5 de octubre de 2012

Imitadores for Columbine

Supongo que a falta de terroristas, que ahora están de vacaciones (y mucho más de vacaciones en elecciones, no sea que se pierda en el juego democrático), todos necesitamos a nuestro pequeño fanático dispuesto a matar por matar. Creo que ver a los malos de las peliculas siempre nos hace sentir mejores personas porque podemos ser unos cabronazos o incluso descuartizar gatos por las noches pero no vamos por ahí matando indiscriminadamente o poniendo 140 kg de explosivos en la universidad que nos puteó una asignatura de tercero.

Así que mientras haya alguien peor que nosotros nos hemos librado como si estuviéramos jugando a las alturitas.

Imitar no siempre es fácil. Lo sé porque yo no soy capaz de hacer el acento argentino sin que me salga un gallego, por mucho que haga eso de "vos no sabés". Algunos tienen dotes para imitar y otros eligen a los imitados equivocados. Otros, con diferencia, son una imitación en sí mismos.

Lo cierto es que cuando se trata de imitar, que por definición es un concepto que compendia lo humorístico y lo sarcástico, es mucho más sencillo imitar a Chiquito de la Calzada que al último premio nobel, sobre todo si tenemos en cuenta que nadie sabe el nombre de este intelectual señor.

Así que es mucho más facil imitar a un asesino en serie y en España, que es un pais de imitadores facilones, ya tenemos el nuestro. Y cuando la Griso, con su MQMF al 100%, se rodea de los mismos tertulianos de Tolosa (que Tólosaben), hace sentir a las amas de casa y más de un parado sin prestación mucho mejor persona porque el mal imitador y peor muchacho quería volar por los aires la universidad con todos dentro esperando que, en Tele5, le llamaran para una entrevista bien remunerada y poderse hacer un hueco al lado de Belén Esteban.

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