22 de julio de 2011

Camps, Godwin, Zp y la simplificación mental

Probablemente fruto de la diferenciación extrema que nos dieron los dibujos animados en nuestra infancia, que es cuando se crea el subconsciente, el que es malo lo es siempre y es igual de malo que todos los malos aunque la maldad se produzca por caminos diferentes.

Es igual de malo el malo que vive en el Ojo de Sauron que el malo que robó a tu abuela tirando del bolso. Igual de malévolo es el Joker de Batman, un antiguo dictador Vietnamita, el director de tu sucursal, un político corrupto, el vecino de arriba que pone a falete a todo volumen y un criminal de guerra nazi.


Esta analogía llevó a enunciar el teorema de Godwin con el que se establece que los malos son todos igual que los nazis y, en su caso extremo, igual que Hitler ya que como el supuesto malo orina y Hitler orinaba, ambos son igual de malos.

Visto así es una estupidez. Sin embargo la verdad de si esto existe es algo absolutamente real y cotidiano.

Nos encanta pensar que la maldad vive siempre y es completa en cada personaje o personajillo que nos desagrada. Podemos pensar que Francisco Camps se levanta por las mañana, se limpia el culo con un traje que no ha pagado, desayuna sesos de niño, viola unas monjas de camino a donde vaya y termina el dia sin pagar por los servicios de una prostituta nigeriana sin papeles con la que disfruta del bondage cuando lo que le molan son los bukkake gay. Todo eso con esa sonrisa falsa que tienen y les persigue a muchos políticos del PP y que Esperanza Aguirre creo que patentó en 1995.

A otros les gusta pensar que Zapatero es una especie de Mr Bean torpe que es sujetado por Rubalcaba para no golpearse demasiado cada vez que se tropieza y que disfruta cuando juega con nuestro pais como un niño al que le han regalado un tente y es incapaz de hacer ni una miserable figura aunque él cree que aquello es un caballito que relincha feliz por las praderas leonesas mientras la señorita Pajín cabalga desnuda, cual Lady Godiva, sobre aquel lomo plateado de equino.

Sigue siendo una simplificación estúpida, aunque no contenga a Hitler y sí a un payaso.

Pero, por alguna razón, necesitamos pensar que las personas son intrínsecamente malas e intrínsecamente buenas. Que se equivocan siempre o que aciertan siempre. Que ella fue siempre una furcia o que él fue siempre un taliban sentimental. Que aquello que decía era mentira porque ahora sé que era mala persona. Que tenía un saco de dinero robado de la generalitat valenciana o que disfrutaba cuando oía los gritos de dolor de millones de judíos ardiendo en las incineradoras humanas. Que los pantanos fueron un error de cálculo porque , en realidad , quería inundar España y que incluso un etarra lo único que desea es infringir el daño a toda costa.

Pensar así nos simplifica la visión y nos hace sentir más cómodos.

Aunque nos genere una visión errónea de la verdad (que siempre está llena de claros y oscuros).

Aunque Camps, Chavez, el concejal de servicios públicos de Benidorm (esto es inventado) o el concejal de acción social de Amorebieta (también supuestamente) sean corruptos, Zapatero torpe, Hitler un asesino y alguien pase las noches con un saco de dardos lanzándolos a una diana donde reside tu foto porque está convencida que eres la reencarnación del mal.

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