16 de mayo de 2019

Muros

Tenemos nuestros muros y no son los fantasmas. Los fantasmas son incontrolables pero los muros son todas las dificultades que ponemos para que los demás lleguen a esa parte de nosotros en la que somos vulnerables. Existe un muro de ladrillo bien duro que se compone de gilipollez, de desprecio y de una especie de superioridad moral que lo único que esconde es el miedo a reconocernos como uno más. Entonces somos sarcásticos o críticos, casi intentando demostrar que vivimos en un tiempo y en un espacio muy por encima de los otros, considerados como inferiores. Ese es un muro bajo el que, como si fuera una trinchera que nos protege del bombardeo enemigo, nos acurrucamos sujetando el casco por si nos caen cascotes de los obuses que vienen del exterior donde, el enemigo, también vive en posición fetal aterrorizado de lo que sale de nuestros cañones. Y en una guerra pierden todos.

(del libro nuevo)

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