"A mi, cuando estoy salido, me gusta tirarme a tios de derechas porque son más cerdos que los de izquierdas. Será que lo tienen escondido"- me confesaban hace unas semanas.
El sexo es algo que tiene bastante que ver con el cine, y lo voy a explicar. Hay días en los que te apetece una película de tiros, o de risa, o un drama británico gris como aquel país. Hay momentos en los que el cuerpo te pide una cinta cargada de adrenalina y otros en los que fantaseas con sumergirte en la ternura de una romántica. Después, como todos, hay géneros que te gustan más que otros. También hay veces en las que públicamente aceptas que te gustan clásicos y estilos que , además, te hacen quedar como buena y culta persona. Eso no quita que te hayas reído con "ocho apellidos vascos" o te alegres cuando Clint mata a los malos para alegrarse el día.
A veces, en el mundo de las relaciones, uno se encuentra con propuestas, deseos o situaciones inesperadas. Es más, resulta hasta habitual encontrar a personas con cierta inestabilidad que creen que si no hacen nada "excepcional" no es divertido.
Recuerdo una anécdota que me contaron. Ella, la protagonista de la historia, se acababa de separar y aquella era la primera vez que salía a la calle con la firme determinación de no volver sola. En un bar y a altas horas de la madrugada, un fornido caballero se enredó en una conversación que acabó con ambos en el mismo taxi. El día siguiente, como si fuera una tertulia programada, todas las amigas quedaron para el café. "¿Qué tal?"- le preguntaron pícaramente. Ella titubeaba con una sonrisa y entornando los ojos, casi como una mujer traviesa. Entonces alguien se percató de marcas en su cuerpo. Estaba como si viniera de la guerra del golfo. "Es que me dijo que le gustaba el sexo duro". Obviamente le dijeron que ese tipo de violencia era algo que debía denunciar. Asintió. Hizo una pausa. "Vale, pero lo hago el lunes". "¿Por qué el lunes?". Respondió: "Es que hoy hemos vuelto a quedar".
En la primera temporada de Californication una joven le revienta de un puñetazo la cara a Hank Moody y, sin embargo, en los cien polvos Hank no pega absolutamente a nadie.
Entiendo que a alguien le pueda resultar excitante lo que a otros les repugne. Es tan fácil como decir que no y marcharse, siempre y cuando se sea libre porque si no es así se llama violación ( en ambas direcciones). Si me piden que cante la traviata desnudo agarrándome el rabo y haciendo el pino puente no me están acosando sino haciendo una propuesta, por muy loca que sea. En mi libertad está decir que no. Si después de haberlo hecho libremente me quejo muy fuerte lo que sucede es que tengo un saco de mierda metido en mi cabeza. Otra cosa es que me aten los pies a la pata de la cama, me rompan los tobillos con un mazo y me obliguen a hacer algo que no quiero y que he dicho expresamente que no.
La expresión de la libertad personal, imprescindible para unas relaciones sanas, nunca debería de ser un delito por muy loco que sea siempre que la libertad sea bidireccional y uno, como sucede en las relaciones sadomasoquistas, pueda parar en el momento que quiera.
Si en el siglo XXI vamos a juzgar a alguien porque no quiere hacer únicamente el misionero quizá estamos haciendo lo mismo que juzgar a alguien porque se va a los estrenos de las películas de S. Segura y no le gustan las de Kubrick. Sobre todo porque es más que probable que todos nosotros, en algún momento, hemos pensado que quizá nos apetece ver Torrente vestidos con un calzoncillo de abanderado en el sofá, comiendo torreznos y disfrutando de unas pajillas.
Es de mal gusto, si. Pero no es un abuso. Solamente es desagradable pero a alguien le gustará.
Si te gusta ahorcar a la otra persona durante el sexo, hasta dejarlo sin respiración por momentos, utilizar todo su cuerpo para esnifar cocaína ,morderle, marcarle e humillarlo,etc. No seré yo quién lo juzgue,el problema esque hay demasiadas personas que obvian avisarlo porque eso les pone, ,pillar a su presa por sorpresa,ejercer poder y humillación,son ABUSADORES .No ha existido una conversación anterior sobre esas prácticas y si al otro le gustan y no se ha pactado una palabra de seguridad previa para pararlo en el momento que uno no se sienta cómodo.
ResponderEliminarEse tipo de prácticas con una persona que no ha sido previamente avisada de que van a ocurrir, bloquean a esa persona en pleno acto y entra en estado de shock y no puede pararlo y la relación sexual llegará hasta el final sin que esa persona lo haya deseado.
Cuando esa persona denuncie el abuso después,no será por tener su cabeza llena de basura,sino porque fue realmente abusada .
En fin..... Esta entrada de blog es bastante ---------- Lo pongo así "-" porque probablemente ni siquiera acertaría con la palabra para expresarlo. Lamentablemente en este caso sólo podemos saber la verdad de boca de los protagonistas o testigos directos y ni siquiera esa verdad sería fiable, sino más bien "viciada" como todo lo que rodea este vodevil. Hablemos del poder, mejor dicho, de la erótica del poder. To be continued...
ResponderEliminarPero lo que pone el post es que si alguien lo hace de forma consensuada, es libre de hacerlo. Y si luego llegas a tu casa y resulta que no te ha gustado... Pues no te ha gustado pero dijiste que vale. Y punto pelota. Otra cosa es cuando te dicen que es un abrazo y te atan.
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