5 de septiembre de 2012

La cobardía publicitaria del poder

Cuando uno es oposición todo suele resultar sencillo porque el espíritu de la crítica está especialmente desarollado en el humano contemporáneo. "¿Su vida es mejor que la de hace 4 años?"- pregunta la oposición en las elecciones de EEUU. Cuando llega mi madre a casa siempre encuentra algo desordenado y siempre descubre un motivo por el que ratificar que mi vida sería mucho mejor en un estado diferente al que me encuentro. Cuando un grupo de freaks quiere hacer un meme sólo tiene que sentarse a comparar la basura de su calle con la limpieza de las calles de Finlandia pero nunca habla del frío que hace por allí porque en ese caso el meme deja de tener sentido. No nos engañemos: criticar es fácil.

El problema es cuando uno de esos buitres de la crítica se convierte en el que manda y descubre que no puede solucionarlo todo. En ese caso, que es el caso del que se trata, empiezan a mirar a lugares insospechados.

Dicen, pero no lo sé con seguridad, que el grupo político de Bildu pidió en el ayuntamiento de Bilbao que el camino de Santiago no pasara por la ciudad porque eso es algo muy español. Más o menos el mismo motivo por el que los toros (que no el maltrato animal) van a desaparecer de Donostia. Sabemos que el PP cuando no puede mirar a las cifras del paro o a la recuperación económica con orgullo siempre tiene a algún preso de ETA con el que generar la polémica que habita en los bares llenos de parados. Pone en un lado de la balanza a Aguirre y Oreja, en el otro a algún juez de turno y te pregunta si lo que se debe es cumplir la ley o dejar a un terrorista pudriéndose en la cárcel. No nos engañemos, el PSOE hizo lo mismo con De Juana (operación bikini) Chaos. Ahora resulta que un pueblecito del que no tenía constancia ha llegado a la conclusión, en medio de la Cataluña profunda, que todos sus problemas vienen de ser españoles. Han dicho que el paro, los baches de la carretera y las infidelidades de sus vecinos son fruto de la españolidad. Han decidido que el 12 de octubre va a ser laborable y que quieren que la señal de TVE se oscurezca cuando salga el Litri haciendo una manoletina pero no cuando salga prieta Igartiburu.

Los votantes, felices y contentos por la valentía mostrada, han aplaudido y han enarbolado "señeras" de una manera feroz de la misma forma que alguno de Bildu estará convencido que por fin alguien se ha atrevido a eliminar lo español o de la misma forma que más de uno, según sube en el ascensor de su casa del barrio de Salamanca, cree que a un etarra hay que castigarle en contra de la ley por malo.

Y mientras tanto las calles se siguen ensuciando, los parados siguen creciendo y sólo me doy cuenta que cuando los gobernantes no son capaces de arreglar lo que decían que se arreglaba en 24 horas lo que hacen no es aceptar que no son capaces sino que utilizan la mecánica de intentar hacernos mirar hacia otro lado, que es como cuando se pierden las semifinales diciendo que se ha jugado bien.

Da igual la ideología, el Bretón, el preso, la declaración de independencia, la bandera o la corrida en cuestión.

Es la cobardía publicitaria del poder.

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