nostalgia

Se supone que tenemos sensaciones especiales ante estímulos diferentes. Es exactamente lo mismo que se busca cuando alguien se lanza al encantador mundo de los viajes: encontrar aquellas cosas que crees no haber encontrado en tu espacio vital.

Sin embargo cuando sales a la calle en medio de un coloreado mundo extraño que te rodea hay una parte de tu cuerpo, de tu mente, que se estremece cuando localiza un retazo de cotidianeidad, de morriña, entre tanto ruido nuevo. Es lo mismo que encontrar, de reojo, alguna imagen, probablemente distorsionada, de aquello de lo que has estado escapando. Y te retuerces un poco.

Eso se llama nostalgia.

Pero la nostalgia es un elemento de doble filo, porque en realidad nunca sabemos, dentro de la balanza de las experiencias, cual es aquel lugar en el que nos queremos quedar parados. Nunca sabemos con la suficiente exactitud cual es el sitio al que queremos llegar y eso que pasamos la vida caminando (unas veces de frente y otras en círculos) en alguna dirección.

Una vez escribí que estoy seguro que un día me levantaré por la mañana y no podré más que admitir que he llegado al punto de partida de mi época futura. Y no creo que deba buscarlo porque cometeré el error de participar en la elección.Quiero que me encuentre.

A veces tienes nostalgia únicamente de lo que está a tu lado.