24 de marzo de 2011

Hotel y domicilio. Carrete filipino.

La primera semana de trabajo de Paqui en la agencia de publicidad se dedicaba a coger el teléfono y tomar nota de los textos que sus clientes querían en los anuncios de contactos en los que estaban especializados. "...si... correcto... si... de acuerdo... de viernes a domingo... si... en su cuenta... de acuerdo... gracias." Y ella tomaba fiel nota de la transcripción.

El lunes recibió una llamada de una clienta descontenta. "...lo siento... yo supuse... lo desconocía... hablaré con mi jefe para ver si podemos regalarle los anuncios de la semana que viene... disculpe...".

Me contó entonces que, quizá por pudor o por desconocimiento, junto a "griego" o "frances" no entendío bien la frase y supuso que se refería a alguna práctica que ella desconocía por lo que en vez de escribir "carrete filipino" escribió "córrete, filipino". Y la prostituta había llamado muy enfadada porque ese fin de semana tuvo menos clientes de lo habitual.

La historia es absolutamente real.

Ahora se ha vuelto a retomar esa lucha para la dulcificación de nuestra sociedad a base de esconder nuestras miserias para pensar que no existen. Se ha vuelto a intentar prohibir, que es una manera muy poco elegante de mejorar la moralidad pública, los anuncios de prostitución qe históricamente han poblado las páginas de prensa más convencional desde que yo tengo conciencia sexuada del mundo.

No estoy, personalmente, a favor de su eliminación en un medio privado que publica lo que le da la gana o lo que le da negocio. Si no te gusta, no lo compres. Si crees que eliminarlo evita que tus niños sepan que el mundo dispone de ciertos elementos amorosos de pago, tampoco les hables de guerras, de drogas, de gente fea o de políticos corruptos, que también cobran por joderte. Si consideras que eliminando los anuncios dejara de haber grupos de mujeres (o de hombres) explotadas eres tan iluso como la reina de las powerbalance que tiene la cartera de sanidad.

Y si crees que esta sociedad es mucho mejor cuando dejamos nuestras miserias escondidas pensando que si no se ve no existe piensa en mi abuela que estaba segura que con Franco no habia maricas porque no les veía por la calle y los últimos años de su vida estaban siempre presentes en la pantalla de la televisión que le hacía compañía a todas horas y que tenía a un volumen descomunal no porque fuera sorda sino para que los ladrones, al pasar por su puerta, pensaran que estaba acompañada y lo le robaran las joyas.

La muerte era sorda o venía de hacer un carrete filipino, también llamado "birmano" con una prostituta con la que no contactó por la prensa ni a la que le tomó nota del anuncio Paqui.

Pd: dejo un par de canciones dedicadas a prostitutas (aparte de Roxanne y Bitch de los Rolling)porque hay miles (de putas, de anuncios y de canciones)

1 comentario: