27 de junio de 2019

Michael y Arnaldo.

Anoche tuve una conversación muy curiosa sobre el arte y la vida privada. 

Comentaban que hacer un espectáculo sobre Michael Jackson era un problema porque alguno les podía acusar de fomentar la pederastia. O que si ves una película de Woody Allen te puede dar por abusar de las hijas asiáticas adoptivas de tu mujer. Y luego casarte con ellas.

Yo mantenía, y mantengo, que una cosa es la creación  artística y otra la vida privada. Que no sabemos si Leonardo Da Vinci se lo hacía con  las cabras de su vecino pero sí sabemos que era un jodido genio. Si le hubieran anulado de la historia no tendríamos muchas cosas y tampoco creo yo que fuéramos más bondadosos.

Gracias a las teorías de Einstein tenemos el gps pero, joder, también ayudó a hacer la bomba atómica. ¿Cada vez que pones google maps significa que quieres matar japoneses?

No comprendo por qué tenemos últimamente la necesidad de que nuestros referentes sean perfectos en todas sus facetas. Que Steve Jobs, que era un hijo de perra preocupado sólo del rendimiento económico, tenga también que ser la madre Teresa de Calcuta de la informática moderna. Y no, no lo era. Cómo nos gusta creer que Rafa Nadal ayuda a las viejecitas a cruzar la calle. Ojo, que probablemente lo hará. O no. En realidad lo que tiene que hacer es jugar al tenis. Después, si hace algo ilegal o inmoral, es otro tema. No le vamos a quitar sus Roland Garros. Por esa misma razón  no vamos a negar que Off the Wall (más que Thriller) es una obra de arte.

Y de la misma manera que se juega a ensuciar a personas y personajes que han  hecho cositas revelantes o maravillosas ( o rentables) también nos encanta blanquear a otros y negar obviedades.

Tve va a entrevistar a Arnaldo Otegi vendiendo esa imagen  de demócrata que necesitan algunos que sea. Es una vergüenza que algunos se vayan a tomar café con los de Vox (que parecen simpatizar con ideales reaccionarios del siglo pasado) pero resulta que Arnaldo, que hace 20 años estaba en un monte, pistola en mano, secuestrando hijos de empresarios vascos por el bien de la sociedad vasca, es un tipo democrático. Hay que tocarse mucho los cojones con  la doble moral. No se pueden ver películas de Woody Allen pero hay que tener simpatía por los de Bildu.
Si pensamos en la necesidad absurda de criminalizar, eliminar o ensalzar a determinadas personas quizá, solo quizá, deberíamos aplicar el mismo criterio a todos. Pero lo hacemos con los que nos interesa porque somos unos hijos de puta. Robar unas cremas en el Eroski fue un delito que llevó a Cifuentes al paredón. Pegar unos tiritos y secuestrar a unos críos a Arnaldo a Tve vestido de gran demócrata.

En fin, Off the Wall es una jodida obra de arte. Bueno, vale, Bille Jean, también.

25 de junio de 2019

Indomable.

Siento profundamente el retraso. He estado acabando de escribir un libro libro mediocre (con mucho refrito de este blog) que a mi no me desagrada pero que alguno de los lectores de aquí lo han calcinado con sus críticas mordaces porque dicen que entre el payaso y el intenso me equivoqué eligiendo el intenso.

He de recuperar el humor que, como un huevo frito con forma, lo dejé en pausa.





Pd:El libro tiene cositas así:

- Todos, en realidad, dejamos nuestra vida y nuestras aspiraciones en manos de los demás. En manos de un conductor borracho que nos atropella o de un jefe o unos clientes que nos arruinan. En manos de un loco que contamina el agua y mata a media cuidad. Un supervillano. Estamos en un hilo cada momento. El ser humano es frágil y, lo que es peor, inútil en la mayoría de sus variantes. Sin embargo, nos empeñamos a dar un valor a la vida que es, a todas luces, excesivo. Hay un, digamos, accidente de tren. Seis muertos. Eso es un drama. Cien heridos. El drama, al contrario que con los titulares que nos hacen dar valor a lo que no lo tiene, son los heridos. Es mucho peor tener que cuidar de un familiar tullido que llorar delante de la tumba de un muerto. De vez en cuando aparece un titular en el que un octogenario ha matado a su pareja enferma y yo siempre lo veo como un acto de amor y, por supuesto, racionalidad.
- ¿Matar es racional? - le pregunta, pidiendo más.
-Todos tenemos un limpiador étnico dentro pero no nos ponemos de acuerdo con los criterios. Unos quieren matar a los ricos y otros a los pobres. Históricamente unos a los judíos y otros a los alemanes. A los infieles, si hablamos de convicciones religiosas. Todos han buscado motivos racionales para sus asesinatos. Nadie mata por maldad, sino que necesitan una explicación y, por supuesto, la cosificación del futuro muerto. Titular: una bomba mata en África a doscientos negros y un dentista. Entonces dice tu cuñado ¡Hostia, un dentista! Lo único que te sorprende de que yo diga que hay una posibilidad de que me quite la vida es que soy yo y no estoy cosificado. Ahí está el escándalo. Suicidios, con razón o no, hay a diario. Claro que como son otros no importa.
- ¿Y a ti te importa que seas tú?

-La verdad es que no. 


(....) 



En una película ella le dice: “Piensa en un momento de tu vida que puedas asociar a la felicidad. Sólo piénsalo. ¿Lo tienes?”. Él duda, pero lo encuentra. “No me lo digas, pero respóndeme a una pregunta: ¿Estás sólo ahí?”. La respuesta siempre es que no. Siempre. Los lugares favoritos, escondites si estamos solos, se convierten en refugios cuando los enseñamos y los compartimos.

El camino a casa le hace sonreír dentro del casco creyendo que volver de un escondite se parece a salir del wáter. Tras un momento de satisfacción íntima que no se puede detallar hay que volver a algo parecido al mundo real.

DAME CUERDA. 2019. Próximamente en sus pantallas. 



14 de junio de 2019

Lo que te mereces

Parece un slogan para un partido político de un mundo distópico.