He de reconocer que mi padre era un control freak no diagnosticado. Dejaba notas explícitas, mucho más claras y menos políglotas que las ilustraciones del Ikea, para el encendido y apagado correcto de la caldera e incluso, sin tener ningún miramiento por la seguridad de casa, escribía perfectamente la manera de quitar la alarma en cinco pasos. Junto a los mandos de la televisión existía un resumen para encontrar el canal adecuado y he de reconocer que dejó instrucciones precisas en un word, realizado con macros e hipervínculos, para los pasos a seguir en el momento de su fallecimiento. En más de una ocasión acceder al domicilio familiar en periodo vacacional no era una aventura sino una jinkana (que es eso de ir siguiendo las pistas escritas hasta llegar al tesoro).
Una de las cosas en las que los psicólogos del mundo están embarcados es en la diferente forma de pensar que tienen aquellas personas que consideran que más de un dato no hace falta retenerlo porque está en internet. Dicen que cuando se vive continuamente manteniendo una conversación 1.0 (con quien te estás tomando un vino) respondiendo a otra conversación 2.0 (con quien hablas por whatsapp) e incluso soportando un twitt y dos o tres retuits lo que se hace es fomentar un tipo de razonamiento paralelo en vez de lineal, que es como se hacía antes. Probablemente sucede con la información lo que le pasó a nuestra generación con las raíces cuadradas: que la calculadora mató la capacidad de cálculo del homo sapiens.
Un grupo de estudiantes de Vitoria ha decidido resumir El Quijote en 74 twits. Ya no hace falta ver la peli para hacer un trabajo sobre el libro, ahora te lees 140*74=10360 caracteres (menos de una página). Supongo que con eso lo que se pierden son los detalles e incluso la maravillosa sensación de descubrimiento que tiene eso de aprender con el tiempo.
Sin embargo el ser humano, que tiene esa capacidad evolutiva tan maravillosa, va desarrollando áreas cerebrales en detrimento de otras. A mayor dependencia de aparatos informáticos, mayor disfuncion de la memoria. En Matrix no se valoraba saber karate porque llamabas por teléfono al operador y te enviaba un sms para convertirte en el mismísimo Bruce Lee. Supongo que eso pasa con ese desprecio enorme por todas las cosas que nos invitaron a memorizar. Las señoras llaman a los concurso de televisión con sus hijos enganchados a la wikipedia para no tener que buscar que Napoleón nació en Ajaccio, Córcega. "La generación del disco duro" llaman a los que nacieron con internet debajo del brazo. "El efecto Google" es eso de negarse a memorizar nada partiendo de la premisa, electricamente sostenida, que habrá una wifi o una conexión de datos funcionando en el momento en el que lo necesitemos.
Todo ello repercute en que las experiencias modernas se convierten en breves porque se ha reducido el tiempo de espera y esfuerzo para lograr la base de la información. Todo ello nos lleva, quizá, hacia una especie de Homo Link multiconectado que ha cambiado su capacidad de retentiva por un algoritmo de búsqueda.
Cuando hablan de los trenes de alta velocidad lo explican diciendo que únicamente benefician a la ciudad de origen y a la de destino pero condenan al ostracismo a todos esos lugares intermedios en donde no para. En una sociedad que se va orientando hacia el dato final sin ningún aprecio sobre el camino para lograrlo o incluso contar con él en la base de datos que tenemos dentro es probable que nos produzca una dependencia parecida a los gritos de pavor que tiene mi sobrina cuando se queda sin cobertura de datos.
Skynet no es una máquina inteligente, es un servidor lleno de datos.
Lo primero que hace es darnos el caramelo de los resultados, después nos impide a vivir el maravilloso proceso del aprendizaje y después, controlará el mundo tras convertirnos en zombies de la wikipedia.
Aunque supongo que simplemente desarrollaremos otras funciones cerebrales.
...Voy a buscarlo en google.
¿Sabes qué? Que ya tengo hecho el resumen del QuijoTweet, que me parece demasiado largo, con 74 entradas.
ResponderEliminar"Quijote salió de no-sé-dónde y volvió a casa más viejo y más experto".
A mi sobrino, le sigue pareciendo larguísimo y afirma: "Del Quijote, hasta el cipote".
PD: Perdón por escribir tuits con acentos.
Qué lástima, van a perderse El Quijote, que es uno de los libros más divertidos que he podido leer en mi vida. Yo soy de las de mil notas en todas partes.
ResponderEliminarLo que perdemos de verdad es el conocer y gozar de las personas. No tenemos más fácil todo y restamos la importancia de conseguirlo sino que al tiempo cosificamos las personas, perdemos la posibilidad de gozar conociéndolas, dándonos el tiempo necesario, creciendo con ellas... porque el verdadero aprendizaje es el usa y tira (da lo mismo, conocimiento, utensilios, animales o personas).
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