16 de febrero de 2010

El principio de indiferencia

Dentro de las múltiples paradojas matemáticas que existen, el principio de indiferencia (o principio de la razón insuficiente) (o principio de Laplace) destaca por su sencillez. Consiste, basicamente, en que cuando no hay razones evidentes para inclinarnos por una posibilidad todas las opciones son igualmente válidas.

En realidad toda esta serie de ideales matemáticos son peculiares porque con el mismo razonamiento si A considera que Dios no existe y B considera que Dios existe debería de existir un medio Dios (Dios/2) (principio del punto medio)

En lo que nos concierne la verosimilitud de cada resultado es 1/n , siendo n el número de diferentes opciones. En una moneda las opciones de cara y cruz son igualmente validas: 1/2, en un dado cada cara tiene la posibilidad de 1/6.

Si un político tiene dos opciones, subir o bajar impuestos, la posibilidad de aplicar cada opción es 1/2. (no entiendo cómo les cuesta tanto decidirse). Si ella puede quererte o no quererte, la posibilidad de que te quiera es igual que la de bajar impuestos: 1/2. Si ella es política, date por jodido. Por supuesto que esto se basa en la elección pura entre dos supuestos válidos sin los añadidos de tu fuerte olor corporal o lo impopular de subir impuestos (o que, simplemente no te quiera: 100%).

Esta teoría se suele aplicar a la economía y los hábitos de consumo de un cliente ya que tiene la misma posibilidad de sentirse satisfecho con diferentes opciones, por lo que todas son válidas. El problema es cuando en esta sociedad las posibilidades son tantas que parecen infinitas (John Maynard).

Si vamos un paso más allá y consideramos las implicaciones filosóficas de la misma la posibilidad que tu vida sea una mierda es igual a la que no lo sea. La posibilidad , en un bar, de dar con la mujer adecuada es inversamente proporcional al número de mujeres en el bar. Y como en este mundo hay más mujeres que hombres la posiblidad de que ellas encuentren al machote de su vida es mayor que la que tienes tú de curar, a base de cariño de pareja, la demencia.

Son meras demostraciones matemáticas, no tiene que ver que seas un "gualtrapa" o que ellas, según afirman, finjan sus orgasmos para no perderte.

Sea como sea resulta que has de sentirte indiferente ante lo que venga porque puede venir cualquier cosa dentro de lo probable y de manera inversamente proporcional a las opciones que seas capaz de adivinar.

Yo sigo pensando que existen maneras de hacer trampa en este juego probabilístico de la vida aunque tenga mucha imaginación y eso acerque mi principio de indiferencia a cero y a base de dividir entre cada posibilidad. El problema es ése: mi maquiavélica capacidad de crear posibilidades.

1 comentario:

  1. La probabilidad de un evento será 1/n si es equiprobable, es decir, si todas las opciones tienen la misma probabilidad de salir, por eso en el caso de una moneda o un dado sería cierto, pero la vida distribuye sus opciones en diferentes formas (campana de gauss, exponenciales...)

    En el caso de los políticos su función densidad de probabilidad es mas bien una función escalón y en el caso de las mujeres una sinusoide.

    Un saludo, y felicidades por el blog.

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