6 de abril de 2010

The Catholic Boat

Hace tiempo, con Juan Pablo II aún vivo, en un capítulo de south park planteaban la posibilidad de hacer un Catholic Boat donde los curas se llevaban a los niños para disfrutar un delicioso retiro en un barco. Tal y como están las cosas algunos lo pueden ver más o menos como si fuera una cosa así:

Como todos los capítulos de South Park terminan con una moralina un tanto pueril en este caso se acaba con la determinación de que la Iglesia, en su reducto ausente del mundo real, se ha olvidado que hay determinadas cosas que no pueden hacerse y determinadas actitudes que hay que castigar con furiosa cólera como diría alguno, pistola en mano, en el mismísimo Pulp Fiction.

Sin embargo la generalización completa de que todos los curas son pederastas y que todos los niños que van a la iglesia son sistemáticamente acosados y abusados tiende a ser una idea global, como el calentamiento, como creer que todos los punkys tienen perros, como el Sr Ussia manteniendo que todos los vascos son terroristas, como quien piensa que los empresarios se limpian el culo con billetes de 500€ o como quien cree que su novia era virgen cuando la conoció.

En realidad el acontecido humorístico más extendido ultimamente es aquel que dice que lógicamente la Iglesia está en contra del aborto porque de esa forma tienen más niños de los que abusar.

¿Hay curas pederastas? Sí. ¿Hay abogados, libreros, guardas de seguridad, topógrafos y fruteros pederastas? También. ¿Vamos a criminalizar a los fruteros?. No. ¿Por qué criminalizamos a los curas de la misma manera que algunos creen que todos los políticos son corruptos?. Probablemente porque nos encanta la situación en la que nos consideramos por encima de aquellos mortales que se han cansado de decirnos lo que debíamos hacer de la misma forma que cuando llegas a una determinada edad descubres que tus padres no son perfectos o probablemente porque esa institución enquistada en un pasado feudal es incapaz de darse cuenta que se compone de seres imperfectos llamados humanos que eligieron ser curas en vez del honrado trabajo de topógrafo.

Lo que intento decir es que considero que al pederasta hay que cortarle los huevos, metérselos por la boca y dejar que se atragante independientemente de su profesión, moral o inclinación religiosa. De la misma manera que me importa bastante poco que Ricky Martin sea gay (porque eso afecta exclusivamente a él y sus parejas) me importa bastante menos que un tipo sea cura o no porque ello no es causa objetiva para un comportamiento delictivo y enfermizo. En ningún lugar pone que por ser cura has de abusar de niños.

Afortunadamente nuestras leyes ya están un pasito por delante de la ley de la Iglesia que no deja de ser una empresa privada con grandes exenciones fiscales que, y eso es cierto, debería dejar paso a la ley terrenal para demostrar a los mortales que la ciudad del Vaticano está en este planeta y no en Ganímedes, que es de donde venían trece millones de naves (llenas de pederastas, afirmo).

4 comentarios:

  1. Yo no creo que la sociedad en general (o los miembros de ésta que tengan dos dedos de frente) "criminalicen a los curas en general". Lo que ocurre es que es difícil de entender el comportamiento de la jerarquía eclesiástica empeñada en, primero ocultar, y después hacerse la víctima, en vez de hacer limpieza. Si los fruteros tuvieran una Asociación Gremial de Fruteros, que funcionara como lobby mundial, y que tapara los casos de pedofilia trasladando al delincuente de frutería y callando, probablemente la percepción social hacia ellos y su gremio sería la misma que lo que ocurre ahora con los curas y la ICAR.

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  2. El tema está, en mi opinión, en que aunque efectivamente hijos de puta los hay en todos los gremios y sectores, en un contexto religioso la pederastia es aún más imperdonable si cabe. Porque después del obvio "no matarás" no creo que haya pecado ( o "falta" o "crimen" o chámalle equis)más grave que robarle su infancia a un niño.

    Como apunta Torrales, creo que lo que contribuye a la criminalización de los curas no son las estadísticas, es la actitud de los "compañeros de trabajo" (e incluso del "jefe")ante ese imperdonable crimen: disculpando, encubriendo, justificando y, peor aún, relativizando y minimizando daños. Dos avemarías y pa casa.

    Además, en este "debate" tampoco puede obviarse el hecho de que en ningún otro gremio (ni fruteros, ni abogados, ni topógrafos) castigan o inhiben el deseo sexual, ni obligan a sus afiliados a renunciar a una vida sexual sana (que no digo que el celibato sea el culpable de los casos de pederastia en la iglesia, pero cuando te inculcan que el sexo es malo, que las mujeres son perniciosas y que la homosexualidad es una desviación injustificable, quizás mantener relaciones sexuales con un ser inocente y puro pueda llegar a presentarse como la opción menos mala. A mí me parece aberrante, pero sabe dios -nunca mejor dicho- cómo funcionan las cabezas de estos elementos)

    En fin. Te leo desde hace mogollón de tiempo, me encanta cómo escribes (y no puedo evitar lamentar que mi primer comentario aquí sea en torno a este tema, tenía que haberme animado antes). Enhorabuena por el blog.

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  3. hice un post hace tiempo con una cancion que se llamaba "sex with fruits", pero todos los fruteros que conozco son gente honrada. Lo cierto es que lo comencé investigando el motivo por el que los actores porno suelen tomar zumo de tomate antes de las escenas, y es porque el semen debe de saber mejor.
    Aún así, y retomando el tema, la iglesia católica se ha tomado este asunto como si se tratara de un grano en el culo: molesto, pero pasa con el tiempo. Eso dice muy poco por ellos realmente pero sigo pensando que, como en todas partes, hay gente buena y mala. Conozco topógrafos muy viciosos.
    Gracias por los cumplidos. Necesitaba, como alguien me dijo una vez, mimos.

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  4. Muy de acuerdo con los comentarios, lo llamativo del caso concreto de la iglesia es la reacción de los "no pederastas". No he oído todavía de ningún gremio que repetidamente encubra casos ya detectados. En eso sí son únicos (o la prensa se ha ensañado con ellos).

    Saludos, Raúl.

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