Hay diferentes formas, como si se tratara de una relacion sexual con el kamasutra en la mano, de hacer efectiva la posición personal de cada cual antes esta sensación de explosión social que tiene pedazos saltando a nuestro lado: la economía, las mafias, la corrupción, la política, la inmigración... todo parece haber reventado de golpe dejando al ciudadano medio absorto mientras los pedazos de esa bomba están alrededor.
Hay quien piensa, y desafortunadamente parece mayoría, que como todo está podrido hay que aprovechar la situación "no voy a ser yo el ultimo tonto".
Hay quien se sienta a esperar que un poder superior, prácticamente divino, arregle el problema.
Hay quien se alarma y va corriendo en círculos mientras agita sus brazos
¿Qué haces tú?
Hace no mucho tiempo teníamos bien claro que esta situación era culpa de los bancos porque habían jugado con el sistema hasta que la cuerda se rompió. Después vimos que también algunas empresas, de las que tienen un poder económico mayor que muchos países africanos, tambíen habían jugado con el sistema para su propio beneficio. Como salvaguarda de los puestos de trabajo de esas empresas el gobierno puso unos dineros que procedían del trabajo del resto de los contribuyentes. Ahora descubrimos que algunos componentes de los gobiernos (de todos los partidos) han pensado que si tenían que dar dinero de los demás para salvar bancos y empresas , ¿por qué no se iban a salvar ellos también?, y amarraron algunos millones de los de todos dejando lo de Marbella como una nimiedad.
Lógico es que en este escenario de los acontecimientos muchos piensen que su dinero debería de emplearse para algo más que para tapar los robos miserables de otros.
Lógico es que cada vez que sale dinero de nuestro bolsillo para las arcas públicas tengamos la misma sensación que cuando tiras restos de comida a la basura: que está perdido.
Y aunque no podemos evitar que ese lazarillo de tormes, ese pillo mediterráneo, nos diga que habrá que trincar lo poco que podamos porque eso hacen los ricos, quizá una pequeña llamada a la responsabilidad ciudadana es el primer paso de esa nueva situación social a la que estamos abocados.
Claro, que eso requiere que seamos nosotros quienes hagamos cierto esfuerzo para solucionar algo de lo que no somos responsables, o quizá sí porque, en definitiva, los responsables de los bancos, de las empresas y de nuestras instituciones políticas son humanos como tú y como yo.
Mi abuela decía que se empieza fumando un porro y se acaba enganchado a la heroína (si es que tienes acceso a la heroína). Quizá se empieza no queriendo pagar el iva de la factura del fontanero y se acaba robando millones de fondos públicos (si es que tienes acceso a esos fondos).
En determinadas sociedades que se suponen más avanzadas en valores que la nuestra sorprende descubrir que esa decepción que supone traicionar la confianza de la sociedad (bien sea una empresa, un político o un banco) es prácticamente una condena global del resto de los elementos que la componen. Aquí aún se mira con envidia al ladrón porque sentimos que hubiera sido mejor haberlo robado nosotros de la misma manera que en Italia se mira a Berlusconi como un machote que aún se tira a jóvenes de buen ver.
Quizá es un problema educacional y quizá por eso saldremos más tarde de esta explosión llena de pedazos de mierda disfrazados de corruptelas donde, en el centro, estamos tú y yo.
Quizá es la hora de volver a ser responsables, si es que lo fuimos alguna vez.
GENIAL DISGRESIÓN, LA TUYA...
ResponderEliminarAL FINAL, TODO SE REDUCE A LA FALTA DE RESPONSABILIDAD DE LA QUE HACEMOS GALA PARA LLENARNOS LOS BOLSILLOS, A COSTA DE LOS DEMÁS...
FUE ESTA LA CIVILIZACIÓN DE LA QUE HABLARON LOS ILUSTRADOS????