Sonido donosti (revival).

En 1985 La Dama se Esconde grabó su primer disco. Los Nacho Goberna y Valencia presentaron ante la estupefacta escena del pop nacional (poseído por Peor Imposible, Dinarama, Almodovar y Macnamara, los Nikis y, por ejemplo, Ruby y los Casinos) una colección de canciones que se han mantenido en el tiempo exclusivamente por la calidad de su sonido.

En 1989 aparecía la primera publicación de otro grupo donostiarra llamado 21 Japonesas y liderado por Txetxo Bengoetxea.

Desafortunadamente de aquella época se recuerda más, si hablamos de Donosti, a Duncan Dhu y, posteriormente, a la Oreja de alguno y sus composiciones más sencillas que la sintonía de barrio sésamo (es mi opinión).

Cuentan que el caso de Txetxo Bengoetxea se parece al de, salvando las distancias, Rick Davies (Supertramp). Ambos tocaban en un club y recibieron la ayuda económica de una persona con dinero que les apoyó para montar la que fuera su primera formación. Supertramp vendió poca cosa en sus dos primeros discos y reventó lo reventable cuando se juntaron en una finca Davies, Hodgson, Helliwell, Siebenberg y Thompson (y sus familias correspondientes, que son las que gritan en el principio de "School") y grabaron el MARAVILLOSO (todo el disco)"Crime Of the Century".

21 japonesas sencillamente se disolvió y Txetxo sacó un disco en solitario titulado "Debut" con un par de grandes momentos.

Por su parte La Dama se Esconde también se disovió y Nacho Goberna sacó un par de discos y ahora, recordando los 25 años del grupo original, rescata algunas grabaciones a través de unbosquedeteverde, su página web.

Y resulta una bonita manera de descubrir que dentro del maremagnum de la resaca de la movida no solamente Nacha Pop, Golpes Bajos, Tino Casal o Carlos García Berlanga eran capaces de hacer sonidos que aún hoy están por encima de la media (no me refiero a aquellas bandas de rock de verdad al estilo Burning, obviamente). Pero, como se puede apreciar, hablamos de lo que era el "sonido Donosti", el de verdad, el que se comieron 100 gaviotas y el 28.

Si, soy un nostálgico.