Los británicos, que no los que viven en aquella isla, son unos tipos fenomenales que te pisan el pie en el metro y después te dicen, sin mirarte, un meloso Sorry como si realmente sintieran en sus carnes el dolor sobre tu pie.
Creen de ellos mismos, al ser el último gran imperio caído, que el mundo orbita alrededor de su reina y de su manera ingrata de ver el mundo considerando más de alguno de sus sistemas caducos como un referente que los demás no son capaces de igualar ni imaginar en el mejor de sus sueños.
Al contrario que los alemanes, que siempre les he visto como una nación capaz de rehacerse tras haber tocado fondo después de perder dos guerras mundiales, han sabido, a golpe de talonario y clases de idiomas con profesores nativos, mantener la moral y la creencia de su población en que la culpa de que su industria vaya cayendo en el olvido de la modernidad es de todos menos de ellos mismos.
Consideran que son tremendamente generosos con la comunidad india que les mantiene los comercios abiertos a altas horas de la mañana. Creen que los hombres de color iluminan sus calles y mantienen vivos sus mercados populares. Albergan la esperanza que su desagradable gastronomía sea reconocida más allá de sus fronteras y consideran que sus pequeños vástagos, sonrosados y barbilampiños, disfruten del sexo y las drogas en los países del sur de Europa como si la raza mediterránea fuera inferior.
Ahora se congratulan de salirse de la unión europa mientras le recuerdan a Irlanda lo mal que le ha ido de la mano de lo continental. Se salen porque en realidad no han tenido más remedio que aceptar que les importa su trasero mucho más que la posibilidad de ayudar al trasero continental a no ser sodomizado por la pudiente clase media china o la futura trabajadora clase media India. Se salen porque, como un niño caprichoso, no quieren ser iguales a los demas, porque eso implicaría mirar a los ojos en vez de hacia abajo, que es como les gusta mirarte, aunque sean una banda de pelirrojos bajitos con tendencia al alcoholismo.
Ahora espero, sinceramente, que sea verdad y dentro de unos años, cuando la mayoría de las empresas británicas estén en manos de capital Chino (si no lo están ya), los arcenes de las carreteras se hayan poblado del mugriento moho que las circunda y las cañerías victorianas revienten, tengan que volver con las orejas abajo a poner sus coches por el lado correcto del camino, usar el sistema métrico, aprender aleman, francés o español y soportar que nuestros estudiantes vayan a fornicar con sus prolíficas autóctonas que se han preocupado de parir pequeños chovinistas al abrigo de un gobierno que, por fin, ha demostrado que es incapaz de pensar en nadie que no sea él mismo y reconocer, sin decir "sorry", su manera anacrónica de considerar que el imperio británico aún existe.
Bye bye, Uk.
Uhm, yo creo que lejos de tener esas razones subjetivas acerca del resto del mundo con respecto a ellos (que puede que las tengan)se han separado de la UE por motivos meramente económicos.
ResponderEliminarVamos, que han tomado la decisión por saber que eso sencillamente les conviene... algo que me parece bastante razonable.
La solidaridad se basa en la consideración básica de la igualdad entre personas. Pedir un status especial y q el sistema bancario no tenga las mismas normas q los demás es, por definición, injusto. Alegrarse, para satisfacer a los q piensan q europa es una remora, de salirse como la s ratas cuando el barco hace agua es de insolidarios q piensan q solos les ira mejor. De eso va y de lo q se alegrarán británicos de manual, q no otros.
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