21 de agosto de 2009

Black Out social


Durante la segunda guerra mundial en Gran Bretaña se hizo muy popular el Black Out que consistía en poner cortinas negras en las ventanas para que los alemanes no pudieran encontrar los núcleos urbanos cuando iban a bombardear la isla.

Los ingleses, que siempre ha sido una población de fuertes actitudes, se habían puesto de acuerdo para intentar que su modo de vida (o de muerte en casos de guerra) no fuera puesto en riesgo más de lo necesario con unas interferencias alemanas en forma de bombardeos.

Aunque eso no les libró de desastres masivos como el periodo denominado "The Blitz" (finales del 39 , principios del 40) donde una y otra vez eran atacados por aire se mantienen orgullosos del comportamiento social de esos días ilustrado con esas ventanas negras que no dejaban escapar la luz de la británica vida interior de sus casas.

Este ejemplo me lleva a las actitudes que ciertas personas se empeñan en mantener en su vida donde quizá para no ser encontrado por la necesidad temporal que supone la necesidad de la toma de decisiones pone, como un britanico atacado, una cortina negra en la ventana de su vida esperando que con ello no tenga que tomar las decisiones que el paso del tiempo obliga. Ese es el Black Out social que no es un síndrome de Peter Pan porque quien pone las cortinas es plenamente consciente de lo que hay fuera. Y tampoco se puede suponer esta actitud como el mecanismo psicológico de defensa que es la negación de la realidad.

Los niños pequeños cuando se quieren esconder se tapan la cara pensando que si ellos no te pueden ver a ti, tú no les puedes ver a ellos. Y estas esperando que se quiten las manos de la cara para que descubran que sigues ahí delante, al otro lado de la cortina negra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario