(Escrito el 12/5/2003)
Me imagino al señor Destino en un escenario, con un foco redondo de luz sobre sus ojos y una pared de ladrillo detrás. En una mesa estoy yo, con una copa y uno de esos ridículos quinqués con una vela en el interior. Él sale. Es un hombre de color. Saluda. Se sienta en un taburete frente al micrófono y empieza su show.
“Buenas noches, señores y señoras. Mi nombre es señor Destino. Si me cogen cariño me pueden llamar Desti. He de decirles que hace un rato me he encontrado con mi amigo el señor Circunstancias y me ha dicho, obviamente de forma circunstancial, que la cosa no esta bien, y la verdad es que el destino esta muy negro (risas). Ayer, precisamente, me crucé con un hombre por la calle que ufanamente caminaba con un traje blanco recién comprado. (Hincha su cara y mueve los brazos como si anduviese de manera ridícula). Y se puso a llover. La verdad es que le hice un favor, porque el traje le abrazaba con un cariño excepcional y su barriga prominente no iba a llevarle por buen camino (Golpe en la barriga). Porque la gente no es consciente, en la mayoría de los casos, de lo que irradia ni lo que le espera. ¿Cómo vas a ir con ese traje blanco?. Ya puestos podrías rememorar a Elvis y ponerle las famosas chorreras para parecer realmente ridículo (pausa para alguna risa fácil). Por favor. Yo, precisamente por mi trabajo, tengo el deber de intentar poner a todos en su sitio sin que se den cuenta. Aunque lo que más me molesta es cuando dicen que el destino esta escrito. ¿Tengo yo cara de libro?. Pues no. (cara de escepticismo). Realmente soy un tipo normal con un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo, como la canción.”
“Pensemos por un momento que yo me voy al paro. Bien, no pasa nada. ¿o acaso si?. ¿Qué van a hacer las adolescentes?. Se sentarán en su cama a pensar qué es lo que va a traerles el Destino y, error, Destino no está trabajando.(risas) Así que sus sueños se quedan vacíos y es un doble trabajo para el señor Decepción, ya que ni ellas ni sus estrellas clavadas en posters salen adelante. ¿Qué hará el cantante de turno sin fans, si sus fans saben que no hay nada que hacer y que su destino no existe?. Mala suerte, no haberme despedido.(risas) Por eso estoy tranquilo en lo referente a mi estabilidad laboral. Soy, lo que se dice, un trabajador esencial. Eso es bueno en este momento laboral, aunque nuestro sindicato diga lo contrario: que si la televisión, que si los psicólogos, que si la terapia. Bah, tonterías. Donde esté un bonito destino… (risas). Porque la época es compleja, ya que tanta información nos genera un trabajo extra. Bueno, y tanta película romántica. Lo que sí que es verdad es que nos dividimos el trabajo de una forma bastante compensada. Cuando eres joven piensas en el destino. Ese soy yo. Después le hechas la culpa a las circunstancias. Ese es mi amigo. Y luego, cuando te rindes, no puedes más que decepcionarte. Ese es un trabajo también duro. A mi me toco hace años, antes de ascender, y fue una época difícil. Hay que tener en cuenta que Decepción es un tipo duro, y lo lleva muy bien. Además su parecido con Charles Bronson le vale de mucho.(risas). No puedes ser Decepción y tener carita de ángel, como yo. (Cara de niño bueno y risas). A Circunstancias le da igual, porque trabaja con todo el mundo, como un médico de familia. Pero yo, yo tengo un bonito trabajo, porque alimento ilusiones.”
En ese momento me mira.
“Aunque el destino no es tan bueno, ¿verdad, caballero?”(¿Será cabrón el tipo este?) La gente me mira y se ríe. Él ha bajado con el micrófono hacia mí y el foco nos ilumina a los dos. “Porque también tienen que saber ustedes que una de mis ventajas es que sé lo que va a pasar y hay gente que se empeña en pensar que yo no existo. Este buen muchacho, aquí donde lo ven, cree que se marca su propio destino.(me señala) ¿Tu me quieres dejar sin trabajo? (risas). Te han forzado la cerradura del coche, has tenido un gasto importante y te has quedado sin ascensor viviendo en un noveno. ¿Crees que es Casualidad?. Pues no, esa plaza está vacante, porque no es esencial como yo.(risas). Escribes poco tu futuro, chaval, aunque no te lo creas. El problema es que estamos Circunstancias y yo trabajando en ti. No sé si Decepción va a tener que llegar… bueno, claro que lo sé, pero si te lo digo… vaya mierda de destino soy, ¿verdad? (mirada al publico) (alguno se ríe).”
Se vuelve a su escenario, a la posición inicial.
“De todas formas no me vean como un agorero. En definitiva no soy más que un fruto de su imaginación, algo marchito y un poco absurdo. Si fuera perfecto, no trabajarían mis compañeros. Ellos no tienen mi suerte, ni mi publico. En definitiva, que buenas noches, que ya pueden decir que conocen su destino, aunque si no lo explican con suficiente cantidad de detalles, sus amigos les creerán locos.” (aplausos).
Lo que yo decía. Un mal humorista del absurdo. Apago la vela. Pago mi bebida. El resto del público me mira. Me voy a casa. Miro atrás para que el artista no me siga, porque el destino siempre ha de estar delante. Eso creo, porque es su posición lógica.
Si le vuelves a ver, por favor pidele a ver si le puede tocar la lotería a alguien que conoces... No, no es para mi, es para el tipo que se tira 48 horas al día y parte de la noche tocando Cielito Lindo en el semáforo de entrada a Bilbao, justo debajo de mi casa
ResponderEliminar¿con un acordeon?
ResponderEliminarSI, DESAFINADO!!
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