5 de junio de 2016

Domingo.

"Los domingos son días lentos y también disponen de ese punto de extrañeza, entre el sueño y la vigilia, en el que los sentidos indican que algo extraño sucede pero no se sabe aún qué es y, de repente, no hay prisa. Un domingo perfecto contiene ese despiste con la primera luz, una sonrisa sin levantar la cabeza de la almohada, un poco de acurrucamiento y quizá que el sexo se despierte a la vez, a ser posible acompañado. Un domingo ha de contener un largo desayuno sin perder la sensación de pereza, el Long Gone Before Daylight de los Cardigans, la prensa sin escándalos, un café que se va quedando frío, ver cómo le queda una camiseta blanca, mirar al sol que entra por la ventana y salir a redesayunar, con menos prisa aún, para volver a casa justo antes de comer. Darse un baño juntos hasta que se arruguen los dedos de los pies y buscar la ropa sobre la cama todavía deshecha mientras la comida se hace muy despacio. Comer y echar la siesta."

2 comentarios: