Mal dia para buscar

20 de mayo de 2014

Leer, pensar, abstenerse o lo otro

A ti, elector (abstencionista o no):

Como la inmensa mayoría de los europeos no tienes ninguna idea del destino final de tu voto (o "no voto"). No sabes si va para un lado, si va para el otro, si se lo queda un tipo que dice que va a acabar con los paraísos fiscales viviendo en Luxemburgo, si van a dejar sin pollos a Polonia o si te van a subir el precio del pan. No lo sabes. Es más, estoy casi convencido que desconoces el nombre del candidato final. Ni siquiera sabes quien a estar en algún lugar representando tus supuestos intereses. Así que es probable que si a ti te importa una mierda, a él o a ella tú le importes bastante menos. Pero ahí están, llenando tu buzón de propaganda pagada por ti o tus impuestos (creo que 13millones de euros !entre 4 partidos! para publicidad electoral) , los mismos que no llegan para tu médico pero sí para esos sobres que bien podrían ir con una bolsa para usar en el súper.

Así que, como no tienes criterio, vas a fijarte en los detalles: que si uno tiene barba y ha dicho no se qué de las mujeres y la otra, la reina del selfie, que dice que decir un perro es machista y decir una perra denigrante, Hay uno que se ha puesto la camiseta de Gosling con la de Culkin como principal atractivo electoral, alguno que hace un corta y pega de Equo y Javier Nart mirándolos a todos desde su estrado de aquel programa llamado "Tribunal Popular" pasando por "El gato al Agua" o con Maria teresa Campos. En realidad la estrategia más cómoda es la del nacionalismo que, tal y como me dijo una vez un político europeo electo: "voy, cobro y me callo" y están, callados, viendo si van a cobrar o no.

Con todos esos datos y esas discusiones a golpe de marketing y de detalles es lógico que los argumentos, como todo lo que pasa en la sociedad últimamente, desaparezcan ahogados por lo anecdótico. Más aún cuando parece que a nadie le interesa explicar nada. Es mucho más importante la babilla desagradable de las comisuras de los labios al hablar que las palabras o los hechos. Es más importante decidir el voto o la abstención por un comentario de twitter (que mi diccionario intenta corregir a titiritero) que por una idea esperada de una Europa mejor y más justa.

Es probable, elector, que ya estés harto de que te traten como si fueras idiota, te prometan imposibles o se alimenten de tu vagancia a la hora de pedirte un puesto en aquello que decide, en última instancia, si cobrarás más o menos a final de mes porque, en definitiva, es el banco europeo el que emite más o menos moneda, el que decide si la leche sube o baja o el que eleva o reduce los tamaños de las fronteras.

Por mi parte he decidido votar. He decidido votar a quien me razone algo plausible y cabal, a quien me hable de Europa si hablamos de Europa porque ya hablaremos de agrandar o reducir las aceras en las municipales, donde es probable que votaré a otro. Es una estupidez votar por votar y votar siempre al mismo cuando se trata de asuntos diferentes. Cristiano Ronaldo no juega bien al badminton. No votar es lícito pero es rendirse a la jauría de la mercadotecnia política.

Voy a hacer el esfuerzo de leer programas electorales que no se cumplirán, de saber quien está detras de cada cartel y de cada sobre. Voy a quitarme tiempo de los videos de youtube y de quienes se creen focos de opinión porque tienen ocurrencias en 140 caracteres. Hay tiempo aparte de la procrastinación y, por supuesto, aparte de la rendición. Ni siquiera voy a sentarme en un banco, como un jubilado rendido, a decir lo mal que está todo, volver a casa a comer lentejas e indignarme igual por un penalti no pitado.

Porque creo que es eso precisamente: el agotamiento, la indiferencia, el miedo y el desconocimiento, con lo que se controla a la gran masa social a la que se aleja de las decisiones que realmente le afectan.

Algún político con ganas habrá, alguno honesto, alguno que diga cosas coherentes y posibles. Hay crucigramas más difíciles. Elector: quita la publicidad, los asuntos que no tienen nada que ver, los insultos entre ellos y los mensajes imposibles.

Estamos haciendo una selección de personal para puestos de 8000€/mes que decidirán sobre tu futuro como continente global partiendo de donde estamos ahora. A mi me pidieron más para mi trabajo de mierda y aunque no votes no dejan asientos vacíos. Que Merkel esté más delgada ,noticia para algunos, no es algo que interese pero no creo que me contratasen por mi fina figura sino por mi capacidad de rendir.

Te veo el domingo, después de la copa de Europa. Estoy seguro que en el fútbol ya tienes favorito. Y eso, sinceramente, no cambiará nada tu futuro.

1 comentario:

Alberto Secades dijo...

Asumo, a disgusto, que el precio del pan se considere un estándar para regular el nivel de inflación de un país y, de forma indirecta, para inferir si las cosas van a mejor, o no.

Acabo de votar ahora mismo, porque el fin de semana estaré pendiente de la Champions, viendo si conseguimos el doblete. Para ello, en lugar de ir a Lisboa, iremos a Madrid, a pasarlo con la hija del segundo entrenador que el Atlético tuvo en 1ª, mi querida suegra (y, pase lo que pase), disfrutar de un fin de semana a lo grande.

Así que, habiendo cumplido ya con mis deberes ciudadanos y, sin conocer los resultados de las elecciones, anuncio solemnemente aquí, en el sitio donde todavía se puede fumar, que este verano subiré los precios (aunque deba añadir por lo bajinis que, con un par, siguen siendo los mismos que los de 2010, afirmación que puedo demostrar documentalmente, con esa manía de poner en la lista de precios la fecha conque fueron actualizados.

Y tengo por seguro que, aunque espero ganar el sábado, el domingo perderé SEGURO.