5 de octubre de 2009

Tu jefe es más tonto que tú: inteligencia emocional.

Allá por el año 95, un supuesto gurú de la psicología llamado Daniel Goleman acuñó el término inteligencia emocional para representar la importancia que tiene la capacidad de determinadas personas para interpretar los sentimientos de los demas e interactuar con ellos. De esa manera es capaz de explicar que determinadas personas con coeficientes intelectuales inferiores terminen en una escala superior a otras personas más inteligentes (en el sentido convencional de la palabra) o incluso más formadas.
Esta inteligencia emocional (y siento que el video tenga una audio tan bajo) es capaz de explicar ciertos rangos sociales que quizá no entendamos si nos limitamos a las capacidades de determinados líderes de nuestra sociedad, bien sean jefes o políticos (que es lo que estábais pensando)

Uno de los motivos que llevó esta teoría al éxito fue considerar que esta capacidad, si bien puede ser innata (y de eso ya hemos hablado), también puede ser aprendida y con ello mejorar la rentabilidad de las empresas ya que la cominucación se mejora, con ello el ambiente laboral, la motivación y el último resultado es el beneficio. Lógicamente si un gurú te dice que te va a hacer ganar más dinero, le encumbras a los cielos de los gurús.

Independientemente que la entrada de los psicologos en las pruebas de selección de una empresa puede dejar de lado la capacidad real en el trabajo de esa persona, el señor Goleman es responsable de una gran catidad de contratos de psicologos de reciente titulación.

Sin embargo unos años después publicó "la inteligencia social", que supone un paso más allá en el concepto inicial para traspasar el campo de la empresa e intentar aplicar sus teorías en nuestro engranaje diario (amigos, gobiernos, estados...) No en vano un estado es una empresa coperativista compuesta por millones de votantes.

Más o menos establece unos parámetros con los actuar desde los gobernantes y los habitantes para enfrentarse a la interpretación de las emociones generales y así superar en conjunto retos y dificultades. Leyendolo muy por encima es un poco rojeras, ya que establece que todos somos estupendos (curioso tras ver la charla titulada "¿por qué no somos todos buenos samaritanos?(*) (video en ingles adjunto)). Quízá por eso y por lo utópico de su aplicación no ha tenido tanto éxito ya que en ese tipo de empresas, cuando un empleado te da problemas, despedirle es más difícil.

Pero no es una mala idea, y quizá por eso sea un tipo famoso: es tan o más importante que tener conocimientos o incluso saber utilizarlos el hecho de haber desarrollado la capacidad de relacionarse con los demas interpretando su emociones y sabiendo sacar lo mejor de los demás para hacer mejorar un grupo (empresa o estado). Quizá es esa la explicación que daba yo siempre a la diferencia entre inteligente y listo. Ahora el listo es un inteligente emocional, pero sigue siendo lo mismo. Y, además, es una excusa para explicar por qué determinadas personas que sabes positivamente que son menos capaces que tú están socialmente mejor posicionadas. o simplemente es suerte y esto no es más que otro factor en la multivariable ecuación de la vida.

Pd: no somos buenos samaritanos porque, como tenemos inteligencia emocional y compartimos los sentimientos de los demás, no nos da la gana sentirnos mal, y no ayudamos.(lo del video)

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