29 de julio de 2013

Las becas freak de la televisión

En medio de un pais que, a falta de noticias, parece necesitar más muertos y más culpables antes que la explicación de la verdad, una premio Planeta, hasta las trancas de prozac, falta de amor, curiosidad por el dinero y muchas dudas, dijo una verdad inquietante para lo que somos: "gano más en una semana de televisión que por un libro que me cuesta dos años escribirlo".

Dijo, entre balbuceos y descontrol de su imagen pública, que aparecer en televisión y no gritar, ni hablar de pajas o de bragas, no mentir ni inventar o mantener una forma de ser aceptablemente coherente no es rentable para la publicidad que sale cuando se van a fumar un cigarrillo los contertulios.

Dijo, sin decirlo, que se había rendido ante el ataque infalible de la mediocridad que se cuela en nuestro salón en forma de prime time.

Me pregunto si ese gran miedo se ha convertido en realidad. Ese gran miedo que viene a decir que el hermano mayor de Leolo, la última furcia, el tontaina imprevisible y el torpe son nuestros faros o que ser así es, en definitiva, una forma más rentable de ganar dinero y que todo eso está por encima de la formación, la inteligencia y la capacidad o el esfuerzo.

Me pregunto si acaso, en medio de este pais que dice adorar la formación y a los investigadores, en una sociedad que gusta de jactarse de sus ingenieros y de sus artistas, de sus titulados superiores y de sus inventores con la luz que sólo tienen los más brillantes, la mediocridad y la miseria moral de la parte más pueril de lo cotidiano ha ganado la batalla y ha pasado a ser la apisonadora que se lleva por delante cualquier atisbo de inteligencia.

Adoramos los gritos, las discusiones estériles, ver a un "famoso" orinando en medio de unas vacaciones.

Quizá por eso se premian económicamente los excesos mundanos de la vulgaridad y, quizá esta vez, han ganado una vez más a golpe de audiencia.

El día que se de un premio científico al primero que sea capaz de hacer la O con un canuto, que no está lejos, ya lo habremos perdido todo. Los científicos se arrepentirán de serlo, los intelectuales se avergonzarán de pensar, los escritores de escribir y los autores musicales que hacen letras serán prófugos.

Y más de algún adolescente que se plantee qué hacer con su vida pensará si acaso el esfuerzo de ser mejor no vale contra la facilidad de ser un freak. Eso incluso manteniendo la idea de que debe ser muy complicado ser tan tonto como para ganar, haciendo tonterías, más dinero que una buena beca universitaria.

El problema es que, analizando el negocio, la audiencia ha decidido que es rentable.

23 de julio de 2013

Anécdotas de una tienda de informática (enero 2012- junio2013)

Anécdotas reales de los últimos meses en una tienda de informática. Verídicas. Recomendable visitar la primera parte y la segunda parte. De todas formas no deja de ser un recopilatorio de momentos impagables. (Excepto ese tipo que, al ver los datos volcados de su equipo antiguo al nuevo, se enfadó al ver que había una foto de su cuñado y quería negarse a pagar porque no le aguanta. "¿Cree usted, caballero, que he ido a la calle, he buscado a su cuñado, he puesto una foto de él ahí para molestarle a usted y me tomé todas esas molestias para que no me pague?")

No son todas, sólo son algunas. Cualquiera que trabaje cara al público sabe que son verdad.

LA BORRACHERA
-El otro dia me agarré una tostá a vinos, encendi el ordenador y le puse una clave. No me acuerdo. ¿Se la podeis quitar?

CREMALLERA 2.0
-Oye, que tengo un portatil vuestro y que no me funciona la bolsa.

PLIN Y PLON
-quiero lo que tengo en el otro ordenador, que hago "plin" y hablo con mi sobrina.
-¿que programa es "plin"?

UN SEMIFORMATEO
-...formatéalo, pero un poquito.

GRATIS TOTAL
-Hola, quiero conectarme a internet pero no pagar nada.

CLAVE HOYGAN
-Deletreeme la clave, por favor
-Si: P, de Pamplona. E, de España. U de Huesca...

REINCIDENCIA
-Entré en una pagina y me entró un virus. Me lo quitaste. Lo lleve a casa. He vuelto a entrar en la misma página... !y está igual!

PLAN DE DATOS BRILLAMÁS
-Es que ...desde que me han puesto más mb en internet la pantalla brilla más..

POR LA JETA
-Hola, me ha salido un virus con un mensaje de la policia... ¿como se quita?
-Trayéndolo
-Ya, pero me vais a cobrar.

HOTMAIL AHORA ES OUTLOOK
-El omá, ¿cómo funciona?
-¿El qué?
-El omí
-¿Perdón?
-El jami
-.... ¿el hotmail?
-!Ese!

ADIVINOS
-Hola, quiero conectar esta tablet al cañón
-Vale... qué conector tiene el cañon?
-El cañon es blanco y está en el techo.

PINWIF
-Hola, dame un pinwif.
(solución: pen drive)

TRICOTOSA
-¿Aquí hacen reparaciones?
-Si, de ordenadores.
-Vale, es que no me funciona la máquina.
-¿Y qué le pasa?
-Que no cose

DESCUENTOS
-Hola, quiero un ordenador para jugar y sobre los 200€.
-Ya, y yo.

PUNTO DE CRUZ
-Esto tardará al menos una hora
-Ah, pues me siento aqui. Si lo hubiera sabido me habria traido las agujas de punto

OBSOLENCESCIA
-Hola, quiero un equipo que no se haga viejo.

GERMINADOR
-Hola, quiero un termostato para un germinador de pimientos.
-Lo siento, señor. Aqui arreglamos ordenadores
-Ya, pero como mi ordenador activa los ventiladores a una temperatura he llegado a la conclusión que tiene un termostato y es justo lo que quiero para mi germinador.
-Si, vale. Pero no

TECNICO PRECOZ
-El ordenador tiene cosas.
-¿Qué le has instalado?
-Nada, lo arregla mi sobrino
(Entonces aparece un niño de 1 metro de alto chupando una piruleta: edad estimada 8 años)
-¿Este es tu sobrino?
-Si

CARPETUCHUELA
  -...es que no encuentro las carpetuchuelas...

PETANCA XP
-Hola, estaba pensando que si me podrías regalar un par de discos duros rotos porque uso los imanes para sujetar las bolas de la petanca.

G Y MAIL
-Hola, tengo un problema con gmail
-Bien, ¿nombré de usuario y contraseña?
-No lo se
-Entonces tiene usted dos problemas

INTRUSISMO
-Pues me dices cómo se hace y se lo llevo a mi cuñado, que sabe mucho.

DESOBEDIENCIA
-¿Qué ha pasado?
-Ponía no se qué de actualizando y lo apagué
-O sea, que ponía "no apague el equipo"
-Si, algo así.

21 de julio de 2013

Fabricat, fabrikatu... in china.

Esta tira está basada en un hecho real:
Lo cual me recuerda bastante a un post de hace unos años.

19 de julio de 2013

De Pet Shop Boys a las Nancys Rubias (la excusa de la crisis)

Como alguno sabrá yo soy de Bilbao, que es esa capital molona, pequeña y capaz del norte de la península. Pues bien, aqui, como en cualquier otro lugar aunque nos gusta creernos el centro del universo, tenemos nuestras fiestas populares. En esas fiestas y de forma gratuíta han actuado, por ejemplo:  Amaral, Ana Torroja, Andy & Lucas, Antonio Orozco, Asian Dub Foundation, Baccara, Barón Rojo, Benito Lertxundi, Big Soul,  Carlinhos Brown, Carlos Núñez, Carlos Jean,  Chambao, Chenoa, Chico y Chica, Coldplay, Coti, Dani Martín,El Arrebato, Earth Wind and Fire, El Consorcio, Electric Light Orchestra, El Mentón de Foggarty, Fangoria, Fito y los Fitipaldis, Fundación Tony Manero,  Iggy Pop and The Stooges,  Ismael Serrano, Jeanette, Jorge Drexler, Juan Magán, Juanes, Karina, Keane , Kepa Junkera, La Mala Rodríguez, La quinta estación, La sonrisa de Julia, Liam O'Flynn, Los Del Río, Luar na Lubre, M Clan, Mägo de Oz, Mano Negra, Manu Chao, Marlango, Marta Sanchez, Melendi, Merche Micky, Miguel Bosé,  Negu Gorriak, Nena Daconte, OBK, Orishas, Pennywise, Pereza, Pet Shop Boys, Pignoise, Potato, Primal Scream, Public Enemy, Reincidentes, Rinocerose,  Ruper Ordorika, Safri Duo, Santiago Auserón, Sergio Dalma, Simple Minds, Siniestro Total, Ska-P, Su ta Gar, The Pogues, The Prodigy, Tote King, Travis, Turbonegro, Urtz, Violadores del Verso, etc.

¿A que mola?

Así que este año, con la excusa de la crisis, nos dicen que van a venir Ana Belen, Fangoria, Nancys Rubias, Auryn, Macaco, Zombie Kids, La pegatina y poco más. En resumen: una penita.
Y más de uno , desde los balcones del ayuntamiento, dice que es lo mejor que se puede dar en épocas de crisis. Quizá como si los artistas de verdad (o por lo menos alguno que se pudiera parecer a lo que estábamos acostumbrados) no tengan ganas de cobrar o quizá porque en situaciones de crisis parece ser que debemos de conformarnos con cualquier cosilla que sea un placebo de la realidad.

Así que me he dado una vuelta por las actuaciones de las fiestas populares de aquí y de allá y me he dado cuenta que es algo que se repite en todos y cada uno de los lugares del estado. Se repite esa excusa y ese Low Cost municipal donde parece que triunfitos, pachangas, orquestas verbeneras y petardos en vez de fuegos artificiales están sustituyendo a los jolgorios habituales. Parece que la iluminación navideña se repite una y otra vez con sus luces ya gastadas por el paso del tiempo. Parece que no se arreglan las aceras.

Es cierto que durante unos años las aceras se arreglaban con oro, lo cual es un exceso que nos ha llevado a lugares absurdos, pero también es cierto que pasar del todo a la nada es el mismo exceso en la dirección contraria. La excusa de la crisis nos vale para castigar a nuestros ciudadanos de la misma forma que hemos pasado de irnos de viaje a Punta Cana a marchar al pueblo, a casa del abuelo, intentando pagar menos por un sandwich vegetal en la tasca de Ramón.

Se utiliza la excusa de la crisis para cerrar empresas, castrar las vacaciones, no cambiar el coche, ir a donde un amigo a que te arregle el ordenador, no contratar a un pintor para tapar las manchas de humedad del salón o hacer la llamada a la resignación cuando en vez de entrecot tienes pollo a la plancha en el plato. Se usa la crisis para decir que "esto es mejor que nada" y, en algunos casos, es clamorosamente injusto.

Porque se ha pasado de poderlo todo a no poder nada y no recuerdo haber pasado por un punto intermedio, que es el que soy capaz de comprender.

Lo de las fiestas populares es un ejemplo.

Lo de la vida, lo de que los clientes ofrezcan 13 cuando cuesta 50, lo de que un tipo con un coche de 50.000€ me diga que las cosas están muy mal justo antes de mandar un mensaje desde su Samsung S4 de 600€... eso es lo que no entiendo. Porque no me creo que hayamos pasado de ser todos ricos a todos pobres y porque estoy convencido que hay personas que no lo están pasado mal pero intentan darte pena para ver si arañan algo, y eso va en detrimento de quien realmente necesita nuestra ayuda.

Vivimos en un país en donde se piden ayudas para ver si te las dan, aunque no las necesites. En ese caso crees y afirmas que es el sistema el que no funciona, no que seas un aprovechado. Nadie se para a pensar que quizá alguien se pueda quedar tirado por nuestro egoismo.

Y ese es un extremo peligroso. Mucho más peligroso que, aun pagando más dinero en impuestos por vivir en la misma ciudad,  pasar de ver a Pet Shop Boys a las Nancys Rubias.

14 de julio de 2013

El hombre, la Sisi Emperatriz del XXI

Soy un hombre y soy tan tonto que hice ejercicios de sexo tántrico para poder controlar mi perineo y así durar el suficiente tiempo durante el coito para que ella, la dama, hiciera lo mismo que cuando estamos ante una puerta giratoria: pasar primero.

No me gustó el fútbol pero lo jugué en el patio del colegio un momento antes de pegarme con otros compañeros. Después, como me creí ser un snob aunque era bajito, quise probar suerte en el mundo del baloncesto y miraba de reojo el peinado de George Michael. Estudié tecnología y conduje rápido como se esperaba de mi. Tuve alguna novia y las quise a todas, incluso a las que no me quisieron. Más o menos se puede decir que mamé de todas las fuentes del hombre estandar. Más o menos se supone que me dieron en una caja el manual de instrucciones y con eso debería de valer.

Pero mi generación se topó de golpe con que las instrucciones ya no eran tan válidas. El macho alfa ya no era el faro que todo lo guía. Tampoco era un problema. Esa definición de hombre en contraposición a lo que se supone que no es ("llorar es de niñas") me permitió no ocultar, como ocultan los superhéroes, la kriptonita que cada uno tenemos.

Así que ni era el príncipe ni era Alfredo Landa. Supongo que fue el momento en el que me volví adulto.

Quise tener novia, pero no valía sentir miedo. Tampoco valía querer el calor de algún abrazo, porque quien debe de proteger es el hombre, lo cual es una estupidez. Había que ser gentil, pero no ser agobiante. Ser amante, pero no un hombre ocasional. Ser detallista, pero dejar espacio libre. Ser moderno, pero acompañar a las bodas cogidos de la mano. Ver, juntos en el sofá: gran hermano, depilarse, convertirse en Mr Big por arte de magia.

Mis queridas mujeres: Sexo en NY es una serie escrita por gays, no por mujeres. A nosotros nos gusta que nos deseen y que nos quieran, que nos busquen y que nos traten, al menos, como iguales. No somos príncipes y vosotras no sois princesas. Nos gusta follar tanto como a vosotras, nos da miedo que nos abandonen, que nos engañen, nos sentimos culpables al mirar el culo de la chica que pasó a nuestro lado y lloramos algunas noches, si es que la masturbación aún nos ha dejado con energías porque preferimos teneros a nuestro lado, por muy machotes que nos imagineis. Ese rol absurdo y pueril de la mujer que se comporta como cree que se comportan los hombres está tan demodé que resulta agotador y más de un día se convierte en una lucha imposible de ganar mientras miramos una y otra vez por si acaso tenemos una invitación a vuestros brazos o a vuestros pechos. Pero esa invitación no llega nunca porque creeis con furiosa cólera que la ha de hacer el hombre, casi como un ceremonial de la seducción. Si somos iguales: queremos que nos seduzcais, queremos que nos busqueis, queremos que nos deseeis, que nos folleis, que nos ameis, que nos inviteis, que nos hagais sentir merecedores del refugio de vuestro cariño. Lo pedimos casi como señoritas, como si los hombres que somos fueran las Sisi Emperatriz del siglo XXI.

Un grupo de mujeres de fiesta juega con el componente sexual de sus vestidos, se divierte con los hombres que, por norma, han de revolotear a su lado para subirlas el ego y, con suerte y por decisión femenina, las faldas. Un grupo de hombres se pregunta qué tomar y hablan entre sí de deportes o de coches, porque es lo que aprendieron de la misma forma que van al baño de uno en uno. Las chicas tienen fotos de sus pretendientes desnudos en el ordenador, los hombres fotos de actrices porno.

Nos hemos convertido en títeres, en herramientas, en animales perdidos que se sienten azotados cuando no hacen las cabriolas que se esperan de ellos, cuando la erección no dura lo suficiente, cuando desvían la mirada, cuando no llevaron flores o no recordaron una fecha.

Ya está bien. Ya vale. Ya no podemos con ello. Os adoramos como diosas y, algunos días, las prebendas se convierten en insuficientes. Demasiados días. Demasiadas veces. Todas las veces que volvemos a casa echándoos de menos. Todos los días en que soñamos con que también nos vais a buscar como os hemos buscado tantas veces, como nos hemos arrepentido tantas veces de no ser todo lo que se espera de nosotros, porque sólo somos hombres.

Y los hombres del siglo XXI sienten y se enamoran, se enfadan y tienen necesidades, lloran, se excitan, se cansan, se duermen y también tienen sueños, también quieren encontrar un refugio, tener hijos, enseñarles a montar en bicicleta, ganarles al baloncesto y saltar al abismo de saber que, pase lo que pase, les vais a dar un beso de buenas noches mientras les dejais un espacio en la cama antes de robarles las sábanas a media noche, que es lo que hacéis las mujeres entre sueño y sueño, justo antes de esperar que hayamos preparado el desayuno sin manchar la encimera.

13 de julio de 2013

El líquido amniótico de la cultura popular actual

Miami, 1969: Jim Morrison, puesto como un británico en un balcón de Salou, se sacó el pene en el escenario. En 1979 Ozzy descabezo a una paloma que llevaba a la firma de su contrato discográfico en vez de soltarla en señal de paz y aquello se convirtió en uno de los momentos impactantes de la historia del rock porque nadie sabe realmente si fue eso o un murciélago de la misma forma que algunos cuentan que Lou Reed se inyectaba heroína en los conciertos de la Velvet durante los alocados y lisérgicos años 60. Janis estaba públicamente borracha y Jimmy, muriendo el mismo año, no supo diferenciar si eran las drogas las que tocaban por él. Eran dioses, casi al abrigo del glam de Bowie. Eran escándalos disfrazados de estrellas. Eran adorados por el público, por la crítica y por la historia.

Ahora, cuando hablamos de un escándalo, nos remitimos a una foto de twitter en la que a Demmi Moore se le ven las bragas, a Scarlet el culo o si acaso Rihanna bailó descocadamente. Hablamos de una mala foto de Beyonce o una letra que quizá transgrede lo políticamente correcto. En definitiva, ahora vivimos unos escándalos de mierda y se supone que somos una sociedad tolerante y moderna, una sociedad preparada para aceptar la verdad.

Una mierda.

Con nuestra sociedad pasa casi lo mismo que con nuestra informática. Los que vivimos la época en la que se programaba a golpe de código sabemos positivamente que esas máquinas son incapaces de hacer cosas por si solas y que todo lo que creemos mágico está programado previamente. Sabemos que esas mierdas de apps por las que pagas 0.99€ y encienden una luz azul a la hora de despertar o te dicen si vas a tener la regla el martes son malos trucos de magia comparados con el salto que supuso que el doom tuviera el techo que el wolfestein no tenía. Instagram es un melón mágico en comparación con los primeros photoshop, que eran los hijos del paint.

Pero ahora nos encanta sorprendernos y creer que, de la misma forma que Tiger Woods con los ojos abiertos es un escándalo, el Angry Birds es un triunfo de la computación o que las tablets son ordenadores de verdad.

Tenemos que reconocer que algo ha pasado para anestesiarnos. Han pasado escasamente 30 años desde la explosión de los Sex Pistol y ya no existen chicos malos en el rock&roll. Nuestras estrellas del cine hacen footing y ponen sus fotos en twitter sin poder compararse a las fiestas que Elizabeth taylor montaba en su casa y que se llevaron por delante la carrera de Montgomery Cliff. Es imposible repetir a Ava Gardner porque se la mataría publicamente con el primer escándalo.

Esta semana se ha escandalizado medio mundo porque una chica ha sacado al aire el pecho de otra en San Fermin. Reconozcamos que es un escándalo tan estúpido y artificial como algunas indignaciones pueriles que ocupan nuestro tiempo y parte del muro de facebook de alguno. Asumamos que se borran los pechos de youtube mientras lo primero que buscamos los que nos encontramos con internet el los 90 fué "sexo"

Si hay que asustarse, que sea un susto de verdad. Si hay que correrse, que sea un polvo de los buenos. Si hay que decir "negro" o "marica" o "teta" o "polla"... pues se dice. Y si hay que beber, que deje resaca. "No podría estar con un chico que ronque"- le decía una chica a otra en un bar. Es una consideración perfectamente lícita y, sin embargo, si ella ronca pero me hace feliz el ronquido es algo que me importa bastante poco. Mi padre decía, al preguntarle sobre la locomotora diesel que era mi madre al dormir, que era incapaz de descansar si no la escuchaba arrancando todas las noches.

Tantas ganas de lograr vivir en la puta vida perfecta nos está convirtiendo en autocastrados solitarios intolerantes, remilgados e incapaces de admitir toda nuestra naturaleza humana. Las exigencias que nos hacen y hacemos en nuestras relaciones personales son un ejemplo. Los titulares musicales son un ejemplo más. Los escándalos dignos de niños de primaria son otro.

El problema es que quizá, solo quizá, eso nos hace pasar el tiempo sin vivir, sin follar, sin sudar y sumergidos en una piscina artificial donde nos aletarga el líquido amniótico de las formas y la controlada cultura popular actual, que es una broma comparada con la de hace unas pocas décadas.

10 de julio de 2013

La suposición y la invisibilidad

"Jesus te ama" pone en un cartel pegado a una farola en el que me intentan vender la salvación.

El resto del texto, que supuse como suponen los incrédulos, pasó desapercibido ante mis ojos porque los versículos nunca captaron mi atención. Dicen, en un estudio, que aquellas cosas que nos parecen irrelevantes se vuelven invisibles.

También dicen, aunque eso dependerá de la predisposición de los contendientes, que si hay algún conflicto no resuelto ese será el punto de partida del que parta el reencuentro con esa persona. Si ella te dejó por mentiroso y cabrón, recriminándote en medio de la conversación lo poco que la quisiste cuando te necesitó, eso mismo te repetirá en cuanto tenga oportunidad de hacerlo. Si, mientras ella vociferaba entre desprecios y desconsuelos, tu cerebro se intentaba evadir de aquel maratón de tópicos sobre el amor, eso es lo que harás en el preciso instante de la repetición, como una moviola sentimental. En ese caso no es una reconciliación: es el seguido del punto, aunque fuera un punto cero. A mi me gustan más las reconciliaciones contra el suelo del bunker que es, más de una vez, nuestra intimidad.

Cuentan, entre las copas largas de los bares de pueblo y en medio de la filosofía que otorga el sol y el tiempo libre, que si un personaje se hizo de un partido o de un equipo de fútbol, lo seguirá siendo como si fuera un estigma imposible de borrar. El último fichaje del Madrid era del Barcelona hasta que le borraron los tatuajes con unos billetes impregnados en vinagre, que es como se quitan los estigmas de los ricos.

Sin embargo nos gusta pensar que las personas no cambian. Mi madre tuvo una camisa de la falange y se enfada como la niña del exorcista cada vez que le bajan la pensión. Las hemerotecas y los arquetipos mantienen viva la memoria histórica de lo que fuimos. La imposibilidad de borrar las huellas digitales de los humanos de a pie nos hará revivir mil veces las estupideces que escribimos en un blog, en un muro o todas las caídas tontas que pusimos en youtube. La ventaja de las fotos que se guardan en los álbumes es que están cerrados hasta que decides abrirlos en vez de quedarse a la expectativa de un nuevo filtro de seguridad de facebook y aparecer como si fueran de ayer.

Es ahí cuando nos gusta suponer. Nos gusta adelantarnos a los acontecimientos. Nos apetece, quizá porque adoramos sentirnos más listos, responder a las preguntas que creemos que nos van a hacer. Es es lo que se llama una respuesta preventiva, casi como algunos amantes son puertas entreabiertas para polvos preventivos por si tu contraparte te fuera a engañar, cosa que supones pero que, creeme, no es verdad. Suponemos que el segundo disco de Rick Asley era tan malo como el primero y, sin embargo, se dejaba escuchar. Consideramos que con toda la trilogia de Grey te vas a poner bruta pero al final es una historia de amor que deja a la mujer bastante mal después de un entretido primer tomo. Bloqueamos en el whatsapp porque nos imaginamos una batería de mensajes pidiendo perdón. Creemos que si son de derechas nos van a cortar las alas de la libertad, que van a matar a los homosexuales y, preventivamente, nos lanzamos a las calles. Supusimos que había armas de destrucción masiva y arrasamos un pais. Por si las moscas.

Nos castigamos con suposiciones que suelen ser casi siempre en contra de nuestra felicidad.

El truco, en ese caso, es hacer de todo lo que nos afecta negativamente un elemento irrelevante porque así , según los estudios, se vuelve invisible.

Así que es por eso, supongo, que  los presidentes de los gobiernos no hablan de sus escándalos, los novios de sus antiguas parejas, los amigos de lo que les enfrentó y las personas que se quieren ignoran lo que les diferencia.

9 de julio de 2013

8 de julio de 2013

Starbucks y la parafernalia

Es una apreciación personal no muy alejada de la realidad: el café del Starbucks es una bazofia.

Sin embargo ahí está, con sus sofás y sus vasos grandotes, con esas chicas jovencísimas con uniforme que no sabes si te van a dar un donut o una whooper con queso. Ahí está, con las luces sobre las mesas en las que estudian algunos modernos con suspensos, un par de extranjeros que desprecian los bares conceptuales tradicionales mientras despliegan los mapas turísticos y una musiquilla más aburrida que James Blunt haciendo de la atmósfera el elemento diferencial.

Y la publicidad hablando de café del bueno cuando es, en realidad, su gran carencia.

Así que me vale como un ejemplo de marketing moderno donde el producto pasa a ser algo secundario. Consumir en Starbucks es como tener una novia cañón que envidian tus amigos pero no te quiere y es desastrosa en la cama. (Y es cara).

Los que hemos nacido hace unos cuantos años fuimos educados en la creencia de la excelencia de nuestro trabajo. Casi como si fuéramos unos ingenieros soviéticos quisimos creer que ser mejores en nuestros trabajos nos llevaría al éxito. Poner un café mejor no pudo competir contra un logo casi acuoso (como el mejunje), la iluminación indirecta y la estupidez de la responsabilidad ética para con los cultivadores de café de la misma forma que es un contrasentido hablar de la buena forma física y la lucha contra la obesidad infantil promocionando Coca Cola.

El envoltorio se ha convertido en el producto a promocionar porque es mucho más barato que el producto en si mismo.

Los huevos Kinder no se venden por el chocolate, sino por la sorpresa.

Los consumidores del siglo XXI creen que buscan un producto pero se rinden a la parafernalia.

6 de julio de 2013

Ellos, el desamor y el pop facilón

Con el pop facilón me pasa lo mismo que con los dibujos animados que repiten en la televisión todas esas noches en las que no puedo dormir y las noticias me deprimen (Ultimamente he dejado de ver los telediarios. Total, pa qué, si ya me los sé): me quedo hipnotizado.

Después siento ese punto de vergüenza ajena si es que tarareo. Quizá por ello el verano, que es una época en la que está permitido llevar el móvil en la cintura mientras se pasea por la playa en chanclas blancas como raquetas de nieve, es la excusa para decir que no eres freak, eres moderno (Vintage, si te crees un hípster). Después bajas las gafas de la cabeza a los ojos y sonríes como un niño.

Y suena:
Así que ahí estás, despechado y popero, como una mezcla de Fangoria, Bosé, resquemor y Astrud, contando que esa canción puede ser la segunda parte de esta:
Porque, y ese es un punto inconfesable que tenemos algunos melómanos, no todo es rock en la viña del señor. Eso sí: no lo confesaré publicamente jamás.

4 de julio de 2013

Los argumentos prestados

Ultimos estudios afirman que el tamaño del pene influye a la hora de elegir pareja. También dicen que los malos estudiantes fuman más pero que las mujeres beben en una cantidad superior si son más inteligentes porque han adoptado incorrectamente cierto rol masculino asociado con la ingesta de alcohol social y por ese punto tan tonto y tan malvado de la autoexigencia.

Dan ganas de acercarse a una mujer, ofrecerle una copa, preguntar si tiene fuego y aprovechar la conversación para alabar las virtudes, ciertas o no, del propio pene.

En realidad, y ahí es a donde quería llegar, vivimos en una sociedad de posibles donde el problema real es la gestión de todas esas posibilidades. Al final lo que sucede es que podemos beber, podemos fumar, estudiar, echar un polvo contra un cuerpo escultural o consultar cualquier cosa en la wikipedia y creer que lo que hacemos nos hace más felices, más listos o más capaces. Los niños que han nacido con un smartphone debajo del brazo son hábiles en su utilización de las tecnologías pero no saben gestionar la información. Si la potencia sin control no sirve de nada la información sin criterio es un paso atrás.

Al contrario que los niños que adoptan como suyos los datos que les llueven, casi como yahoo respuestas,  más de un adulto hace como suyo el argumento que defiende la postura que considera correcta. Ambos pueden acertar de casualidad, que es como se acierta en el siglo XXI. En las películas de universitarios americanos hacen, a veces, un ejercicio de debate en el que han de defender posturas que probablemente no comparten. Eso es un esfuerzo que más de uno, al abrigo de un bar y una discusión sobre política, futbol o bricolaje informático, demuestra que no puede hacer. No lo puede hacer de la misma forma que es imposible que una discusión no incorpore ese pulso de poder entre una postura y la contraria, como si fuera una lucha a muerte en la que se dan y se reciben golpes dialécticos hasta que alguno de los púgiles cae al suelo ensangrentado o tira la toalla desde su rincón pagando la copa y marchándose a casa.

Conocí a una chica que me dijo, antes de dejarme, que no podía soportar esos "pulsitos" que yo le hacía mantener. Se refería a esa estúpida postura de poder en el que quien hace la llamada pierde, en la que quien recibe el regalo gana o en la que quien se corre antes es más egoísta. Es el mismo error, eliminando el componente sexual, que se comete cuando en las conversaciones se quiere tener la razón siempre. Allí me dejan, aquí no te invitan a las fiestas.

Podemos encontrar, siempre, un argumento que defienda cualquier postura. Podemos encontrar, en ese maremagnum de  información que es este tiempo tecnológico que vivimos, la manera de defendernos y de ayudar a la tensión que parece que es el aceite que mueve los engranajes del siglo actual. "Soy de una compañía de teléfonos" parece que implica la degradación de la contraria casi como "ser de un equipo" hace pequeños a los demás y, como apoyo de esa postura, podemos encontrar argumentos en títulos y cantera, en honradez y fichajes. En Egipto quisieron democracia pero ayer cambiaron a su presidente electo. Los medios de comunicación nos han vendido como válidas las dos posturas de la misma forma que un amante de apple habla ahora maravillas de la galaxy note creyéndose por encima de tí antes y ahora. Argumentos hay siempre. La exaltación de la discusión parece que hace que se tenga más razón no porque se convierte en verdad una mentira repetida mil veces sino gritada un par.

El comportamiento del ser humano es volátil, de eso no hay ninguna duda. Necesitamos sentirnos convencidos de que la línea que hemos tomado es la correcta y es ahí, sin criterio pero con abundancia, donde la tecnología nos ayuda a encontrar clavos a los que agarrarnos. Podemos encontrar estudios que nos excusan de ser borrachas porque dicen que eso significa que somos más inteligentes. Podemos creer que no encontramos pareja porque la tenemos pequeña o pensar que haber fumado no nos permitió aprobar resitencia de materiales de cuarto curso con la facilidad que creíamos. Lo cierto es que aquella asignatura me costó porque prefería conducir un coche nuevo que tuve antes que hacer ejercicios pero puedo argumentar mil veces, usando estadísticas,  lo complejo que resulta y la incapacidad genética de mi familia ante ese tipo de asignaturas. Lo pone en alguna revista pseudocientífica de Internet.

Como más de una adolescente que no es capaz de gestionar la información buscamos lo que nos da la gana para creernos lo que nos interesa. Me da lo mismo que sea de fútbol, de política, de sexo o de amor eterno. Si buscas "china con tres tetas" en internet sale hasta un par de fotos.

Después, con ese dato en la mano, gritamos creyendo tener razón y jurando que es verdad.

Lo único que sucede es que son argumentos prestados para convertirnos en quien no somos.

1 de julio de 2013

Primer semestre 2013

La sociedad moderna tiene la concepción errónea de que un buen músico, un buen pintor o un gran artista en general defeca oro cada vez que hace algo. Es un error. Todas las personas que, acorde con sus posibilidades, realizan una actividad minimamente creativa, defecan mierda la mayoría de las ocasiones.

Sin embargo hay veces que algo se salva.

Y de este blog, reduciendo la búsqueda a los primeros seis meses de este año, voy a salvar:

ENERO: 


FEBRERO:


MARZO:


ABRIL:

Naúfragos (4/4)

MAYO:


JUNIO: