La verdad es que necesitaba un abrazo pero no le salían las palabras de boca.
Por la misma razón que los que ahora juegan a tener 20 años no han sido educados en la frustración y sí han aprendido, con facilidad máxima, a culpabilizar a otros (...al gobierno, a los bancos, al jefe, a mi padre...) de sus propias miserias (así como de ser incapaces de poderlo todo), algunos han sido enseñados, a fuego como un jubilado orgulloso, a no mostrar ninguna debilidad. Yo me emociono mucho viendo a los señores llorar. Cuando veo a una pareja de edad paseando por la calle nunca van cogidos de la mano. Tampoco significa que no se quieran a muerte y que uno no tuviera ningún sentido sin el otro. Una dependencia aceptada y recíproca debe ser algo parecido al amor.
Hay quien se desnuda y se recrea buscando, en verdad, los veinte minutos que quedan entre el sexo y ese incómodo momento en el que la vida real vuelve a florecer y es necesario abandonar el ring como si los gramos de ternura fueran drogas no permitidas. Los veinte minutos de calma. La hora y media cerca con una película delante. Los cientos de kilómetros hasta un destino acordado. No pongo la calefacción para esconderme bajo la manta llena de agujeros que hay en mi sofá de diseño. En ese instante no salen palabras de mi boca y me enternezco con las historias tontas de la televisión.
No me ve nadie. Nací para superhéroe. No lo soy.
La edad es algo parecido a la kriptonita.
"Magia"..., cuando con sólo una mirada te intuyen, pero, pero...,
ResponderEliminarsi necesitas un abrazo y lo deseable no ocurre, se pide;
no es tan mágico pero sí muy reconfortante