30 de septiembre de 2019

año 2150

En el año 2150 es probable que los coches no vuelen ni que nos comuniquemos telepáticamente. No habrá teletransporte. Seremos gordos contenidos, es decir, estéticamente correctos aunque estemos podridos por dentro. Habrá que pagar un impuesto por disfrutar de la naturaleza y otro por tocar la acera, por beber refrescos con azúcar. Habrá que pedir consentimiento expreso para cualquier interacción con cualquier persona, tres si es una interacción sexual. Será obligado un título para casi todo. Título de manejador de aire para respirar, manipulador de eventos deportivos para practicar algún deporte, salvo los autorizados por el bien común que establezca el gobierno, que tendrá participación accionarial en las empresas de formación y en las asociaciones deportivas predominantes. Sólo se podrá consumir la cultura que haya superado los mandamientos morales establecidos por el bien de todos y seremos libres siempre que pensemos como se debe de pensar, votemos lo que se deba votar y cumplamos todos y cada uno de los parámetros burocráticos (con tasas) adecuados para hacer exclusivamente lo que se debe de hacer. Hablaremos con mucho miedo de las dictaduras de las derechas y de las izquierdas y nos reuniremos, si podemos, para oír la música de los 70 a los 90 como si fuéramos yonkis. Tomar decisiones de manera autónoma sólo será permitido a robots con inteligencia artificial programada basada en estadísticas donde el grupo de control será sesgado previamente para obtener el resultado adecuado. Seremos catalogados cada seis meses para reorientarnos. Será imposible actuar,en nada, sin una norma previa. Los algoritmos lo dominarán todo y nos venderán una sensación de libertad imposible de alcanzar. Podrás ser lo que tú quieras siempre que cumplas todo lo que yo te diga. Bienvenidos al futuro.

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