8 de octubre de 2012

Plano secuencia cotidiano

He visto a un hombre con una sola pierna gritar a los coches mientras cruzaba una avenida de cuatro carriles por donde le dio la gana. Esquivándole pasó un automovil con la amortiguación rebajada conducido por un par de muchachos con el pelo cortado al estilo cepillo y grandes gafas sobre la cabeza escuchando atronadoramente regetton, que es la banda sonora de la invasión. En la acera una madre con tacones "casual", vaquero ajustado y una camiseta busca a su hijo después de despistarse con el frenazo. El hijo se quedó mirando al sonido intermitente y varonil de la moto de un repartidor que sueña con su negocio startup mientras considera que aquel es un trabajo temporal para el gran tipo que se cree, al estilo ochentero, como muchos grandes sobre los que ha leído, que empezaron repartiendo o en un bar, como si ser camarero fuera un trabajo menor y el camarero recoge las tazas usadas y pasando el trapo por debajo de las marcas que dejan pensando que lleva 20 años diferenciando entre un café con leche, un americano, un descafeinado de cafetera, otro de sobre y todas sus variantes con y sin sacarina. Frente a él un hombre de mediana edad con un traje arrugado digno de un vendedor de tercera apura una cerveza para ver si en ella encuentra el valor de decir en casa que lleva cuatro meses en paro pero es que la vergüenza nunca le permitió asumir ante los suyos que había perdido, como otros millones de españoles, aunque sus zapatos van gastándose según va pasando la prestación del paro y según se los olisquea un perro patada con un collar horrendo que sale correteando hacia ese tipo de dueña que no ha admitido en su indumentaria cuando pasó de ser moderna a ser horrenda o cuando se hizo mayor. Recoge al chucho, lo lleva con una mano y con la otra rebusca monedas en el mismo bolso al que se aferra cuando camina junto a un rumano que, con un carrito de niño sin capazo y sin infante, saca hierros de algún contenedor de basura ensuciando su camiseta del barça, que es la que se pone para vender lo que saque a ese gitano del madrid cuyo abuelo, por una mala borrachera y una valla con demasiados pinchos, perdió una pierna en la seguridad social y se engangrenó de rabia.

Ahora, le dicen, cruza por donde quiere para ver si el seguro del coche que le mate pueda sacar de pobres a sus hijos.

8 comentarios:

  1. Excepto el rumano, ¡vaya sociedad en la que vivimos!

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  2. y por qué excepto el rumano????
    ¿es que no tiene "pecado original"?
    ¿no participa al igual que el resto de esta sociedad? ¿es menos importante que el que diseña políticas para o contra él? Si somos un problema, amigo Jose Antonio, lo somos todos los que lo conformamos en todos los niveles y escalas. O va a resultar que por hablar mal castellano o rebuscar en la basura está perdonado?

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  3. Hola iparrajose.
    Te contesto a tus preguntas.

    Creo que has interpretado mal mi comentario y te explico el porqué. No tengo nada en contra de los rumanos, ni de los gitanos, ni de los payos, ni de blancos ni de negros. No soy racista; yo veo simplemente seres humanos. La excepción que hago de este ciudadano que saca hierros de algún contenedor de basura es debida a que, parece ser, -siempre a criterio de quien escribe este post- el único personaje que se libra de crítica, ya que: 1. el cojo, cruza la calle de forma indebida, 2. la amortiguación del automóvil, el corte de pelo y la música que escuchan los ocupantes del coche que pasa en esos momentos por la avenida no parecen agradar en exceso, 3. la combinación tacón casual-camiseta de la madre, que con el frenazo del coche pierde de vista a su hijo. tampoco parece satisfactoria, 4. el niño -el hijo de la "malvestida"- parece ser presa del típico cliché moto-niño pinta uñas-niña, 5. el repartidor se autoengaña a sí mismo pensando que "puede" llegar a ser algo más que repartidor y algo más que camarero, profesión esta última que considera denostada, 6. hay burla -por lo menos así lo percibo yo- sobre (no sé si por lo penoso del asunto o por qué otra cuestión) las reflexiones interiores que se hace el camarero de los distintos tipos de cafés que sirve al retirar los vasos y limpiar las manchas de una mesa, 7. el vendedor -de 3ª categoría, que supongo ha de ser una de las últimas, si no la más baja- calma sus desdichas en una cerveza a la par que con ella trata de no mentir más a su familia y que -aunque esto no me queda del todo claro al leerlo- da una patada a un perro cuya dueña 7. (al igual que la mujer con tacón y camiseta indebidos) no viste "bien" y es incapaz de reconocerse a sí misma en la adolescencia/juventud/adultez dando como resultado todo ello una indumentario no-acorde, 8. el rumano, que es acompañado por la mujer del punto 7. y al que me referiré más extensamente al final, vende aquello que saca del contenedor a 9. un gitano, que si bien a priori el escritor de las líneas trata de forma neutra (no parece hacer nada "malo"), es del madrid, lo cual no puede considerarse de entrada algo peyorativo, aunque, sí cabría sospecha al respecto ya que el rumano -inmaculado individuo en esta historia- es del barça, o por lo menos lleva su camiseta, y 10. cuyo abuelo (del gitano 9.no del rumano 8.) perdió una pierna, si bien con una valla con demasiados pinchos, no se libra tampoco de cierta censura en su desgracia ya que fue durante una mala borrachera cuando sufrió (¿mereció?) el susodicho accidente.

    A ver, amigo iparrajose, no somos amigos pero da igual... vamos a tratarnos como si lo fuésemos, que yo soy muy cordial (o trato de serlo).

    ¿No crees razonable que de 10 personajes que contiene el texto solo uno, el rumano, que saca hierros de un contenedor y que se pone la camiseta de un equipo de fútbol, el barça, como si de su mejor muda se tratase para así vender más y al que nada parece que se le pueda reprochar -al menos comparándolo con los nueve protagonistas restantes- sea motivo para destacarlo?

    Espero, si es que eres rumano o inmigrante, o aunque no lo seas y seas más español que el sol y los calamares, repito, espero no haberte ofendido con mi comentario, sea tu raza, religión, sexo o nacionalidad los que sean. No fue racista en ningún aspecto. Pero sí considero significativa una figura tan impoluta en medio de un conjunto tan "punible".

    Así que, -seguro que ahora me entenderás-, excepto el rumano, ¡vaya sociedad en la que vivimos!

    Un saludo.

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  4. bueno, Jose Antonio: deseando ser, por mi parte igual de cordial que tú te explicaré o trataré de hacerlo mi punto de vista.
    Me da lo mismo si uno otro o todos en esta historia son emigrantes, buenas personas o todo lo contrario.
    Lo que pretendo decir, que igual no viene al caso y ni tan siquiera enlaza con el objetivo del post, es que el rumano (no sabemos si también gitano) participa activamente de la sociedad en la qu está. Y daré dos ejemplos: viste una camiseta del Barcelona lo que de por sí no es punible pero sí sintomático: no es una cualquiera; es esa concretamente y manda varios mensajes según quien los interprete (aunque luego, siendo de diferentes equipos se las apañe genial con el gitano del madrid): Es una camiseta con un precio y si no lo ha pagado, exhibe el estatus igual que quien conduce o le conducen un mercedes (aunque no lo tenga pagado). Además puedes interpretarlo como una reivindicación de pertenencia o una solicitud de integración en un grupo concreto.
    Por otra parte, recoge chatarra, que posiblemente los otros o nosotros tirásemos antes; sí, para comer o para beber o para cualquier otra cosa, igual que los demás, para tener dinero. Por cierto que seguro que es negro con lo que participa aunque sea poco? en una sociedad insolidaria y defraudadora (pobre sí pero honrado también)que pone en marcha en el momento que transacciona con el gitano que seguro que paga y cobra de un payo en negro.

    No es cuestión de racismo. Es cuestión de mierda, pobredumbre, esperanzas truncadas, vidas sin esperanzas. Es cuestión de que todos estamos relacionados y nadie puede quedar "limpio".

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  5. además, entiendo que el amputado d ela primera frase es el abuelo del gitano. o no?

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  6. Iparrajose, creo haber resuelto sin ningún género de dudas el meollo de la cuestión en este intercambio de mensajes entre tú y yo alrededor del famoso rumano.

    El rumano al que tú te refieres es otro rumano; concretamente los rumanos que viven en la sociedad.

    Yo me refiero sin embargo al rumano del post de más arriba.

    Asunto solucionado.
    Un saludo.

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  7. Lo siento, ahora sí que he de reconocer que me he perdido. Lo siento, no llego hasta lo que tú consigues ver. Perdón por el tiempo perdido.

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