Del 22 al 29 de diciembre se han descargado 30 millones de veces el angry birds y el 25 de diciembre, que es cuando la inmensa mayoría abre sus regalos, se descargaron 20 millones de apps por hora. Así que ya está, ya tienes una tablet. ¿Y ahora qué?. Hay que reconocer que lo de tirar cerdos con el dedo es divertido y que se pasea por el facebook con una agilidad pasmosa. Algunos, con aplicaciones como Pulse o como Flipboard, lo utilizarán para no tener que pedir prestado el periódico en la barra del bar y otros, como si fueran de esos que se compran un deportivo para que les miren en los semáforos, lo sacarán en medio del aeropuerto poniendo cara de interesantes mientras el corrector ortográfico les impide escribir con una mínima agilidad.
Yo tengo una tablet, supuestamente de las caras, desde hace tiempo. Hace 30 años que uso un ordenador a diario y, por cosas del destino y del trabajo geek que me caracteriza, lo he usado todo. Tengo una conclusión: la tecnología moderna es una basura y las tablets, paradigma de la modernidad, uno de sus exponentes más claros.
Sin embargo ha sido el regalo de las navidades y es una de las pocas cosas que mantenienen las estadísticas del consumo de tecnología en pie donde comprar un ordenador de verdad, un ultrabook o un portátil convencional se ha convertido en un lujo de ricos. El cliente que se compraba un ordenador de 1000€ que le duraba 8 años a pleno rendimiento pasó a comprarse un portátil que arrastró hasta los 5 años de vida y ahora se compró una tablet (probablemente de menos de 200€) que va a descubrir en verano que vale para poquito.
Los gurús de la tecnología, que son una banda de soplagaitas que matan al pc todos los años, siguen pensando que Apple va por delante en algo y tienen poluciones nocturnas pensando en Kinect, están convencidos que el 2013 será el año de la explosión de las pantallas táctiles, la informática gestual, los móviles con pantallas de 5 pulgadas y la computación en "la nube". Probablemente estén en lo cierto por mucho que facebook se haya convertido en un lugar caótico y enfermizo que se muere a golpe de spammer (me refiero a esos amigos que ponen diez o doce cosas cada vez que se conectan). Probablemente algunos de esos inventos que nos resultaron brutales terremotos tecnológicos se han convertido en algo parecido a la intromisión contínua del demonio que es el Whatsapp (18millones de mensajes el día de año nuevo).
La tecnología ha pasado de hacer que tengamos una sola máquina que lo hacía todo (y que apagábamos de vez en cuando) a una colección de gadgets que siempre están vibrando y que creemos necesitar.
Una tablet es un dispositivo que permite leer el correo, escribir documentos de manera rudimentaria, leer noticias y tener una mascota virtual (estoy aburrido que que me pregunten por el Pou, que es un tamagochi 2.0). Puedes bajarte las series de televisión en tu ordenador de verdad y verlas en la cama en vez de hacer efectivo el sacrosanto deber del matrimonio (o "arrejuntamiento"). Puedes llevar música e incluso, en un alarde tecnológico, conectarlo a tu lustrosa televisión de plasma por el HDMI. En realidad la mayoría de los humanos no usan la tecnología para nada más y estos aparatitos compensan su falta de potencia con un exceso de glamour directamente proporcional a los restos de huellas en las pantallas.
Creo que la tecnología de verdad, esa que nos daba más y más potencia, se ha muerto porque la crisis nos impide seguir a su ritmo y porque el marketing te hizo creer que aquello era mucho mejor que el ordenador que te compraste con lo que te sobró de la hipoteca de la casa que no sabes, ahora, si vas a poder pagar. Es cierto que se llegó a la luna con mucha menos potencia que la que desparramas con el envío de una foto por el Line y que no somos capaces de valorar lo mucho que tiene de mágico que recibas una foto de su pezón (acompañada de sus mejores deseos) justo en el momento en el que te dispones a dormir pero eso también se podía hacer hace diez años. Claro que aquello era de freaks y ahora es tremendamente cool, casi como ser un fashion victim de los que seleccionan en el APM.
Las tablets son una basura, pero molan.
La sociedad, en general, también es una basura. Tenemos la tecnología que nos merecemos.
Justamente, estuve mirando una tetera el otro día. Curiosamente, están al lado de las tablets y parecía que las regalaran. No lo entendí, ¿toda esa gente necesita una tablet?¿Los niños también? Me gusta que lo comentes.
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