Via "El Descodificador" descubro que Maruja Torres, afilada pluma de altas miras de esas que ya estuvieron antes que nadie por encima del bien y del mal, ha abierto un blog cuando no hace mucho tildaba a los bloggers de personajes que "se entregan a la práctica de aburridas gallardas mentales que ningún buen periódico les permitiría publicar".
También descubro que Steve Jobs, ese autonombrado faro que todo lo guía en el mundo informático inventando todo lo que ya inventaron otros antes pero con menos glamour, tildó a los tablets en el 2003 de "aparatos de ricachones que quieren tener un tercer ordenador" cuando ahora se atreve a decir que los PCs van a morir a manos del aparatejo ese que no hace más que saciar un trozo de ego.
No descubro nada si el presidente del gobierno suele prometer una enorme subida de empleo en abril desde hace dos años. Sin comentarios. (Por cierto, según el Pais, el 86% de los españoles tiene poca o ninguna confianza en ZP)
En definitiva. En este mundo poseído por las hemerotecas y el caché de Internet, las declaraciones esas que parecen tan fuertes, determinantes y absolutas siempre terminan siendo puntualizables. Quizá es porque resulta aceptablemente complejo hacer siempre cátedra con la opinión personal, apostar al blanco, que salga negro y aún así decir que nunca nos hemos equivocado.
Ella me dijo que no éramos nada y me cogió la mano por debajo de la mesa después de habernos quedado pegados encima de las sábanas horas antes.
Yo me desesperé buscando el trabajo de mi vida y cuando me lo ofrecieron dije que no porque la vida, a partir de ese preciso instante, se convirtió en algo diferente a ganar dinero, que es vivir exclusivamente. Hasta entonces mi discurso iba en contra de aquella decisión de la que no me he arrependido, pero mi cuenta corriente sí.
En el caso de los mortales son las cosas que nunca harías.
En el caso de todos esos prohumanos líderes de opinión son errores o mentiras interesadas a favor, en la mayoría de los casos, de no fomentar la alarma general (tal y como me aseguraba en cierta ocasión un líder municipal para excusarse de la ocultación pública de algunos datos)
Todos tenemos la buena virtud de equivocarnos (Yo, Ella, ZP, Steve, Maruja, tú y tus vecinos). Con nuestras bocas abrimos boquetes. Algunos se quedan en bocazas. Otros ponemos cara de lenteja arrepentida y pedimos perdón. Nunca vi a un columnista ni a un político decir que se equivocó. (Tampoco me importa mucho aunque las demostraciones de hemeroteca claman a los cielos y tanto los hungaros como los alemanes o los ingleses culpan a los anteriores gobiernos de la mierda con la que tienen que lidiar.) (!Cómo nos gusta culpabilizar siempre a otro en este primer mundo!)
Una vez me aseguraron "te querré siempre".Queda muy lejos la ultima vez que dije "te quiero"."Claro que te he querido", me dijeron una vez. "Mañana sin falta te llamo", admitieron sin tacha en cierto momento. "Siempre me gusta hablar contigo". "Quiero verte". "La armada invencible". "Por el pleno empleo". Son promesas que, como la canción, no valen nada.
Mi hemeroteca está llena de recuerdos no cumplidos pero que me gusta creer, al menos en los buenos, porque saben a martini.
Me gusta el tono de tus entradas, frecuentemente nostálgicas y meláncolicas (sobre todo al hablar de amor). Sin embargo, parece que "has vivido", y para mí es bastante. Precisamente por todo ese tiempo que ha pasado, hoy podría ser "un día muy bueno para empezar a fumar" :-)
ResponderEliminarAunque no coincidimos en absoluto en gustos musicales, la canción de hoy me parece impresionante.
Saludos.
supongo que te tengo que dar las gracias.
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