20 de diciembre de 2009

Jonathan García y los discuros de Zp

Jonathan García* (13 años)ganó el concurso de literatura de su colegio hace un mes. Sorprendidos por su prosa excepcional el instituto Fernando Morán de Castellón* le invitó a conocer Madrid y las instituciones más altas del gobierno como premio. Allí, por los pasillos del Congreso, tuvo la suerte de coincidir con nuestro presidente y conversaron de una manera amigable. Jose Luis le pasó la mano por encima de su joven hombro y Jonathan no sabía si era la suavidad de las alfombras o si acaso flotaba cuando el presidente le preguntaba sobre su opinión acerca del futuro de este planeta que vamos a dejar a los compañeros de clase de Jonathan.

El chico le respondió con lo más elegante que encontró en su cabeza. Jose Luis se cerró en su despacho a buscar ideas para el discurso de la cumbre mundial sobre el calentamiento global.

Porque esto sólo puede escribir un niño de 13 años que acaba de descubrir a Bob Dylan.


Y luego hará el chiste ese de ¿y donde está la respuesta (my friend)?

Sinceramente, y yo pensaba que no era posible, ha superado a la tontería de la niña de Rajoy y se acerca sospechosamente a los niveles de la señorita Pajin. Ante todo eso me pregunto, partiendo de la base que estos son más listos que tú y que yo, si acaso antes de leer el discurso se lo ojearán y pensarán: "joder, vaya soplapollez que voy a soltar". Sin embargo, y de manera no localizada en ningún partido político sino globalizada a todos y cada uno de lo que tienen el dinero suficiente para contratar algun publicista, cada vez existe una mayor utilización de ciertas palabras vacías de contenido y tremendamente pueriles en las formas. ¿Será que son rentables?

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