Sí, es mi cumpleaños.
Pd: 39
En realidad cumplir cuarenta es como una pequeña frontera que tienes a bien de pasar y, por otra parte, es un lugar en el que te sientas un momento a mirar hacia atrás para darte cuenta que, hasta cierto punto, hace tiempo que pasaron los años en los que podías ir por la calle comportándote como un adolescente porque, eso es verdad, dejaste de serlo hace algún tiempo. Pasaron los años en los que el sexo era una actividad atlética variada y variopinta e intentar volver a ello es una estupidez digna de un inmaduro que no se acepta (y que es un poco puta). Pasaron los días en los que eran tus padres quienes indicaban el camino y ahora eres tú el que les tiene que recordar la dirección de las carreteras. Pasaron los años en los que ellas te preferían antes que a ese ornitorrinco con gracia al que se tiraron la última vez (en vez de a ti), excepto si les va lo vintage. Ahora eres tú el que das la paga. Tú quien empieza a darse cuenta que algunas cosas se han quedado en tu vida para siempre y otras tienen que pasar. Tú quien se compra una (o dos) motos. Tú el que tiene el armario de la ropa seria y el de la ropa que empieza a no ir contigo. Eres tú el que mira con otros ojos a las aventuras por carreteras lejanas y el que vuelve a adorar despertarse en un hotel en vez de en un saco de dormir. Eres el que va a las fiestas del 40 cumpleaños de sus compañeros de clase y mira sorprendido cómo los niños corren alrededor de la mesa y pasas la mirada hacia sus progenitores con la misma cara que ponías cuando ellos acababan los exámenes y tú mirabas las preguntas sin conocer las respuestas aunque sabes que una parte de ellos te mira con envidia. Eres el que va guardando cajas con partes de su pasado en el trastero al que subes cada 6 meses por curiosidad mórbida. Eres el que se sienta soltando el aire cuando llega a casa después del trabajo y el que , en realidad, es el mismo que ayer, cuando tenía 39. El mismo que el año que viene tendrá 41. Pensar que ese cambio se da en un día es como creer que aquello se rompió de golpe: una mentira. Pero hoy hay que hacer un cambio de numeración, como quien pone en hora el reloj en nuestra artificial forma de medir el tiempo.
Tengo que poner en hora mi reloj particular. Ese que en la época de mis padres era de péndulo. El de mi sobrina es digital. El mío aún funciona a cuerda. Supongo que tengo cuerda para rato.
Tengo que poner en hora mi reloj particular. Ese que en la época de mis padres era de péndulo. El de mi sobrina es digital. El mío aún funciona a cuerda. Supongo que tengo cuerda para rato.
pd2: 38
Pd3: 37
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ResponderEliminar40=4 más 0 = 4
ResponderEliminarSí a 4 le quitas la vertice es una silla dibújada con perspectiva lateral.
Ahora mismo se me ocurre está canción: http://www.youtube.com/watch?v=iLfsJjQyo9k
"La calle del pensamiento me lleva a aquella orilla, no sé si te acuerdas".
Calimero, felíz cumpleaños.
Aunque con retraso, felicidades!
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