Dice un periodista y amigo que dejar a las personas mostrarse libremente las retrata. Voy a poner un ejemplo (ver prynsesa):
También hay alguno que dice que todas las personas, por el mero hecho de existir debemos ser escuchadas, que la opinión de un tarugo sometido y traicionado por carencias mentales debe de tener el mismo peso democrático que la opinión razonada de un intelectual de sobrada capacidad. Eso, quizá llevado a una lógica poco correcta, es mentira. Y es mentira porque unos corren más que otros, porque unos son más hábiles que otros y hay quien tiene gusto y quien no. Eso es una obviedad. Así que hay quien es listo y quien no. Por mucho que se esfuerce un tonto en parecer listo al final, en algún momento, se retrata.
Pero desafortunadamente hay algunos que, escondidos en sus cuevas e iluminados por la luz de unos mugrientos monitores continuamente conectados al espacio supuestamente democrático que es Internet, se dedican a escribir y escribir, a incitar y a criticar saltando de frame a casualidad y de conspiración a escándalo henchidos del orgullo que da tener más followers o más visitas. En realidad son ruido y son un divertimento peligroso como el lado más preocupante de la estupidez humana.
Tuvimos a Carlos Jesús, esperando que vinieran del cielo trece millones de naves. Tuvimos al risitas, a Pozí. Tuvimos a personajes que llegaban y se iban, que tenían su momento de gloria. Tuvimos a Salvador Raya, que fue uno de los primeros freaks 2.0 y que ha terminado entrevistando a Pablo Iglesias casi a la vez que Pedro Sanchez llamaba a Sálvame y mientras sintonizaban el canal de Rajoy en el plasma.
Sin embargo faltaba la invasión de los trolls.Véase: En la jerga de Internet, un troll o trol1 describe a una persona que publica mensajes provocadores, irrelevantes o fuera de tema en una comunidad en línea, como un foro de discusión, sala de chat o blog, con la principal intención de molestar o provocar una respuesta emocional en los usuarios y lectores
Claro que eso no es, en si mismo, un problema siempre y cuando alguien, al estilo de Norcoreano, sea consciente de lo que hace. El problema, en realidad, es cuando alguien se lo cree. El conflicto aparece cuando no existe la cantidad mínima de capacidad cerebral para diferenciar la ironía con la verdad y, por supuesto, el mundo real de la fantasía.
El problema está, precisamente, cuando el que no tiene físico intenta correr y el que no tiene cerebro hace como que intenta pensar. Algunos, incluso, creen que es tan caótico, tan irracional y tan patético que debe de ser una broma. LuisOrlando, la nueva estrella, es un ejemplo clarificador de lo que quiero decir.
Si fuera mujer, probablemente, sería una prynsesa.
En algún lugar, subido en su columpio, planea su nuevo movimiento esperando que la fama le "biole n el suelo". Se hará famoso porque la telebasura en internet son youtubers y trolls alimentados de seguidores.
"La verdad os hará libres"- decían. Y con la libertad florecerán los gilipollas.
http://www.theinquirer.es/2014/10/21/reino-unido-castigara-con-2-anos-de-carcel-los-trolls-de-internet.html
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