3 de octubre de 2012

Mendigos en la puerta del Eroski

He leido, aunque no encuentro la noticia, que se ha realizado un estudio que es capaz de afirmar que la generación de jovenes menor de 25 años que ahora nos rodea ha desarrollado una conciencia social envidiable que les hace reconocer los diferentes parámetros de igualdad, ecología y pertenencia a un grupo social amplio que para más de algún habitante medio es sumamente complicado. Saben, como no lo ha sabido ninguna generación anterior, que hay que ayudar a los pobres, que hay que cuidar el planeta, que con sus pequeños gestos pueden hacer de éste un mundo más justo y que todos somos personas.

Hasta ahí las buenas noticias.

También se ha publicado que, al menos en en entorno de Bilbao, que para eso somos unos atletas de la hipocresía, los jóvenes utilizan a mendigos para que vayan al Eroski a comprarles sus litros de bebida y saltarse así dos cosas: las leyes que les impiden comprar alcohol y pagar los precios que , por mera economía adolescente, no pueden abonar en un bar convencional. Hace poco decomisaron 2000 litros de alcohol a menores en una sola tarde cerca de aqui.

Así que está muy bien eso de esperar que la riqueza se comparta entre todos pero si puedo usar a un mendigo para agarrarme una melopea... la pobreza y un pelín de esclavitud no me viene mal. Luego, que lo limpie el ayuntamiento.

La responsabilidad de la educación de un adolescente recae sobre su familia porque sus profesores lo que tienen que hacer es enseñarles, asi que hoy no toca echarle la culpa al deplorable sistema educativo de quita y pon que tenemos en este pais. La moda, los teléfonos y la MTV, con ese esquema en el que ellas son meretrices con kilos de más y ellos reyes del pelo cepillo y la camiseta abanderado, lo que hacen es explotar el floreciente negocio del adolescente con el dinero de sus papás. Los operadores de telefonía se frotan las manos con cada whatsapp y sexting que se intercambian mientras se acuestan con el móvil entre sus sábanas de Hello Kitty y Bob Esponja.

Pero lo que sí que han aprendido es a ser tan hipócritas como más de un político, más falsos que un billete de 1000€. Te dicen que te han entendido y no comprendieron nada, te aseguran que se van a portar bien antes de aceptar la solicitud de un adulto en Tuenti y te dicen que no quieren que los pobres lo sigan siendo pero si pueden usarlos para comprar unos litros, ni lo dudan.

Son un reflejo de lo peor de nosotros, pero es lo que aprendieron para sobrevivir o, al menos, hacer lo que les da la gana. En análisis transaccional se llama "niño adaptado" y se corresponde a todas esas cosas que hacemos para conseguir satisfacer los impulsos más primarios que nos brotan de dentro sin escuchar a ningún adulto.

Algunos, con más de 40 y 50, actúan igual.

1 comentario:

  1. El memo que ha sacado ese estudio tenía las soluciones antes que las preguntas. No vale para hacer solitarios.
    Si vas por la calle ves que no es así: los que tienen pasta para lonja, pues lonja; los que tienen para otras cosas igual.
    Necesitan más pasta mensual para pertenecer a su clase que lo que sus padres pagan de comunidad, gas y luz. Claro que se siente clase: una clase d mantenidos que incluso en paro o estudiando se permiten (a costa de sus padres) vacaciones con sus amigos en apartamentos alquilados de la costa: para dejarlos como una mierda, habiendo hecho la vida imposible a los vecinos antes, durante y despues de drogarse hasta las cejas.
    eso sí: sus padres son uns pringados que trabajan en trabajos de mierda que ellos no estarian dispuestos a soportar. Han sido bien adiestrados y saben lo que han de decir pero debajo de sus "pintura" sólo descubriremos lo más ruin de la sociedad. Son los hijos perfectos de esta sociedad, su producto y por eso no quieren participar, solo seguir consumiendo a costa de los demás.

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