27 de noviembre de 2013

La serotonina infernal de las frases en Internet

Nihil difficile volenti: nada es difícil si hay voluntad.

Esa, aunque sea una frase del puño del elevadísimo a las alturas psiquiatra Enrique Rojas, es una melonada. Lo es porque presupone que con volutad se puede todo. Que puedo ser más alto , correr más rápido, ligarme a la más guapa, ganar el doble trabajando la mitad y salir de pozos sin hacerme heridas en las rodillas.

Pero mola.

Algunos las pondrán en sus twitter y se sentirán plenos de orgullo con unos cuantos "me gusta", dos retweets y algún soplapollas que "se lo comparta" como el que se vuelve a poner un calcetín sudado (de otro).

¿Por qué existe esa adoración a las frases bien construidas que parece que dicen algo interesante pero no valen para nada?. Supongo que por el mismo motivo por el que Pablo Albornoz ha tenido tres discos entre los más vendidos de este país: por una cuestión cultural. Ojo, no digo que no tenga su legión de seguidores y en absoluto creo que este mundo fuera un lugar más feliz sin Bucay y sin el descarnado sentimiento de amor desconsolado que usamos casi toda una generación con aquel "si tú no estás aqui" de Rosana Arbelo Gopar, pero, por favor, vale ya.

Es una de las cosas que más molesta y más servidores llena en el mundo de la computación. Internet, aparte de los gatos y del porno, está sobresaturado de frasecitas bienintencionadas sacadas de contexto que no dicen una mierda que sea verdad. Son frases de esas en las que "el miedo no puede controlar tu vida" o las que dicen que "airea los sentimientos para dejar que fluya el sonido de tu corazón". Tequila, en uno de sus mayores éxitos decían que "salí de cara con la sonrisa puesta, hoy me he levantado contento de verdad" y reconozco que me la sé de memoria. Melendi hace canciones con frases que copia de las paredes del metro.

Pero son frases, no llegan a más, no se convierten en verdad. La mayoría son absolutamente imposibles como los propósitos que se dejan, con imanes, en las neveras. Son placebos erróneos porque son inalcanzables pero de alguna forma extraña despiertan la serotonina de las buenas intenciones.

Y, sí,  las buenas intenciones son el paso previo hacia realizarlas. Casi como el comercio egoista de la felicidad, aquello es  la primera fase de ser recompensado con una buena acción de un extraño. Me imagino arrastrado  y que aparezca un tipo y me diga al oido que "No hay que temer a las sombras. Solo indican que en un lugar cercano resplandece luz". En ese preciso instante lo único que deseo es matarle y clavarle en la pared hasta que le de la mismisima luz en sus partes.

Así que, haciendo mia otra: "el camino hacia el infierno está adoquinado con buenas intenciones".

Y eso significa que con buenas intenciones o con buenas frases no se llega al cielo, sólo se llenan de banalidades los servidores de internet. Aunque sean citas de Coelho.

Pd: Hacer no significa copiar y pegar indiscriminadamente cosas que dijeron otros. Hacer significa: hacer

2 comentarios:

  1. En una misma entrada, consigues juntar dos de mis obsesiones personales: Pablo Albarán, el cantante que más veces NO he escuchado y Pablo Cuello, el escritor que más veces NO he leído.

    Estoy seguro de que es fruto del azar.

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  2. "Eres lo que haces, no lo que dices que harás" (Jung)

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