
https://www.youtube.com/watch?v=VhdOwDe-Pgg
https://www.youtube.com/watch?v=Y6ZuGI1jgfs
https://www.youtube.com/watch?v=8mBoAxFgALI
https://www.youtube.com/watch?v=4nO0XP3AqbM
https://www.youtube.com/watch?v=rvV7hd-3LUI
https://www.youtube.com/watch?v=qahBeZB1g54
https://www.youtube.com/watch?v=S9VYT-zMCyY
https://www.youtube.com/watch?v=J3OtzDWBwOo
https://www.youtube.com/watch?v=sBDoHv2OO7s
https://www.youtube.com/watch?v=_oWIXXP3oCU
https://www.youtube.com/watch?v=TptRqnxJZ4Q
https://www.youtube.com/watch?v=c5KCnKX_O1Q
https://www.youtube.com/watch?v=r0EzwomP79g
https://www.youtube.com/watch?v=sEoRb2aPJPA
https://www.youtube.com/watch?v=UZ1Uaske7lA
https://www.youtube.com/watch?v=n99E6ilAcvA
https://www.youtube.com/watch?v=FzKlIHvLaAI
Pd: Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor, que me falta valor. Puedo ponerme digno y decir “toma mi dirección, cuando te hartes de amores baratos de un rato , me llamas”.
Mi primera borrachera fue una noche, antes de un concierto. Mi primer cigarro, un BN negro al salir de aquel pabellón donde le vi, joven, a mediados de los 80. Eso fue después de hacer de mendigo en “si yo fuera presidente”. Yo ya sabia que era hijo de policía de Jaen y no un producto del Madrid de la década. Siempre me ha gustado ser certero en los datos. Siempre que algo sale mal creo que es porque teníamos “incompatibilidad de caracteres” o porque aquella noche que fallaste tampoco fui a la cita yo (qué cabrón).
Lo tuve conmigo, disco tras disco, demasiados años. Me olvidé del reloj porque nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al currelo. Recuerdo: Bilbao, 1990. En la barra de un bar yo le quise decir que el azar se parece al deseo, que un beso es solo un asalto y la cama un ring de boxeo y que las caricias que rozan la piel y la sangre amotinan se marchitan cuando las toca la sucia rutina.
Creo que también lo usé diciendo que “de sobra sabes que eres la primera” pero siempre, sobre todo a partir de entonces, eran letras copiadas que habían dejado de ser verdad un poco de tiempo atrás. Para mí y para un cantautor en el olimpo que se empeñaba en contar otra vez cómo se libró de un robo porque le reconocieron. Para mí que, como el cantante, estaba aprendiendo a no simular una voz que no tenía. Los dos más roncos y los dos tan jóvenes y tan viejos.
Alguna vez en los años 90 dejé de oírle. Dicho así es casi algo que parece del siglo pasado.
Tengo que reconocer que esa imagen de crápula con corazón tiene un éxito infinito entre muchas de las mujeres que conozco. Ese poeta que sabes que te va a dejar, que te va a engañar, que cuando está con las demás se fuma un cigarro en el balcón, pensando cómo escapar de un marido que llega, y piensa, sin embargo, amargamente en ti de la misma forma que cuando está contigo piensa en todas las demás.
Dejé de oírle por muchas razones. La primera es que ya no sonaba a verdad. Sonó verdad que el alquitrán del camino embriaga más que el suave vino del hogar pero ahora ya tenemos domicilio fijo. El gran amor no deshizo nuestra cama y nos aburrimos de promiscuidad.
Curiosamente tengo todas aquellas letras en la cabeza. A veces vienen y encajan, como si fueran piezas de puzle guardadas en un cajón. A veces simplemente las reconozco como quien se reconoce en una foto y sé que todo eso que me cuentas no es tuyo, sino que se lo has robado a una canción como quien roba el mes de abril.
Así que apareció como quien pone un anuncio en la prensa local. “¿A dónde vamos rubia? - A donde tú me lleves, contestó”. Y me contó en la cama que era toda una princesa de las que no asedian con la antología de sábanas blancas y alcobas vacías. Me contó que siempre se despierta pronto y que si no se amanece con ella será peor para el sol. Era el caramelo sin azúcar que a veces la vida pone delante como una manzana prohibida.
Me contó que le gustaba mucho Sabina, que se sabía las canciones. “Es un poeta a tener en cuenta”. Que le gusta buscarse en las letras y reconocer la sabiduría de quien ya estuvo en los lugares que algunos soñamos con conocer alguna vez en la vida, aunque sea de refilón. Juraba que conocía las rimas y las palabras, las veces que rompía la voz en los conciertos y todas y cada una de las asonantes. Ponía la cara de quien degusta algo sabroso si repetía alguna frase y poco a poco dejaba claro ser una fan, una seguidora y una admiradora.
Y nos dieron las diez.
Pero lo curioso es que mientras estaba ahí, con sus besos en la frente, con sus medias negras, con la frente marchita y siendo una rubia platino, yo volví a pensar en esa amante inoportuna que se llama soledad y le dije que era un tratado de impaciencia. El número 11. Le dije siempre que prefiero dormir ella quiere hacer el amor. Dije que huyendo del frío busqué en las rebajas de enero. Comenté que no me dijo que mi última novela le excita más que todo Camilo José Cela y que yo no pude quemarme con el gas azul de los mecheros.
Sonreí como si buscara un acertijo. “Rana salió la princesita. Falda tacón y unas braguitas de quita y pon.”-dije- “ Y en el escote”- continué- “la ermita del deseo donde se arrodillan los ateos.”- terminé. Y se enfadó sin decir nada, haciendo un enorme silencio que duró dos días.
Y es que no sabía que aquello, como todo lo demás, eran las letras que yo me sabía de memoria para descubrir que ella jugaba a saber algunas porque sólo sabía los singles. Y con los singles no puedes conocer al autor. Pasa con los artistas y con quien se queda a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. Claro que qué consejos voy a darte yo que ni siquiera sé cuidar de mí.
Dejé de oír a Sabina hace muchos años pero de vez en cuando vuelve y me recuerda quien ya no soy y a veces me descubre quien quisieras ser pero no eres, sobre todo si quieres ser alguien de hace 25 años sin saberte las caras B, que es donde está la verdad. Ahora es demasiado tarde, Princesa.
Algunas canciones que aparecen en este post:
https://www.youtube.com/watch?v=J3OtzDWBwOo
https://www.youtube.com/watch?v=jpJq9iG3JHM
https://www.youtube.com/watch?v=5KPOBI_ZgBc
https://www.youtube.com/watch?v=O2M2Mczy1Mo
https://www.youtube.com/watch?v=BYo88T7Q6Jk
https://www.youtube.com/watch?v=VhdOwDe-Pgg
https://www.youtube.com/watch?v=Y6ZuGI1jgfs
https://www.youtube.com/watch?v=8mBoAxFgALI
https://www.youtube.com/watch?v=4nO0XP3AqbM
https://www.youtube.com/watch?v=rvV7hd-3LUI
https://www.youtube.com/watch?v=qahBeZB1g54
https://www.youtube.com/watch?v=S9VYT-zMCyY
https://www.youtube.com/watch?v=J3OtzDWBwOo
https://www.youtube.com/watch?v=sBDoHv2OO7s
https://www.youtube.com/watch?v=_oWIXXP3oCU
https://www.youtube.com/watch?v=TptRqnxJZ4Q
https://www.youtube.com/watch?v=c5KCnKX_O1Q
https://www.youtube.com/watch?v=r0EzwomP79g
https://www.youtube.com/watch?v=sEoRb2aPJPA
https://www.youtube.com/watch?v=UZ1Uaske7lA
https://www.youtube.com/watch?v=n99E6ilAcvA
https://www.youtube.com/watch?v=FzKlIHvLaAI
Pd: Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor, que me falta valor. Puedo ponerme digno y decir “toma mi dirección, cuando te hartes de amores baratos de un rato , me llamas”.
Te olvidas de cuando salió en Nochevieja y se le escapó un pecho bailón.
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sabRina
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