La crisis afecta a todo el mundo. A los malos también. Hemos visto cómo los etarras, esos que han sido pillados haciendo un chapucero atraco a las 3, compran sus provisiones en el Carrefour como si estuvieran preparando un botellón y mirando si escogen o no los productos en oferta el mítico y muy español Don Simón. Hemos visto cómo Roldán, ese señor que se llevó el dinero de los huérfanos de la Guardia Civil, va a casa en autobús.
Una vez más: No queda glamour en el mundo de la delincuencia.
Cuando, hace no demasiado tiempo, te pedían que imaginaras a un asesino o a un ladrón de altos vuelos jamás te lo llegabas a imaginar comprando de oferta o montando en autobús. Siempre, a su alrededor, existía un halo de opulencia, un chófer corrupto, una especie de clan mafioso al amparo del padrino, una mujer impresionante enganchada a los vicios de su malvado protector con un vestido ceñido, unos gramos de cocaína en un pequeñísimo bolso lleno de brillantes y una apertura en la pierna que terminaba en un larguísimo zapato de tacón.
La realidad, como siempre, es mucho más cutre.
Introduzco una actualización: La policia francesa, que cada vez se parece más al Torrente patrio resulta que ha usado unas imágenes de 5 bomberos catalanes que estaban de picnic para decir que eran etarras de esos que van por ahí matando gente. No cambio el post porque también harán compras empujando el carrito los otros (no van a vivir del aire) y la economía está fatal para todos.
Es cierto que de esta manera, con estas imágenes que parecen sacadas del diario de Patricia o de "delincuentes por el mundo" (que lo harán en alguna televisión dentro de nada) a más de uno se le quitarán las ganas de robar al vecino o de sumergirse en el buceo sin bombona de oxígeno que es el terrorismo. Afortunadamente aspirantes a asesinos nos quedan cada vez menos pero últimamente tenemos demasiados aspirantes a ladrones públicos.
Por mi parte les quitaba hasta el bonobús a Roldán, a los de Marbella y a toda la banda de miserables que ponen en vergüenza al resto de políticos honestos que seguro que habrá en algún sitio. Asesinos honestos no hay, no busqueís ni en la sección de oportunidades del Eroski.
Pd: desde aqui la solidaridad absoluta con el gendarme asesinado por los mierdas estos que creen que cuando un asesino tiene un ataque al corazón ha sido asesinado y cuando a alguien le meten una bala en el tórax es un accidente.
Pd2: y si, eran bomberos.
Pd2: y si, eran bomberos.
Más que la crisis, creo que la culpa de todo la tiene el cine. Desde siempre nos ha presentado a los malotes como tipos cachas, que en un callejón oscuro eran capaces de acabar a puñetazos con cuatro fulanos armados con pistola, y todo eso sin que se les cayera la colilla de la comisura de la boca.
ResponderEliminarAdemás eran guapos, guapos de morir. Ni una chica del Ejército de Salvación (Jean Simmons) era capaz de resistirse a un canalla simpático (Marlon Brando), como vimos en "Guys and dolls" (1955).
Y después de dejar fuera de combate a media docena de asesinos profesionales sin decir ni un ay, se quejaban cuando la chica les ponía un algodón con un poquito de alcohol en las heridas, para dar ese puntito tierno.
Sólo el cine español de los 50 nos mostraba a malhechores que eran pobres diablos como José Luis Ozores o Tony Leblanc, intentando dar el timo a cualquier pobre paleto en los alrededores de la estación de Atocha.
El cine americano, ese es el culpable.
Roldán fue al centro en taxi, antes de que llegaran los medios, pero oh... salió tan libre como pobre. Por eso tomó el bus urbano. Y para la foto, claro.
ResponderEliminarC.