El estreno de la serie Patria en televisión ha resultado un tanto fracaso de audiencia. La adaptación del libro de Aramburu en la que se refleja el dolor y fractura llevada al extremo que se vivió en Euskadi durante los lluviosos años 80 (básicamente) ha terminado con unas audiencias bastante relativas. Mucho menores que Veneno y eso nos puede hacer reflexionar sobre lo que importa. Y no está mal un biopic sobre un travesti prostituido en la España de los 90 pero casi mil muertos y la herencia del ultimo gran asesino que ha tenido este pais ( que es ETA y no Franco porque ese ya estaba muerto) parece que ya no le interesa a nadie.
La memoria es frágil y selectiva. Demasiados miran hacia otro lado cuando les hablan de Eta pero disfrutarían de un capítulo en 4k donde Franco sodomizara a niños de San Idefonso mientras ensayan la lotería en la explanada del valle de Los Caídos. Obviamente eso está mucho más cerca de la verdad en la visión histórica de algunos que el cuerpo del hijo de un guardia civil destrozado en pedazos en el desvío a Erandio que tiene la carretera que va junto a la ría y viene de Getxo. Ahí solamente había un bache que hizo explotar la bomba lapa que unos defensores de la patria pusieron en los bajos de aquel coche tan español. La culpa de aquello era del ministerio de obras públicas por no tener la carretera en buen estado.
Cuando algo nos incomoda simplemente no lo queremos ver por mucho que esté delante de nuestros ojos y España es muy de hacer esas cosas. Somos muy de idealizar y de poner adjetivos. Los abuelos de los de Vox eran peligrosos franquistas. Y también lo era el abuelo de Pere Aragonés, molt honorable en funciones. Pero eran los abuelos los que pegaban tiros a los maricas y los rojos como si eso estuviera justificado de la misma forma que al hermano del mio le fusilaron en Paracuellos. Y yo no voy contra los nietos de Carrillo pero sí contra quien empuñaba un arma enfrente del paredón donde cayó.
Cuando aquel niño se partió en pedazos en el desvío de Erandio el demócrata Arnaldo estaba en un monte con una pistola. También se repartían hostias como panes en las comisarías. Algo deberíamos de haber aprendido de tanta sinrazón y de tanto sufrimiento.
Es una auténtica pena que nuestra sangrienta historia reciente no sea de interés. Esa es la mejor manera que se repita: olvidarlo.
Todas , absolutamente todas las veces que paso por ese desvío, me acuerdo y me duele.
La futura nueva serie de Bob Pop, que se hizo famoso en el programa de Buenafuente, se llamará Maricon Perdido. Le auguro un gran éxito. Mientras tanto en la Sexta ponen reportajes sobre la represión de 1946. Que la hubo, por supuesto. Pero todos los represores ya están muertos. A veces pienso que hablar de Franco es una excusa para no enfrentarse a heridas que todavía supuran.
Porque supuran más los muertos que las políticas.
Y todos los muertos valen lo mismo.
Bonito lo que dices para ser un idiota
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