13 de enero de 2020

La etiqueta, los sacos y los hechos

Llevamos unos años viviendo en un lugar donde se aspira a triunfos absurdos y likes de nada con  seguidores que no te aclaman, que ni siquiera te valoran por lo que eres sino por lo que parece que eres, por el simbolismo del pin en la solapa cuando juras el cargo más que por lo que haces o que ni siquiera has llegado a pensar en hacer. Hacer es secundario cuando ya te han metido en un saco. No me gusta que me metan en sacos, tampoco que me restrieguen cosas por la cara (excepto si son tetas, pero es eso otro tema). "Los hombres sois así"- se suele decir como argumento determinante como si por encima de todo existiera una determinación genética que pudiera contra las buenas intenciones. Y es que se suele referir a consideraciones dolorosas. "Los catalanes son avaros"- y eso impide ser catalán y filántropo. "Los ricos evaden  impuestos"- y ahí está un rico pagando un irpf descomunal sin decir ni pío. "Los andaluces, vagos"- y eso deja en mal lugar a todos los sevillanos que madrugan. Son ejemplos de sacos en los que metemos a las mayorías que no somos nosotros. Porque nosotros, cada uno de nosotros, somos seres únicos si se nos pregunta.

Es la individualidad personal y la generalidad ajena.

Hemos aprendido a despreciar la personalidad de los demás pero exigir, con furibunda cólera, que se respeten nuestras decisiones personales.

"No lo puedes entender"- me dijeron una vez- "porque no has tenido que estar con tus padres buscando en los cubos de los restos que tiran los supermercados". Esa frase tiene varios elementos: el desprecio por mi capacidad de empatía y la dramática situación que parece contrastar con las langostas que cenábamos los martes ( nótese la ironía) en mi casa de obreros con  algo más de suerte. Pero yo estaba en un saco metido y no me había dado cuenta.

Existe quien exagera sus dramas de una manera extrema y exige pensar si acaso puede llegar a ser cierto. Me recuerda a esa familia que pagaba 1000€  por un alquiler de un piso ( 140 m) en una buena zona de Barcelona e Irene acusó a la dueña de ser una explotadora deshauciadora por querer cobrarles 300€ menos de lo que se paga habitualmente ahí. Era un drama vivir por debajo de precio de mercado en el centro. Reconozco que hay quien no se queja y tiene dramas de verdad pero quizá , si no se cuenta, no existe. Esperanza Aguirre no llegaba a fin de mes, una pena.

El caso es que importa el símbolo en el que te regodeas , el pin que llevas en la solapa, los dramas que me vendas y el saco en el que te metan.

Y todo eso no es nada porque no es verdad. Exactamente lo mismo que aspirar a tener muchos seguidores en instagram. Aspirar a nada y llegar a esa aspiración que no significa nada. Quizá estamos adorando a dioses que no hacen nada y condenando al infierno a inocentes porque necesitamos llenar los sacos de odio. No importa si hacen algo, si es verdad, si el drama es cierto.

Importa más la etiqueta que los hechos.

6 comentarios:

  1. Y es algo que tampoco es nuevo,
    es este un pais dado a tener en
    capìllas y pedestales a gente no valen
    un centimo de € , y valorarte , solo,
    si tienes esas mierdas llamadas rrss ,

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  2. Juro que no he visto las promesas de los nuevos ministros, así que la pregunta va sin coñas: ¿de verdad llevaban pins con mensajes reivindicativos?

    Flipo.

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  3. Pues si, Alberto. https://www.20minutos.es/noticia/4113435/0/iglesias-garzon-prometen-cargo-pin-triangulo-rojo-lucha-antifascista/ Los que dicen que es ( y lo es) una vergüenza que todo sea Eta han jurado el cargo diciendo que todo es Hitler. Ya sabes, la ley de Godwid

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  4. El triángulo rojo representa el sello con que los nazis marcaban a los presos luchadores antifascistas en los campos de concentración. Si el que alguien lleve un triángulo rojo te hace pensar que te llama fascista, tienes un problema. Por lo demás generalizar es propiamente perder la individualidad, a veces no queda remedio y hay que hacerlo, personalmente no me gusta.

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  5. Ya estamos haciendo sacos.... a mi me da lo mismo lo que cada uno lleve en su solapa. Son los hechos, no las decoraciones, lo que importa. De eso va. A ver si va a estar más en contra de las dictaduras uno con un pin que otro que hace por cambiarlo... En plan "!Hostia, tiene un pin!".

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  6. Uhmmm quién está haciendo sacos entonces.....? A mí no me molesta su pin, no hago sacos con la gente que lleva un pin, si a ti sí.....quién tiene el problema?

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