9 de abril de 2010

Mundo femenino singular


Sting ha confesado varias veces que el grandísimo éxito "every breath you take" es fruto del desplante que le hizo su mujer al irse. No logró recuperar a la dama, pero ganó, como el primero, una bonita cantidad de dólares.

En realidad muchos de los cambios sociales son achacados al nuevo status de las mujeres. Dicen que los amplios grados de soltería se deben a las nuevas decisiones laborales y personales de las nuevas mujeres del siglo XXI. Incluso algún estudioso de los fenómenos musicales de fans afirman que podemos darnos cuenta cómo Take That, Backstreet Boys y ahora los Tokio "soyunalemanandróginodepelotieso" Hotel no son más que productos orientados hacia las jovenes con los que arrastran a sus adolescentes pretendientes machos.

La última película de esa mujer con el trasero asegurado (que a mi no me gusta excesivamente) se plantea la historia de aquella señorita que, cansada de tanto buscar el amor y viendo que el tiempo cae como una losa decide inseminarse, siendo ese precisamente el momento en el que encuentra al hombre de su vida. Es una comedia romántica, tiene que triunfar el amor.

Aún así me recuerda a aquel texto referido a la nueva confabulación de las mujeres.

Aún así me hace sentir como un pelele en manos de un extraño matriarcado oculto en la nueva liberación de género, género femenino singular.

En realidad ya he conocido a quien me dejó por su vida laboral. También a quien decidió inseminarse cansada de tanta mediocridad. Una vez me dijeron que me querían para siempre pero las comedias románticas nunca me han vuelto loco porque disfruto bastante mal la felicidad ajena. Tampoco he creado grandes cosas en esos momentos en los que dejo la persiana a medias, me enfrento a una hoja en blanco y pienso en la sensación de rechazo. Nunca fui Sting porque no supe tocar el bajo. No me acerco ni por asomo al tipejo del "caralibro" aunque algún perfil me he saltado en mi ofuscación informática. Escribo, pero mediocremente, mientras aún espero que alguna de las mujeres de este mundo me agarre de los huevos y decida (en la medida de lo que cabe) por mi. Soy un hombre. En lo personal ya aprendí que por mi concepción de género no tengo poder decisorio aunque aprendí a salir corriendo de vez en cuando. Me hago mayor, hago ejercicio. Ya no tengo tanta capacidad de reacción.

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