Una amiga, llegados los 40 y tras vivir los enamoramientos, casamientos, embarazos, denuncias y divorcios de muchos de sus amigos me confesaba que aunque una parte de si deseaba ansiosamente vivir lo que dicen que es una de las grandes experiencias de la vida real (la 1.0) tenía tanto miedo a fracasar que le bloqueaba la posibilidad de copular en algún momento con ánimo reproductor.
Un buen amigo, hace escasos segundos y por teléfono (vida 1.5), me intentaba sacar de un bloqueo que me persigue (con altibajos, como la persecución de Bullit) poniendo delante de mi cara que , hasta cierto punto, sigo viviendo una vida de privilegiado porque alrededor existen unos cráteres de basura más grandes que un volcán islandés y ayer me vio muy guapo.
Sin embargo entre las noticias existe ese discurso agarrotador que te bombardea con argumentos que dicen que no vas a terminar de pagar la hipoteca en la vida, que si tienes una pareja te va a dejar (por culpa tuya aunque no lo sea) y se va a llevar hasta las ventanas, que si tienes un hijo algún profesor de gimnasia sin escrúpulos abusará de él al salir de la ducha, que si te compras un coche te van a poner más multas que al Lute, que te harán moobing en el trabajo o te meterán en un ERE con el 25% de tu plantilla y que si pagas tus impuestos estarás comprando unos azulejos de porcelanosa para el político de turno.
A alguien le tiene que salir rentable que vivamos con el miedito en el cuerpo.
Supongo que lo que sucede es que con miedo no podemos avanzar mientras las grandes economías, los astrólogos, los psicólogos, las agencias de contactos, los abogados, los zahoríes y los homeópatas hacen caja con nuestro temor.
Así que habrá que empezar a ignorar la absurda idea de que tenga que venir alguien que te allane el camino mientras te sientas a ver la vida falsa de los demás (2.0) en una ventana y mientras los medios, por alguna razón probablemente económica, se empeñan en meterte miedo en la otra entre las noticias de la prensa y en los consejos apocalípticos de las mentes que afirman que no seremos nada hasta el año 2026.
Fracasar tantas veces (no exclusivamente en la faceta económica de la vida) hace que vayas, poco a poco, perdiendo los miedos. El problema es que las noticias, cada día, son más parecidas a la edición antigua del Pronto. Y las noticias del Pronto eran mentira o intencionadamente exageradas, igual que lo que se supone que es la prensa y las declaraciones institucionales del siglo XXI. El último estudio dice que la búsqueda de la felicidad provoca frustración. Me niego a estar agarrotado o frustrado hasta el 2026, aunque lo diga tras hablar con la última camarera que le quiso escuchar, el director de FMI o algún sociólogo sin escrúpulos.
Pd: tampoco me creo a esos que afirman que si estas convencido que las cosas van a salir bien te relajas y no logras tus metas, sería la autoprofecia que no se cumple por muchas fantasías que yo aún no he cumplido. (Sí, en este caso, hablo de sexo, que es el 1.1 de la vida)
Anécdota: el otro dia, tras un momento de silencio en una cena llena de masculinos singulares, reflexioné en vozs alta: "yo nunca he copulado con ánimo reproductivo". Me miraron como quien está saboreando, mejor o peor, algún plato y entornando los ojos como quien ha descubierto una polilla en su armario dijo uno "yo tampoco, es verdad").
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