10 de agosto de 2009

El integrismo cartelista que todo lo esconde

Como bien pone en alguna pared el fascismo (que es lo mismo que el terrorismo) (y el machismo, y el feminismo, y el ostracismo... en general todos los ismos) se cura leyendo.

Es cierto que si bien algunas de las expresiones que pueblan nuestras calles son dignas de mención y que en algunos casos hasta se denominan "arte urbano". Obviamente aquellas expresiones que hacen exaltación de lo peor que tiene nuestra sociedad no hace gracia verlas en nuestras paredes. Quizá por eso, por la misma razón que en la época franquista no había homosexuales (según mi abuela, porque no les veía) el nuevo gobierno vasco se ha subido en su caballo blanco y ha decidido tapar la simbología etarra de nuestras calles y aceras.

¿Soluciona esto algún problema o simplemente mete la basura debajo de las aceras?. Yo estoy con la segunda de las opciones propuestas.

Por supuesto que me resulta vomitimo y asqueroso la exaltación de la simbología etarra (como lo es la xenofoba). Sin embargo me sucede como con los toros: lo ignoro. Pienso positivamente que si no se le hace caso ese fenómeno, como muchos otros, desaparece solito. Si yo hago una pintada con mi negocio en la calle y tengo a todos los politicos hablando de ello pensare hacer más porque me hacen publicidad gratis.

Además, por mucho repelús que nos cause, si yo puedo orar a cualquier Dios, si puedo vestir como quiera...digo lo que me da la gana y el problema de esas pintadas no es su contenido sino su atentado para con la estetica urbana.

Y además vivimos en una sociedad que se ríe sistemáticamente de sí misma. Hacemos chistes de maricas, de Dios, del Papa, del Rey, de los negros, de los enanos... ¿Que más dará un chiste más?. ¿Nos vamos a volver como los árabes con Mahoma?. Estoy por poner un cartel que diga: mahoma: etxera (mahoma, a casa (en referencia a los carteles en contra de la dispersion de etarras)). Ahí, en esa situación o me queman los árabes o me queman los etarras o me pone una multa el cruzado de turno por considerarlo apología del terrorismo.

Creo que de pronto aparecen símbolos a los que por alguna oscura razón hay que rendir pleitesía: la bandera, el himno, la foto del rey, la selección de fútbol, Rafa Nadal, Pau Gasol... y no son más que telas, soniquetes, imágenes... si a mi me pones una pintada sin gracia con la foto del rey o un asesino etarra en la puerta de mi casa, me voy a cabrear por el estilo ya que la pared la limpio yo. Por lo demás esto de las fotos y las simbologías es una de esas mútiples cosas en las que se gasta el tiempo , la polémica y el dinero cuando la verdadera solucion no existe en prohibir, sino en hacer entender que no tiene sentido algo que no agrupa sino que separa. Claro que hay muchas cosas que se acaban con la educacion y la lectura. Mientras tanto la libertad es, como en este otro cartel, algo frágil.

Por mi parte prefiero que no haya asesinos y gente que apoya asesinos entre mis vecinos a que un tipejo tenga unos cartelillos en su caseta de feria. Al fin y al cabo era una manera de saber el coeficiente intelectual del de la caseta.

Quizá, y ese es mi mensaje, lo de los símbolos aunque repulsivo deberíamos de dejar que se acabe solo. De 1980 a hoy el número de pintadas de este tipo se han reducido considerablemente porque la sociedad ha ido creciendo. Si en vez de empezar a quemar libros montado en su lanzallamas blanco enseñas la maravilla de las lecciones de la democracia, las pintadas acaban solas. A no ser que simplemente sea un tanto o una medalla que alguien quiera colgarse a consta de exaltar a cuatro tontainas con un aerosol del Eroski.

2 comentarios:

  1. No me gusta Six feet under, no es mi tipo de humor.

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  2. No es una serie de humor.
    (aparte de no venir a cuento)
    De todas formas dispongo de ella en varios idiomas, original y en su estuchito.
    La tienes a 100€ (mas o menos) en las tiendas especializadas. Es una joya que hay que tener y ver al menos una vez en la vida, porque trata de muertes.

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