17 de febrero de 2010

El maquiavelismo ha llegado.

Acabo de dar 64 en este test de maquiavelismo.

A Nicolas de Maquiavelo le asignaron la famosa frase de "el fin justifica los medios". Era uno de tantos políticos italianos que vivió la caída de los Medici y cómo se sufrió un cierto declive político y social que él achacaba a la falta de valor de los gobernantes de aplicar las medidas adecuadas para la consecución de los cambios apropiados que volvieran a su sociedad al antiguo esplendor.

Su principal legado es su obra "El Príncipe", donde se aboga por una política autoritaria ya que cuando uno es clemente o liberal le da libertad tanto a las personas como a los hechos. Estos hechos afectan a toda la población y pueden originar matanzas o masacres. Sin embargo, con autoridad, evita hechos que afecten a toda la población porque aplica sus ajusticiamientos de persona en persona, evitando males globales (ej: invadir un pais lejano para tener gasolina barata).

La diferencia del pensamiento de Maquiavelo respecto de la concepción que tenemos del dictador convencional es que valora enormemente lo que piense la mayoría por lo que la satisfacción general, como importancia democrática que consiga su reelección electoral, es prioritaria.

Basándose en estas ideas se ha desarrollado el apelativo de maquiavelismo para determinadas personalidades, tanto políticas como personales.

Richard Christie y L. Geis allá por 1970 definieron la personalidad maquiavélica como esas personas frías, calmadas, orientadas a los hechos, de alto nivel intelectual y que contínuamente valoran aquellas opciones y posibilidades que, a base de controlar el grupo, les permitan la consecución de sus objetivos.

Cuando la transgresión de lo ético es excesiva se les denomina psicópatas sociales.

Cuando no se hace público y se utiliza de manera profesional, se llama político convencido de esos de los que afirman que , aunque te vaya a doler, es por tu bien (ej: aplicar la pena de muerte matando a un par para que nadie haga matanzas en un instituto)

En realidad aunque suene fatal, aunque tenga cierto significado delictivo, ese populismo político donde se espera que un ente superior se preocupe de nuestro bien global, pasando por encima de quien tenga que pasar es algo que reclaman las sociedades en tiempo de crisis porque nadie piensa que vaya a convertirse, uno mismo, en algún ajusticiado por el Maquiavelo de turno.

En lo personal, quizá consideramos a veces que algún efecto colateral negativo ha de tener la consecución de nuestros objetivos, si es que los tenemos claros. O quizá hemos hecho nuestra la idea de que algunos elementos de nuestro alrededor son defectuosos, como cuando yo quitaba las lentejas malas del paquete con mi madre sobre la mesa de la cocina.

En definitiva parece que lo que separa un razonamiento lógico de ser una personalidad maquiavélica son las consideraciones éticas de aquello que tengamos que saltarnos.

Como diría Arrabal: el maquiavelismo ha llegado.

2 comentarios:

  1. He sacado un 71. Soy un retrógrado renacentista.

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  2. hace mucho que no leia los blog siento lo de tu aita
    me alegro que sigas escribiendo
    risaterapia-bego

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