Hacia la nueva sociedad gris

Me encuentro en un estado de desencanto absoluto con el sistema, pero es una pataleta.

Hace tres años hacienda me devolvió 1300€, hace dos 1000€. El año pasado, esperando la promesa electoral de Zapatero y esa manera de pagar los votos a 400€ cada uno, me devolvió 700€. Hoy me ha llegado el borrador de este año y con los 194€ que me devuelve no me llega para pagar el impuesto de bienes inmuebles que asciende a 269€. Debo de ser un hombre rico y aún no me he dado cuenta.

Después ojeo la noticias en la prensa y descubro que en Islandia, amparándose en que los clubs de striptease tienden a explotar a mujeres, van a cerrar todos esos espectáculos.

Descubro que en Inglaterra tienes que ir al baño en menos de 10 minutos porque te apagan la luz ya que han calculado que si estás más tiempo es que las actividades que realizas son insanas. Se excusan en que es la aportación oficial para ahorrar energía y no colaborar al cambio climático, sin caer en lo bueno que es el metano en algunos casos.

Pongo la radio (no muy alta para no superar el límite de decibelios) y ya no hay canciones transgresoras o simplemente excesivas como solía oir en los 80. No se puede hacer una canción que diga "que tal, homosexual" porque discrimina a los gays ni una que diga "voy a tener un bebé, le llamaré lucifer, le enseñaré a vivir de la prostitución" porque fomenta el tráfico de niños y mucho menos cantar "tendría que pegarte, desnudarte, matarte y luego violarte hasta que digas sí" porque es, obviamente, una apología de la violencia de género.

No puedo ir a toda hostia por la carretera porque me ponen multas que mi escaso sueldo no puede abonar. Las carreteras tienen 3 carriles y no siento ese subidón de notar el motor reduciendo y acelerando al pasar a un camión mientras veo venir un renault19 verde con alerón en sentido contrario. Dicen que todo ello es por mi seguridad.

Tenemos muchos canales de televisión que son clones entre ellos en la mayoría de los casos y de la que van a quitar el porno para proteger a la infancia.

Nos han metido el miedo al Sida y a la clamidia para que no seamos sexualmente activos.

Un día, por mi salud, dejé de comer grasas saturadas.

Conozco a quien sólo bebe leche de soja.

Hay muy poca gente por la calle los martes a partir de las 23h00.

Los niños no se hacen daño jugando, porque los suelos están acolchados.

Sigo trabajando, aunque rodeado de prevenciones para riesgos laborales.

Y todo parece menos divertido porque a base de restricciones para mi salud, para el bien global, para el clima y para la protección de los grupos minoritarios la vida se ha convertido en algo mucho más gris que recuerda al gran hermano de Orwell.

Ahora me fumaría un cigarro, pero la ministra de sanidad está en la puerta chasqueando los nudillos y mirándome con desprecio.

No sé por qué pero esta sociedad gris me resulta menos entretenida que aquello que guardo en el baúl de los recuerdos. Freddy Mercury dijo al morir joven que no le importaba caer joven porque había disfrutado varias vidas en una. Nosotros nos moriremos viejos. Mucho me temo que será más saludable, más respetuoso con el medio ambiente y la sociedad global pero menos divertido y además, aparte de subir el gas, hacienda cada vez me devuelve menos. Tengo años para quejarme.