5 de diciembre de 2020

Lucille y la intransigencia.

 -¿Qué haces?

-Estoy acabando un vino malo. Oyendo llover de costado. He empezado oyendo los discos de Burning del 74 y estoy con Black Pistol Fire a todo volumen para dejar que el final del día me posea.

-Yo estuve oyendo bb king.

-¿Con Lucille?

-No, sólo BB king.

-Lucille es la guitarra.

-Ah. No lo sabía. BB king me gusta mucho. Soy fan.

-Hombre. Mucho no porque yo no soy un gran fan pero conocía el dato.

-¿Vas de listo?

-No, solamente intentaba ser empático con lo que decías estar oyendo.

-Me aburre esta conversación.

-Bueno. Oye. Si lo que querías era hablar de los filósofos alemanes de princpios del XX, haberlo dicho.

Creo que me dijo alguna palabra malsonante y me bloqueó para siempre. En realidad BB King estaba tocando en Arkansas allá por 1949 y dos tipos se empezaron a pelear. En medio de la pelea golpearon un un barril y éste salió ardiendo. Todo se quemaba y, una vez fuera del local, King entró a rescatar su guitarra. Una Gibson acústica. En ese incendio murieron dos personas y él se enteró que aquellos hombres se peleaban por una mujer llamada Lucille. Desde entonces todas sus guitarras llevaban ese nombre.

Una mujer impaciente (princesita y soplagaitas) se quedó sin conocer la historia pero dirá que es una fan. Supongo que también jurará que es cinéfila porque tiene una suscripción a netflix y dirá que es melómana porque usa Spotify. Estamos rodeados de personas y personajes que te dicen que te calles, si es que hablas de Cuba, porque estuvieron en un resort en 1997 con sus padres sin salir del complejo hotelero.

¿En qué puto momento recorrer la M30 te hace un experto en Madrid? ¿Cuándo haber discutido con el novio del instituto te hace una experta en violencia de género? Es más, ¿ por qué cuando alguien sabe un poco de algo pero, en realidad, no tiene ni puta idea , no es capaz de reconocer la derrota o su mentira previa? Quienes más ruido hacen hablando de terrorismo no han salido de Moratalaz ni para orinar mirando al norte.

Hace muchos años estuve invitado a un cumpleaños. A mi lado un muchacho como yo ( he dicho muchos años) me contaba que era algo parecido a un Hacker. Que entraba en ordenadores y hacía no sé cuantas cosas. Yo estaba callado y le miraba con una pose de admiración. Es más, le pedía que me contara más y, según hablaba, sus faltas de rigor eran mayores. Así que fui malvado. Le pregunté si conocía a gente de la ciudad que supiera tanto como él. Y ahí cayó porque me empezó a hablar de unos chicos que, desde una pequeña tienda, hacían cosas con sus equipos. Y la verdad es que les tenía magnificados porque, casualmente, yo trabajaba allí. Sin embargo le dejé hablar y hablar. Eché la mano a la cartera y, dándole una tarjeta, le pedí que viniera a enseñarnos. Ahí descubrí que yo, quizá, ya sabía desde el principio que aquello era una pose. Jamás apareció. Supongo que es lo mismo que bloquearme cuando te hablo de Lucille. Supongo que es por eso por lo que no hago muchos amigos. Y parto del principio obvio en el que ni sé de BB King ni de informática porque si algo tengo muy claro es que cuanto más sabes de algo, más cuenta te das que te queda mucho por aprender.

Falsa modestia, dirán algunos haciendo trampa. De verdad que no. Pero estoy, literamente, hasta la punta de la polla de todos esos que van de expertos en todo y solo son mierdas. El problema es que cuando la conversación, el chat, el titular o el tipo de letra no es el que sus majestades esperan, lo desprecian sin hacer el más mínimo esfuerzo de preocuparse por el contenido. "No voy a hablar contigo porque, aunque hayas razonado tu forma de sacar del último puesto a España de la recesión económica mundial, estudiaste con el vecino del concejal de Vox de Alpedrete así voy a hacer lo que diga mi cuñado, que piensa como yo y me hace todos los años la declaración de la renta". Algunos hasta son ministros. "Me vas a decir tú a mi"- le dijo seguramente un tipo a BB King discutiendo sobre blues.

Lucille estaba en su estuche.

No hay mucha diferencia entre las princesitas del Tinder, los que llevan el gen del cuñado como un virus y algunas actitudes viciadas de los predicadores políticos.

Por cierto. Los black pistol fire son así de buenos:


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