11 de junio de 2012

La Diva y la caja del escándalo

Madonna ha enseñado un pecho en Estambul.
En realidad desconozco, en el caso de la que a partir de ahora denominaremos como La Diva, si todo el fenómeno basado en escándalos y pequeñas provocaciones de la señora está dentro de un cuidado proceso de márketing milimétrico. Me da igual si nos referimos a los besos lésbicos, a aparecer en la cruz, a invitar al papa a sus conciertos o a sacar el careto de la srta Le Pen como una nazi más.

La Diva representa como nadie (y como en otras muchas cosas) la delgada línea que existe entre la conciencia y hacer caja. Con eso no quiero decir que todas esas molonas cosas que intenta dejar caer como conciencia global no las comparta. Por supuesto que nadie que viva en mi línea moral pudiera estar en contra de promulgar un mundo más justo, algún amante de la derecha más trasnochada encarcelado, más de una dictadura acabada, un poco de sexo lésbico y que todas las señoras de 53 tuvieran el pecho firme pero soy incapaz de pensar que alguien pueda hacer una campaña al estilo 15M cobrando 90€ la entrada y cantando La Isla Bonita a la vez.

A veces la publicidad utiliza elementos sociales de una forma interesada.

Más de una vez, sobre todo en mi época de fan de algún grupo al que seguía en sus giras, me sorprendí descubriendo que ese momento en el que todo parecía una casualidad donde una chica subía al escenario, un niño cantaba o el líder se ponía la camiseta del equipo de futbol local era algo estudiado dentro del show en cuestión porque en todos los conciertos pasaba lo mismo en el mismo instante.

Cualquiera que haya estado en un concierto de La Diva sabe perfectamente que no hay un solo segundo de pausa ni de improvisación.

Si lo pensamos con tranquilidad y sin quitar un ápice a la maquinaria que representa quizá ese pecho, ese beso entre señoritas o más de uno de sus montajes existe la posibiliddad de criticar que es más que probable que hay un poco más de caja que de conciencia global. Al fin y al cabo La Diva es una empresa y Apple, Coca Cola o Nike también te cuentan lo mucho que les importas tú y tu planeta pero en realidad se sientan en sus mansiones a llenar piscinas con el dinero que les diste.

Soy un tipo sencillo. Bono, Madonna, Willy Toledo o Melendi que se queden haciendo lo que hagan.

Las consignas éticas, para las asambleas del 15M o para las promesas políticas con las que nos mienten. Al revés sería impensable pero es lo mismo: Esperanza Aguirre enseñando un pezón, Rubalcaba besando a Zerolo a tornillo o Don Mariano cantando Like a Virgin.

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