26 de agosto de 2016

45

...como no soy directo, ni fácil ni honesto... me he hecho un remedio con lo que había dentro. Es sólo cuestión de fe (bis). Y cómo tengo problemas para decir te quiero por prejucios extraños, por esnobismo erotismo agorero, voy a morir de pie.

Supongo que eso es una buena definición.

En dos años me he vuelto viejo o, quizá, he aprendido a vivir con el niño caprichoso, déspota y miserable que llevo dentro. He mirado mucho a las personas por la calle y me he fijado en cómo el estómago es más importante que la cabeza. En este un mundo cada día menos sentimental y más falso, más estúpido y  que necesita reafirmarse con la siguiente copa, el próximo polvo o la nueva gilipollez. La zona de confort es el campo de juego. Simplificarse es la forma de sobrevivir. La complejidad es un sinónimo de fracaso. Hace años llevar un libro de Kant debajo del brazo resultaba ser una declaración de intenciones, una excusa para una conversación que intentara arreglar el mundo y, en casos extremos, una relación sexual en ciernes. Luego fue conocer a los dramáticos cantantes pop o los atormentados grupos punk. Quizá pudiera ser tener un vinilo de Carlos Berlanga o una camiseta de Nirvana (sabiendo siempre que era un grupo y no una marca de ropa como "Ramones" (ironic mode on)). Saberse las letras de Julio de la Rosa, de Rafa Pons, nadar en lo que ha publicado este año Coque o todas las canciones del disco de Egon Soda.

Pero eso mismo, hoy en día, es una manera de espantar.

Así que me disfrazo de espantapájaros, soplo las velas y se va cayendo el lastre.

El lastre que yo he sido, la culpa como lastre cargada en las espaldas. Los 112 pechos de lastre sobre la cama. Cuatro penes como lastre que viven en tu teléfono. La soledad con una sábana por encima y agujeros para los ojos asustando al final del pasillo o en el recibidor de casa. Los sueños no cumplidos cargados de arena que impiden subir al globo de los deseos. Todo eso es lastre aunque en realidad no lo es. El lastre es no saber el motivo por el que se hace lo que se hace. El lastre es el síntoma de la enfermedad y la enfermedad es el pavor a mirar dentro y a diferenciar el estómago de la cabeza y la cabeza de la escápula.

Y se va diluyendo el niño por mucho que me guste ser un adolescente.

Un adolescente ajado como Houellebeq. Con los músculos abotargados, las pupilas sangrando de mirar y las ojeras aburridas de las noches pensando en el motivo por el que me convertí en el tipo que quise pero no estoy en el lugar que deseo.

Y eso se repite, hoy, 45 veces.

Como un final de libro perdido, como una logística descorazonadora, como mirar desde abajo, como soplar las velas de un nuevo cumpleaños de tonta rima. En el fondo soy un experto en gestionar las pausas dramáticas para acabar en chiste. Experiencia contrastada. Disponibilidad. Carnet de conducir. Seré un viejecito encantador. Aprenderé que a pesar de todo no hay una conspiración contra mi, que las horas que paso dormido no hay un cónclave reunido maquinando maneras desconcertantes de sabotearme. Mi terrorista, fui yo.

Pd0: 43
Pd1: 42
Pd2: 41
Pd3: 40
Pd4: 39


4 comentarios:

  1. Felicidades tronco.
    Yo no se si soy el tipo que quise, pero también estoy en en lugar que no deseo.

    ResponderEliminar
  2. Zorionak Chiquitín,no se si eres como querías o si estas donde quieres estar,pero después de lo que yo he vivido en estos dos años creo que lo mas importante es que estas vivo,y tienes la opción de intentarlo todas las veces k sean necesarias.disfruta mucho de bunbury esta noche,y de tu día todo lo que puedas,un beso y un abrazo,ojala te lo pudiera dar en persona.

    ResponderEliminar
  3. Por lo menos tú eres quien quieres.
    Realmente sabemos donde deseamos estar? A por ello
    Es verdad coño. Estoy Vivo!!!

    ResponderEliminar
  4. Zorionak!!!!! Hace mucho que no pasaba por aquí, pero hoy no podía faltar ;) Me alegro de que sigas escribiendo MUACKSSSSSSSS

    ResponderEliminar